2. Dolores, juegos de Volley y una Amapola.

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2. Dolores, juegos de Volley y una Amapola.

-America, te juro por lo más sagrado en este maldito universo que si no te callas, te golpearé en la cara. -sonreí tiernamente de manera sarcástica. Mi gesto se torció al sentir como si me presionaran el vientre con una plancha.
Lancé un gritito ahogado.

-Mierda, mierda, mierda. -Lloriqueé. Recosté mi cabeza en las piernas de America y cerré los ojos, esperando que el dolor se minimizara hasta librarme de él por completo. Para que después el mismo jodido proceso empezara de nuevo. Mare rió un poco, mientras me sobaba el cabello.

-No sé si llorar contigo o reírme. Es la primera vez que te veo fea.-Iba a insultarla pero en vez de eso grité porque sentí el puñete invicible en mi vientre bajo.

-Shh... Ya, ya. -Me acariciaba la cabeza y eso me tranquilizaba un poco. ¿POR QUÉ MIERDA LA MEDICINA NO SURTÍA EFECTO? En ese momento Chase entró por la puerta.

-Aquí traje sus pastillas. Eh, America, dile que ya se calle. Ottis y yo intentamos ver una película. -Chase habló de esa manera como los gays hacían: Como una chica. Me gustaba. Mi hermano le lanzó un paquete a America. Ella soltó una carcajada y yo le entrecerré los ojos a Chase. Él me tiró un beso y se fue. Idiota.

Mi mejor amiga se levantó, al momento en que yo me quejaba. Buscó un vaso con agua en mi escritorio y se posicionó en frente mío.

-Nena, levántate. Tienes que tomarte esto. -Me quejé algo de más pero me levanté. Agarré el vaso frío, me puse la píldora sobre la lengua y tragué. Tomé lo que quedaba del agua y se lo entregué a Mare. Ella asintió.

-Pensé que iba a tener que amarrarte a una silla para que te la tomaras. -se sentó al borde de mi cama y yo solo cerré los ojos. Cuando pensé que el dolor se iba a ir finalmente, mi útero se contrajo. Y yo grité. Y mi hermano soltó una palabrota. America solo moría de la risa.

🌾🌾

¿Saben esos momentos cuando están pasándola bien, y solo piensan "Wao, la vida es una perra injusta a veces pero también es bella"? Porque eso me estaba pasando ahora mismo.
Tate golpeó en la cabeza a Andrew.

-¡Capullo, dejaste que la carnada se fuera! -Tate gritó al ver que Andrew soltó, sin querer, la lata llena de lombrices. Mare hizo mueca de desagrado y Phoebe y yo carcajeamos.
Eran las cuatro y media de la tarde. Los cólicos se habían esfumado, gracias al Papa Francisco, a Mare, y al idiota de Chase. Y los chicos decidieron pescar y cocinar la comida por ellos mismos. "Tiempo de machos" dijo Tate.

La playa estaba en su esplendor: Adolescentes locos surfeando, familias pasándola bien, había un lugar cerca de la red de Volleyball, donde unos chicos buenísimos estaban jugando. America, Phoebe y yo queríamos ir a... verlos inocentemente desde una distancia considerable.

-Mira al castaño. Dios bendiga a sus genes. -Phoebe suspiró, observando desde nuestra sombrilla a los chicos jugando. Ese tipo estaba definitivamente bueno.

-Mira al morocho. ¿A poco y no está para chuparse los dedos? -Preguntó America. Phoebe y yo asentimos bobaliconamente. Tate y Andrew nos miraban con fastidio, con sus cañas de pescar respectivas en mano.

-Son tan estúpidas. -le comentó Tate a Andrew. Andrew lo apoyó soltando una carcajada. Las tres dejamos de ver a los dioses-papis-playboys para degollar a ambos con la mirada.

-Oh, callénse y muevan a pescar. Solo han pescado a dos, y si saben contar; somos cinco. -Les dije. Ambos rodaron los ojos.

-¡Tengo una idea! ¿Qué tal si vamos a ver a esos chicos más de cerca mientras ustedes pescan? ¿Síiiiii?-Mare hizo un mohín. Phoebe y yo la imitamos. Andrew y Tate se miraron entre sí. Drew bufó.

El tímido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora