Mauro
Verla tan débil a Valentina me hace acordar a esa clase de danza donde la vi caerse y lastimar su tobillo. Pero lo de recién no tiene comparación; la brutalidad con la que Ana la golpeó fue terrible y me siento mal por no haberlo parado a tiempo.
—¿Te llevo a tu casa?
—No —responde con esfuerzo—. No puedo dejar que mis papás me vean así.
—Capto —me quedo pensando un rato—. ¿Y a la casa de alguna de tus amigas?
—Tampoco. Los viejos de ellas le van a contar a los míos.
Se me acaban las opciones y proponerle mi casa quizás le suene a otra cosa, pero tengo que arriesgarme.
—No lo tomes a mal —empiezo diciendo para suavizar el planteo—. ¿Te va dormir en casa? Mis viejos no están porque les tocó trabajar en turno noche esta vez, así que...
Sus ojos violetas de moretones se clavan en los míos y asiente hundiendo la cabeza en mi cuello. Mientras camino por las veredas vacías, el silencio se mantiene entre los dos y presiento que es porque Valentina debe estar súper cansada, y adolorida sobre todo.
Una vez en la entrada, la ayudo a ponerse de pie para buscar mis llaves y abrir la puerta. Se ve que entre su clase de hoy y la golpiza que le dio Ana apenas si puede caminar, por lo que tomo de la cintura a Valentina sugiriéndole que pase su brazo alrededor de mi cuello para ayudarla a moverse.
—Acá estamos —le digo cerrando la puerta detrás de nosotros—. No es soñada como es tu casa, pero...
—¿Sabés cuánto me gustaría vivir en un lugar así? —confiesa mirando hacia todos lados—. Se siente tan agradable y cálido que no se parece en nada a la mía.
Sonrío por el cumplido, pero reflexiono lo último que dice y me doy cuenta de que no está siendo feliz donde vive; es más que evidente que no recibe el cariño que tengo yo acá. A pesar de que mis viejos se desloman para que no me falte nada haciendo que compartamos poco tiempo juntos, siempre que pueden me dan mucho amor y eso es algo que les agradezco más que cualquier otra cosa.
Con cuidado la asisto a Valentina para ir a mi pieza, y la ayudo a que se recueste en mi cama para que esté más cómoda mientras yo voy por algo de hielo para los moretones y el botiquín. Al volver la veo medio dormida, o por lo pronto con los ojos cerrados, y me da cosa despertarla, pero si no lo hago ahora mañana se le van a hacer peor las lastimaduras.
—Che, Valen —digo sacudiéndola del brazo.
—¿¡Qué pasó!? —responde sobresaltada y agitando las manos golpeándome sin querer—. Ay, perdón, Mau. Se ve que quedé tan cansada que me dormí al toque en este ratito que te fuiste.
—Tranquila, no hay problema —río mientras me toco el ojo golpeado—. No pasó nada. Ahora decime dónde tenés lastimado así te limpio las heridas, además de la cara claramente.
Valentina levanta un poco su buzo dejando a la vista una lesión bastante grande y ensangrentada justo en la parte de las costillas. Me pongo unos guantes descartables, tomo una gasa y le limpio la zona con un spray desinfectante para luego tapársela con otra nueva. Noto que mientras hago todo esto, ella mira con atención cada uno de mis movimientos, y no puedo decir que no me gusta que lo haga.
—No te hacía sabiendo tanto de primeros auxilios.
—No es la gran cosa —contesto riendo por lo bajo—. Aprendí a la fuerza más o menos, porque con los chicos nos agarrábamos a trompadas en algunas compes y no nos quedó otra que saber cómo carajo se hacía esto.
Después de terminar ahí, me fijo si no tiene alguna otra lastimadura por ese lugar y me dirijo hacia su cara, donde empiezo a repetir todo lo anterior y a su vez le doy el hielo para que se ponga en los pómulos que los tiene hinchadísimos y violetas de los golpes que recibió.
—Mauro, ¿puedo preguntarte algo? —interroga mientras la sigo curando.
—Sí, decime.
—¿Por qué tu novia, o mejor dicho, exnovia me rompió la cara a piñas?
Paro un momento y me muerdo el labio pensando en si contarle o no, pero creo que se merece saberlo. Suspiro profundo y comienzo a hablar.
—Resulta que Ana se había enterado de aquello que había pasado en lo de Tomás, pero no sabía quién eras —explico mientras termino de limpiarle la cara—. Y me amenazó con que si yo no te hablaba ni me juntaba con vos, entonces no te iba a lastimar, pero no lo cumplió como verás. Lo último que quería es que averiguara quién eras, porque así podía evitar que te diera semejante paliza.
—Entonces fue por eso que me ignorabas —concluye mientras asiento.
—Creeme que no era porque quería, sino para que ella no te hiciera daño —hago una pausa y continúo—. Por eso hoy te dije que te fueras, porque te estaba protegiendo de la violenta de mi ex.
—¿Y no le explicaste que somos amigos?
—Ya la conozco —digo rodando los ojos—. Con lo celosa y posesiva que es no lo iba a entender, y menos sabiendo lo que había pasado. Pero ahora ya es historia, no quiero verla ni pintada.
Valentina se queda como reflexionando un rato y me dice que otra vez se siente cansada, por lo que le ofrezco una de mis remeras viejas para que duerma. Mientras se cambia en el baño, yo me preparo unas mantas para dormir en el silloncito que tengo acá en la pieza así ella lo hace cómoda en mi cama.
—Gracias por lo que estás haciendo por mí.
Su voz me sobresalta porque pensé que seguí en el sanitario. Cuando me doy vuelta hacia ella, la veo con mi remera puesta y noto que le queda un toque grande pero demasiado linda. Me rescato que la estoy mirando mucho y vuelvo a lo mío.
—De nada, es lo menos que puedo hacer considerando todo lo que pasó —digo volviendo a la búsqueda de acolchados—. Y te queda flama mi remera. Mejor que a mí, seguro.
Antes de que se acueste, le recuerdo que le escriba a alguna de sus amigas para que la cubran delante de sus papás, por lo que les manda un audio explicándoles todo. Cuando las chicas le dicen que no tienen drama, la ayudo nuevamente a recostarse no sin antes ofrecerle algo de comer, pero me dice que no tiene ganas y que prefiere dormir.
—Hasta mañana, Valen —la saludo dándole un beso en la frente—. Descansá.
—Igualmente, Mau.
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Hola lectores lindos!!! Acá les dejo este capítulo por las 600 lecturas que alcanzó la novela, así que disfrútenlo mucho mucho. Voten y comenten que me motiva a seguirla.
Averga interactuemos un rato y de paso nos conocemos: qué canción de Lit es su fav fav fav?
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Complementados | Lit Killah
FanfictionElla es una dedicada aprendiz de danza clásica que siempre fue educada para alcanzar la perfección. Él es un buen chico que fue corrompido por la mala junta y que vive sin proyectar nada de su futuro. Ella será el orden que Mauro necesita en su vida...