Complementados | Lit Killah

Capítulo #1

Complemento: cosa que se añade a otra para hacerla mejor, más completa, efectiva o perfecta.

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Valentina

Organizada. Esa palabra es la primera en definirme cuando hablan de mí o las personas preguntan por cómo me describo a mí misma. Según mis amigas soy la típica hija estrella que sus propios padres desearían tener, la señorita modelo, el ejemplo a seguir, la intachable Valentina, entre millones de características sin sentido que me atribuyen.

Desde muy chica estoy acostumbrada a que todos se hagan una imagen bondadosa y angelical de mí sin haberse preocupado en conocerme previamente. No es que no sea así, pero en el momento en que hago algo fuera de ese esquema que la gente hace en su cabeza se decepcionan al instante. Y es algo que quiero romper cuanto antes.

Ahora mismo me encuentro en la mesa del comedor ayudando a mi hermana menor con su tarea de inglés como todos los miércoles mientras el reloj marca las siete en punto de la tarde. Tan solo pensar que en media hora debería estar en el estudio de danza me hace sentir un poco fastidiada.

—A ver, Juli —le digo marcando la hoja de su libro con el lápiz—. ¿Te acordás cómo se dice 'mariposa'?

—¿Puede ser que sea butterfly?

—Sí, muy bien.

Luego de estar un rato más con ella, mamá atraviesa la arcada que divide la cocina del comedor para avisarme que en unos minutos tengo mi clase de ballet y que debo prepararme para no llegar tarde.

''Sí, mamá. Voy a ir para no perder mi asistencia perfecta de hace trece años.''

Lo único que me anima a seguir yendo a la academia de danza es porque ahí es donde tengo a Luz y Rosario, mis dos mejores amigas de todo el mundo. Si no fuera por ellas ya hubiera abandonado hace tiempo porque siento que es una etapa de mi vida que debe cerrarse, y además que es algo que mis papás quieren que haga, ya no es una actividad que realmente disfrute hacer.

Una vez que termino de cambiarme, tomo mis cosas y me dirijo caminando a paso lento hacia el estudio teniendo más ganas de volver a casa que de estar practicando dolorosas posiciones y pasos de baile.

—Al fin llegaste, Valen —saluda Rosario mientras corre a abrazarme junto con Luz—. Ya estábamos preocupándonos.

—Solo me atrasé siete minutos, chicas. No exageren —respondo soltando una risa fuerte.

—Sí, pero Madame Bonnaire ya estaba preguntando por vos. Viste que le gusta la puntualidad.

Ruedo los ojos con fastidio por esa señora y su afán de ser perfecta en todo. Otra de las tantas razones por las que quiero dejar este lugar. Como dijeron las chicas, la profesora se acerca a mí para hacerme una advertencia de que llegue en horario a la próxima lección, y como toda ''nena sumisa'' le pido disculpas con la cabeza gacha e insultándola internamente.

Luego de ponernos las zapatillas de ballet, comenzamos con movimientos de elongación para después situarnos en la barra al costado del gran espejo y continuar con la rutina de la clase pasada. Mientras tanto, a partir los cincuenta minutos restantes, mi cabeza comienza a viajar hacia otros pensamientos acerca de qué sería de mí si tuviera otra vida o si no estuviera acá haciendo esta aburrida clase.

—Concentrate, Valentina. No estás poniendo atención —me reta la profesora con su falso acento francés.

—Disculpe, Madame.