Capítulo 3

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—¿Nervioso? –preguntó Chanyeol.

   El alto pronunció la pregunta en un tono ligero, a pesar de su preocupación. Apretó el casco plateado entre sus grandes manos y recorrió la superficie con los dedos, ansioso.

    Jongin se volvió a verlo con curiosidad ante la pregunta repentina y pareció meditarlo demasiado tiempo para el gusto del otro guerrero. Solo quería iniciar un conversación banal, ya había tenido suficiente de meditaciones la noche anterior en la soledad del templo.

–Supongo que lo normal, deseo obtener un buen puesto, mas no apunto a ganar –respondió con su usual tono calmado, el cual solía tranquilizar a las personas; algo extraño en un alfa, pues quienes se caracterizaban por saber transmitir calma a los demás eran los omegas–. Eso te lo dejo a ti, además, Baekhyun me mataría si te pateo el trasero en todas las competencias.

   El joven de hebras desordenadas soltó un bufido con diversión.

–Como si pudieras hacer eso.

–Wow, a alguien se le subieron los humos después de tantas victorias –alzó las manos en gesto burlón, por lo que Park rodó los ojos.

–Nada de eso –Decidió dejar el juego y sincerarse–: ni siquiera yo estoy seguro de cómo lo consigo, cada año es más difícil, todos entrenan más y algunos parecen odiarme de veras.

–Te doy la razón en eso de odiarte, Minhyuk te mira como si quisiera clavarte un puñal.

–Y pensé que era solo mi imaginación –respondió con sarcasmo.

   El moreno soltó una risa mientras terminaba de acomodar la coraza en su pecho, esta era meramente ornamental de momento, pues no habría luchas cuerpo a cuerpo hasta el tercer día del torneo, exactamente en las finales. Sin embargo, los 30 primeros puestos del año anterior debían pasearse en carrozas alrededor de la arena antes de comenzar las pruebas. Toda una ceremonia previa.

–Créeme, medio pueblo sabe que su rivalidad es algo de otro mundo.

–¿Para ser rivalidad no debería ser el odio mutuo? Porque no lo es, por mi parte solo me resulta incómoda su actitud.

–Piensa dos veces eso, Chanyeol, recuerda que esta vez está compitiendo para casarse con Baek. No creo que eso te cause solo "incomodidad".

   Park dudó.

   La idea de que alguien tan molesto como Minhyuk fuese quien desposara a Baekhyun hizo que se sintiera repentinamente enojado. Es cierto que le había pedido a la diosa Luna que si él no podía ganar la competencia, el castaño consiguiera una buena persona. Definitivamente Minhyuk no encajaba en ese perfil.

   ¿Quién sí lo haría? Tal vez alguien gentil y noble como Jongin, él gobernaría el reino de buena forma y apoyaría a Baek en sus decisiones. Aún así la idea no llegaba a agradarle del todo, imaginar a su amigo besando los labios rosas del príncipe hacía que sintiera fastidiado; peor aún, imaginar que el castaño tendría que engendrar al próximo heredero con... simplemente no.

–Oye, calma tus feromonas, empieza a apestar a menta todo el ambiente –se quejó el contrario tapándose la nariz–, créeme que como alfa me dan ganas de golpearte.

   Yeol soltó un bufido antes de darle la espalda para ajustar las correas de sus sandalias de oscuro cuero. No debía estar pensando en cosas que lo pusieran de mal humor; había aprendido que estar tranquilo le ayudaba a tener un buen desempeño en las pruebas. Aunque no era culpa del más joven que él tuviese reacciones tan inmaduras, eso le pasaba por intentar empezar una conversación, no estaba en su naturaleza dar el primer paso.

The last great dynasty | ChanbaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora