Capítulo 6

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     El príncipe Baekhyun, en sus casi 16 años de vida, siempre había disfrutado romper las reglas, ser rebelde y aprovechar cualquier mínimo atisbo de libertad. A pesar de querer demasiado a Yifan, su espíritu aventurero y travieso no le permitía seguir sus reglas al pie de la letra. Sin embargo, una cosa era no seguir lo protocolos, y otra muy diferente, lo que estaba a punto de hacer: escapar de casa en plena noche.

    Presentía que tal vez estaba pasando un límite, incluso hasta abusando de la confianza de su tío, pero confiaba en que nada terrible pasaría si es que este no se enteraba.

    Apoyó el pie en su cama para ajustar la funda de cuchillos en su muslo derecho, después la tapó con su peplo color hueso.

–Baek, no debemos ir, hablo en serio –susurró un ansioso Luhan–. Nuestro tío nos castigará de por vida si se entera que salimos sin nadie que nos cuide.

    El mayor escondió una navaja más pequeña en la faja que rodeaba la mitad de su torso. Luego, levantó la vista y lo observó con sus brillantes ojos.

–Si salimos con algo que nos cuide, estoy llevando mis armas y tú llevarás tu arco –respondió con simpleza.

    Lu lo miró mal.

–Sabes que no me refiero a eso. No tenemos permitido salir sin una escolta o, mínimo, con Sehun.

–No te preocupes por eso. El tío Fan nos deja pasear solos si Sehun nos acompaña, ¿no? –preguntó, a lo que su hermano asintió inseguro–. Yo lo he vencido en nuestras prácticas varias veces, yo puedo ser mi propia escolta.

–Sehun tiene tu misma edad, Baek, no puedes comparar tus juegos de luchas con la vida real.

    El omega bufó molesto. No se iba a exponer a ningún peligro real, por lo menos no a ninguno que él no pudiera manejar. Estaba harto de que quisieran protegerlo tanto solo por ser omega, mientras que los demás podían salir con total libertad.

    Está bien, él era un príncipe, pero no habría problema porque iría de encubierto escondiendo su identidad. Además, el templo de la diosa Luna tampoco estaba tan lejos.

–Lu, si tanto miedo te da ir no me acompañes, pero yo tengo un compromiso esta noche –dijo con firmeza.

–Ni loco te voy a dejar ir solo, por lo menos entre los dos podemos cuidarnos –Pasó sus dedos entre sus hebras café oscuro con frustración–. Baek, ni siquiera estás seguro si él irá, ¿no me dijiste que el tipo solo se quedó callado?, tal vez esa fue una negativa.

    El mayor soltó un suspiro. Sabía que aquel silencio no había sido un rechazo, no tenía forma de explicarlo, pero su instinto le brindaba esa seguridad.

    Fue exactamente hace un año cuando lo vio por primera vez. Aquel joven esbelto con orejas sobresalientes llamó su atención apenas lo miró poner un pie en la arena. El chico, a pesar de su porte alto y cuerpo esbelto, demostraba nerviosismo al desenvainar la espada. Notó también como sus pies se movían inquietos mientras se colocaba en posición para pelear. Todos esos detalles interesantes y graciosos hicieron que no pudiera apartar su mirada de él durante la mayor parte de la competencia. Así como también, no pudo evitar celebrar cada uno de sus logros internamente.

    Desde lanzamiento de disco, hasta pruebas de velocidad, maldijo cuando el mayor no quedaba en primer lugar y celebró cuando sobrepasaba a los demás concursantes con gran ventaja. El chico se había convertido en su guerrero favorito ese año. Parecía tan concentrado en no fallar, que pese a que Baekhyun se sentaba con la espalda recta en su privilegiado sitio y se removía inquieto, no lo volteaba a mirar. El único que lo había hecho fue Yifan, pero para exigirle que se comporte de una vez.

The last great dynasty | ChanbaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora