Capítulo 9

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     Cuando el sol se ocultó dejando a Cheonche bajo el cuidado de la luminosa luna, Baekhyun esperó a que el palacio se sumiera en un silencio sepulcral con impaciencia. Cada minuto parecía transcurrir con una lentitud interminable. Sin embargo, debía estar seguro de que nadie caminara por los pasillos al salir, pues no quería ser atrapado en flagrancia. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que escapó de casa de noche, tanto que los nervios ahora se apoderaban de su cuerpo. Aunque seguro se sentía de aquella forma al saber que tendría que dirigirse a su destino completamente solo.

    Los sedantes que le habían hecho ingerir a su hermano menor lo tenían descansando en su alcoba plácidamente. Luhan resultó tan afectado por el incidente de Sehun que no tuvieron otra opción más que brindarle hierbas que relajaran su sistema nervioso y le permitieran conciliar el sueño. Por esta misma razón, prefirieron dejarlo solo, pues percibir las feromonas de cualquiera mantendrían su inconsciente alerta y no permitirían que se relajara por completo.

    Baekhyun se quejó con Yifan durante varios minutos después de ser llevado al salón principal en contra de su voluntad. No pudo evitarlo, su conexión con Luhan era demasiado fuerte, su propia naturaleza le exigía permanecer a su lado y velar por su seguridad. Sabía que estaba siendo terco y que no pensaba con claridad, pero no iba a aceptar sin mostrar su descontento antes.

    A los pocos minutos se enteró de la razón por la que lo habían guiado a aquel lugar. El rey Byun mandó a llamar a un par de criados, quienes contaron las noticias actuales sobre el estado de su mejor amigo. Volvió a llorar cuando mencionaron que estaba estable, pero que aún se encontraba inconsciente y que necesitaba recuperarse. También mencionaron lo obvio, es decir, que no sería partícipe en lo que quedaba del Torneo de los bendecidos del Sol. Esto no pudo importarle menos, pues estaba demasiado embargado por el alivio al saber sobre el estado de Sehun. Quería ir y despertar a Lu; sin embargo, el más joven apenas había logrado cerrar los ojos, volver a ver una expresión pacífica en su rostro fue bastante difícil de lograr.

    Yifan le dejó claro que por la coyuntura no podría hacerse una visita al joven Oh, pues aún faltaban dos días de competencia antes de coronar a un ganador. Sin embargo, le prometió que todos los días irían empleados del palacio a cerciorarse del estado de salud del burgués. Además, se aseguraría de que no escatimen en gastos con tal de darle las mejores atenciones.

    "Sehun es uno de los alfas más fuertes que he conocido, Baek, él va a estar bien, me voy a asegurar de eso", había dicho antes de abrazarlo y permitirle llorar entre sus brazos.

    El joven se sentía culpable, le gustaría tanto poder obedecerlo en esta ocasión, en cambio, ahora estaba ocultando su rostro bajo una caperuza y cerrando la puerta de su habitación tras de sí.

    Con su entrenamiento no fue difícil moverse ágilmente por los pasillos. La parte complicada fue esquivar a los guardias que rondaban por las entradas del lugar. Se mantuvo agazapado esperando y siguiendo con la mirada a los hombres. Solo un segundo, un pequeño error de su parte fue suficiente para que lograra escabullirse con maestría.

    Ahora, víctima de la gélida brisa nocturna, caminaba con la mano derecha rozando el puñal escondido en una funda en su muslo.

    Por esas fechas se les brindaba estadía a los competidores en una residencia enorme, en la cual cada alfa poseía su propia habitación, a una distancia prudente unos de otros. Estaba enterado de ese dato debido al mismo Sehun, quien se lo había comentado en una de sus conversaciones cotidianas. Precisamente aquel lugar era su destino. Su amigo había sido trasladado a la enfermería del complejo de habitaciones una vez se encontró a salvo.

    A pesar de saber donde se encontraba la construcción, no podía evitar sentirse asustado. Conocía el Templo del dios Sol, así que no sería complicado encontrar la residencia en la que yacían los guerreros, pues, según tenía conocimiento, se encontraba ubicada un par de cuadras después. El camino iba a ser más largo, de hecho era el lugar más lejano al que alguna vez había planeado dirigirse. No obstante, se obligó a dejar de pensar y solo aceleró el paso mientras escuchaba su respiración un tanto agitada. Estaba atento a cualquier ruido a la vez que se mantenía más concentrado en no bajar la velocidad de su andar. Él era un omega fuerte, sabía defenderse, que tuviera miedo de caminar solo por las calles oscuras era algo normal.

The last great dynasty | ChanbaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora