30 años antes…Empujé la puerta, bostecé porque me caía de sueño y acomodé mis lentes para revisar rápidamente con mi mirada el lugar, alguien alzó el brazo captando mi atención.
Dylan me sonrió como si yo fuese Santa.
Me acerqué intentando poner toda mi buena voluntad porque no me sentía de muy buen humor, al menos comería mis waffles de frutos rojos que eran mis favoritos.
—Creí que no vendrías. —señaló a la silla frente a él.
—¿Perderme esto? —alcé una ceja y me senté—. Café y waffles gratis.
Sonrió con amabilidad, aceptó bien mi chiste. Le tomé atención a su rostro porque ahora la luz del día me permitía verlo mejor. Era de una tez pálida, sus mejillas estaban algo rosadas dándole un aspecto adorable, su cabello era lacio y castaño. Tenía unos ojos azules que me impactaba demasiado, era muy guapo.
—Me sorprende que de la noche a la mañana quieras hablar conmigo. —le dije.
—Bueno, han pasado algunas cosas…
—¿Y yo qué tengo que ver?
Se nos acercó el mozo justo en ese momento que tomó aire para contestarme.
Me sentí impaciente, no sé qué me dirá pero sí que sabía mantener el misterio además quería saber qué sucede con Abigail, sé que no me incumbe pero el chisme corre por mi cuerpo en este momento.
Pedí mis waffles y él pidió café con unas donas.
El chico se marchó, yo lo miré expectante.
—No veía la hora que vinieras para pedir el desayuno —bostezó—. Lo siento, he dormido poco, el trabajo está matándome.
—¿Eres cocinero verdad?
—¿Cómo lo sabes?
—Lo vi en tu perfil, tuve que revisarlo. No acepto una salida con psicópatas. —bromee.
—Yo tampoco invito a desayunar a psicópatas. —sonrió.
—Entonces, ¿Por qué me invitas?
Pareció algo incómodo y me preparé para la estupidez que iba a decirme. Me imaginé el cuento de que quizás yo le llamaba la atención y bla bla.
Sin embargo se puso demasiado serio, lo cual me inquietó, su ceño parecía fruncido y concentrado, buscando las palabras justas.
Con todo lo que vengo atravesando dudo que pueda sorprenderme, me espero cualquier cosa.
—Sé que sonará raro pero me siento desesperado y sé que tú eres la única que puede ayudarme.
—No tengo dinero. —encogí mis hombros.
—Oye, intento ser serio —fingió estar enfadado y yo reí —. Necesito un favor.
—¿Cuál?—carcajee.
—Paul.
Mi sonrisa dejó de existir, me acomodé en mi silla y permanecí seria sin entender bien qué sucedía aquí. ¿Quién es él para hablar de Paul? Para mí estaba muerto y enterrado hacía un buen tiempo.
—¿Qué sucede con Paul? ¿Ahora eres como su aliado o qué?
—No, estoy de tu lado.
—¿También lo quieres ver arder en llamas? Gracias, al menos no soy la única.
—Es una buena idea pero no, lo quiero lejos.
—Me halaga que me veas como un sicario pero no lo soy —llevé la mano a mi pecho—, además yo tengo mis fuentes y te conviene tener cerca a Paul, te estás comiendo a Abigail por todos los rincones posibles. El cumpleaños de Chris por ejemplo.
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Segunda Opción [TERMINADA]✔️
RomanceEl tiempo se acaba y Emily debe cumplir una promesa: confesar a su hija su oscuro secreto que la lleva a repasar su caótica vida amorosa a través de objetos celosamente guardados en su cofre ¿Podrá ser capaz se enfrentar al pasado donde el deseo y l...