Capítulo 2: Lentes de papel.

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30 años antes...
Hoy empezaba la semana, estábamos en primavera pero poco a poco se despedía para llegar el verano y los días comenzaban a ser más calurosos. Me levanté y le di verduras a mis dos cobayas, Albert y Bolita.

Tras salir de la habitación golpee la puerta de Juju para despertarla y prendí la televisión para escuchar las noticias matutinas. Saludé a Timmy que despertaba del sofá moviendo su cola para mí y me dispuse a preparar el desayuno.

Puse para hacer el café, fui a mi habitación a buscar mi celular y ver si tenía mensajes. Ninguno.

Qué triste, necesito divertirme...
Preparé mi bolso con todas mis tonterías. Mi bella cajita de metal con al menos un porro dentro uno nunca sabe qué emergencia puede suceder... Tampones ¿Para qué? Hace dos meses que no menstrúo.

Si, es rarísimo pero mis hormonas son una lucha constante para que se estabilicen y a estas alturas me daba igual.

Perfume sí, necesito esto. Pastillas de menta, por supuesto, un anotador... Hmm por si acaso.

Encendedor, claro que sí. Un suéter por si refresca. Si. Mi billetera, auriculares. Si.

Dejé mi ropa para vestirme, una camiseta larga de color vino y unos jeans.

Escuché a Juju salir de la habitación y meterse al baño.

—¡Apúrate que también debo bañarme!— golpee la puerta.

—¡Prometo salir rápido! —me gritó.

No debí despertarla...

Volví a la cocina, preparé tostadas, limpié los platos de ayer en la cena y tomé mi celular para revisar Instagram, todo normal ningún chisme matutino que llame mi atención.

¿Desde cuando las mañanas son tan aburridas? Qué terrible es la adultez y la rutina.

Juju llegó a la cocina cuando tenía todo listo. Abusando de mi generosidad como siempre, con una falda tiro alto blanca realzando sus caderas y con un sostén negro, su cabello mojado y una sonrisa de oreja a oreja.

—¿Así irás a trabajar? Vas a matar a Christian.

—Tengo que planchar mi blusa. —se quejó.

—No creo que a Chris le moleste verte así. —la miré de manera inquisitiva.

—No empieces. —tomó una tostada huntándola de mermelada.

—Ay, tu jefe te tiene ganas desde que pusiste un pie allí, hasta yo lo sé y eso que ni lo conozco.

—Y claro como nunca lo viste en persona dices estupideces. —le dió el primer mordisco.

—Vamos Julie, eres hermosa y ahora estas soltera y a ti te gusta no te hagas la puritana. —tomé asiento.

Mi hermana era hermosa, bueno los genes han hecho un buen trabajo con todos mis hermanos.

Juju medía un metro setenta, esbelta de cabello tan negro que hacía un notable contraste con sus ojos azules que heredó de mamá, bueno en realidad eran iguales y de ojos grandes.

Mis cinco hermanos se parecían los unos a los otros pero había algo que los unía. Ese color azul profundo que tenían en sus ojos, grandes y llamativos que capturaban a cualquiera y luego estaba yo. La enana de un metro cincuenta y tres con ojos marrones claros.

Obviamente fui el blanco de mis hermanos diciendo que era la "adoptada".

Traumas de infancia supongo, no era fácil aguantar cinco personas (incluida Tori a quien supero 10 años) que se me pongan en contra. Sin embargo tengo facciones parecidas a mi hermana mayor Gwen así que supongo que era mi única defensa.

Segunda Opción [TERMINADA]✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora