Capítulo 17

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- ¿Tienes alguna idea de porqué Álvaro hace esto? - me pregunta Iván.

No estoy para pensar. Solo quiero acercarme a mis amigos para ver si están vivos o no.

- ¿Están vivos? - pregunto consternada.

- No podemos tocar nada. Dame algo para poner en mi mano y que no dejemos huellas - contesta.

Pone un pañuelo alrededor de su mano y se acerca a mis amigos. Lo sigo de cerca.

Primero Luis, no respira; Valentina, respira pero muy débil; Aitana, igual que la anterior; Pablo, no respira; Elena, no respira.

- Los que no respiran será por falta de oxígeno y por no comer - explica Iván -. Hay que sacarlos a todos de aqui.

No puedo creer que esté pasando esto.

- Puedo llamar a Sonia para que venga a recogerlos y se los lleve para ayudarlos - me propone Iván.

- Está bien.

Me acerco a ellas y les toco la mejilla a cada una, están heladas.

Aitana abre poco a poco los ojos y respira profundamente como ahogándose. Le quito la banda de la boca y puede respirar mejor.

- ¡Dios mío! - grita Aitana aterrada respirando profunda y rápidamente.

- Tranquila - le digo llorando.

- Soy Iván, vamos a ayudarte a ti y a Valentina. No te va a pasar nada, tranquila - dice Iván tocándole un hombro.

Ella asiente rápidamente y frenética. Esta muy nerviosa. Iván hace unas llamadas a Sonia y por lo visto ella acepta venir a recogerlas y llevárselas a una habitación del motel donde se aloja Iván para poder tratarlas y ayudarlas.

- No puedo dejar a mis otros amigos solos en la cabaña con él - digo totalmente nerviosa.

Sonia se ha llevado a mis amigas en el coche. Iván me agarra de la cintura y comenzamos a andar.

- ¿Tienes idea de porqué hace esto? - pregunta por segunda vez al ver que la primera ha sido fallida.

- Creo que lo sé - le digo mirando hacia el frente. Pienso lo que voy a contar a continuación -. Hace un tiempo, mis padres tuvieron un accidente de tráfico. Chocaron contra un coche que venía a gran velocidad y no pudieron sortearlo - digo con los ojos ya vidriosos, pero contengo las lágrimas para poder seguir hablando -. Mis padres sobrevivieron, con algunas heridas pero pudieron sobrevivir - se me escapa una sonrisa por pensar que siguen vivos -. Las personas del otro coche, con el que chocaron mis padres, no sobrevivieron al choque - digo apenada -. Sufrieron fuertes traumatismos y no pudieron hacer nada para salvarlos - me llevo las manos a los ojos para secarme las lágrimas que han salido.

- Laura, ¿quiénes eran los del otro coche? Los que murieron - pregunta Iván.

Recuerdo ese día como si fuera ayer:

"Estaba en mi cuarto con los cascos puestos. Mis padres venían hoy de un viaje que habían decidido realizar para celebrar su aniversario de casados. Hacían 15 años de casados y querían celebrarlo ellos dos juntos yéndose de viaje. Estaba trabajando en un proyecto para la asignatura de Física ya que llegarían las vacaciones y necesitaba unas notas altas. Escucho la puerta tocar varias veces, me quitó los cascos y bajo rápidamente a abrir. Lo que veo me deja desconcertada: dos agentes de policía.

- ¿Es la hija de los Señores Muñoz? - pregunta uno de los agentes.

- Si, soy yo. ¿Ha pasado algo? - pregunto aterrada y a la vez confundida. Se habrán equivocado.

- Tenemos una noticia que darle - apunta el segundo agente. Preguntan si pueden pasar y les abro la puerta para que entren.

En ese instante en que me contaron lo que tenían que contarme quise morirme. Mis padres habían tenido un accidente. Estaban bien pero los otros participantes de ese accidente no habían sobrevivido. El peor día de mi vida.

- ¿Quiénes son los que no han sobrevivido? - pregunto consternada.

- Dos integrantes de la familia de un compañero de tu curso, Álvaro Ortiz. Sus padres - contesta el segundo agente."

- Iván - me giro para encararlo. Tengo los ojos brillantes y llenos de lágrimas. Agarra mis manos y las aprieta -, eran sus padres - digo soltando las lágrimas como si hubiera soltado una bomba que llevaba tiempo escondida sin ser descubierta aún -. Sus padres fueron los que murieron en ese accidente.

- Todo tiene sentido ahora - piensa Iván en voz alta.

- Durante todo el tiempo pensé que era culpa de mis padres que ellos murieran pero no es así, fueron ellos los que iban a gran velocidad y muy mal y mis padres no pudieron hacer nada - explico -. Pensaba que él no sabía nada porque nadie le contó la verdadera realidad ni como fue. Pero ahora que lo pienso, se quiere vengar de mí, Iván - lloro.

Me abraza fuerte y desliza sus manos por mi pelo y espalda.

- ¿Qué voy hacer ahora? - pregunto llorando y aferrándome a su espalda con fuerza -. ¡Dios mío!

- No voy a dejar que te haga daño, ¿entendiste? - mira mis ojos aguados y me besa con fuerza. Le correspondo sin fuerza -. Si te pone una mano encima...se las verá conmigo.

Lloro y me aferro a él lo más fuerte que puedo.

Lloro y me aferro a él lo más fuerte que puedo

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