Cuando ya estoy desatada por completo me aferro al brazo de Iván con miedo de que pueda entrar Álvaro y nos haga algo o lo que es aún peor, le haga algo a Iván. No me lo perdonaría ni a mí misma ni a Álvaro en la vida.
Abrimos la puerta con cuidado para ver o escuchar algo de fuera pero está todo en silencio.
- ¿Qué vamos hacer? - pregunto a la vez que Iván cierra la puerta de nuevo.
Es increíble que me tenga aquí encerrada solo por querer verme sufrir cuando no tengo culpa de nada. Cree que la culpa es de mis padres porque fueron los que chocaron con los suyos y murieron pero está totalmente equivocado. Los únicos culpables eran sus padres que no iban en condiciones de conducir. Intentaba echarle las culpas a todo el mundo sin ver más allá de la realidad. Era irritación lo que sentía ahora mismo. Impotencia de no saber que hacer con toda esta situación. Tenía que ayudar y salvar a sus amigos.
- Sonia me ha llamado antes para decirme que Valentina y Aitana están bien - suelta Iván dándome un pequeña alegría entre tanto amargor.
Sonrío y suspiro. Me alegro muchísimo de que hayan sobrevivido de a saber las cosas que le han hecho. Es un milagro.
- Esto es lo que vamos hacer - dice Iván sujetandome los codos -. Voy a volver a atarte a la silla, tienes que actuar normal, como si no hubiera venido - explica -. Cuando entré tienes que sonsacarle información de lo que sea y entretenerle con cualquier cosa. Mientras, yo voy a encontrar a los demás que están aquí y los voy a ayudar junto con Sonia - termina diciendo.
Veo un atisbo de esperanza en esta situación y muestro una pequeña sonrisa y lo abrazo.
- Gracias - agradezco -. Gracias por todo lo que estás haciendo por mí y por todos ellos.
- No tienes porqué darlas - réplica, apartándose de mí y besándome. Le correspondo a ese acto de cariño.
Cuando nos apartamos, vuelve a sentarme en la silla y a volver a atarme como estaba antes. Me da un beso de despedida.
- Todo va a ir bien - dice apartándose y con una última caricia en la mejilla se dirige por donde ha entrado.
Espero a ver si Álvaro entra y poder entretenerlo para que Iván pueda encontrar a mis amigos y ayudarlos.
Escucho pasos acercarse a la habitación y la puerta se abre de pronto.
Endurece su rostro y no entiendo porqué.
- ¿Qué te pasa? - me atrevo a preguntar.
Observo que en su mano empuña un cuchillo de no más de 6 cm pero es un cuchillo.
Se acerca muy lentamente a mí mirándome fijamente a los ojos y me da hasta miedo.
- ¿Quién te crees para preguntarme qué pasa? - dice con el ceño fruncido y con un aspecto endurecido.
- Yo...yo solo preguntaba - digo asustada por su reacción -. Perdón por si te ha molestado - me disculpo.
- ¡Pues no preguntes tanto! - me encojo por el grito que pega tan fuerte -. Estas siempre preguntando. Me cansas. Eres insufrible. No te soporto. No te aguanto - enumera todas las cosas que piensa de mí.
- Piensas todas esas cosas de mí - afirmo sin que suene ni sea una cuestión que deba responder.
- Si, es todo lo que pienso y más - confirma.
- No tienes motivo para pensar esas cosas - replico.
- ¿A no? Y, según tú, ¿por qué? - pregunta acercándose más a mí.
Pienso en que decir. Tengo que seguir hablando con él para entretenerlo y que Iván pueda hacer lo que me ha comentado.
- Porque no soy como tú dices que soy - explicó e intento que entre en razón -. Tú piensas todas esas cosas pero estas ciego ahora mismo por verme sufrir que no ves más allá de lo malo. Y no todo lo que tengo es malo, Álvaro - repongo levantando la mirada y clavandola en sus ojos -. No tienes porqué echar las culpas a mí o a mi familia porque...porque tus padres hayan muerto - digo con temor a como pueda reaccionar -. Tus padres fueron los que chocaron con los míos porque no iban en condiciones para conducir.
Me mira con cara de querer apuñalarme con el cuchillo que tiene en su mano.
IVÁN
Voy andando por la parte de abajo de la cabaña sin hacer mucho ruido para no dar señales de que hay alguien más aquí.
Intento agudizar el oído para poder escuchar algo pero es en vano porque no escucho nada.
Voy hacia las escaleras para subir a investigar por arriba con mucho cuidado porque Álvaro está arriba con Laura, no puede sospechar que estoy aquí.
Subo los escalones con cuidado y una vez arriba pongo todos los sentidos alerta.
De repente, escucho unos gemidos de dolor y desesperación a través de una de las puertas de las habitaciones. Me acerco y ando pegado a la pared para poder escuchar mejor y saber con exactitud de dónde vienen los sonidos. Cuando lo compruebo, con cuidado abro el picaporte de la habitación sin hacer ruido y lo que me encuentro no me impresiona.
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No Te Fíes
Mistero / ThrillerUn grupo de 10 amigos que han terminado segundo curso de bachillerato, deciden irse a una cabaña a las afueras de la ciudad a celebrar la despedida de fin de curso. Descubren que en esa cabaña, a lo largo del tiempo, empiezan a suceder cosas. Si est...