Capítulo 7

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Álvaro se levanta de repente dando un salto.

- ¡Venga ya! En serio, quien lo este moviendo no tiene ni pizca de gracia de verdad. Es que no deberíamos haber jugado tío, no es un juego para hacer la gracia - nos dice Álvaro, mirándonos a todos y muy enfadado y alterado.

- Álvaro, tranquilízate. No hemos hecho nada, es el juego, es lo que nos ha dicho la presencia que hay en esta cabaña - le dice Chloe para tranquilizarlo.

- Es que no deberíamos haber venido. Es tonto, a quien se le ha ocurrido la idea de venir aquí. No quiero, no me gusta, no debería haber venido. ¡Dios! - dice Álvaro llevándose las manos a la cabeza y dando vueltas por el piso.

- Álvaro, relájate. No va a pasar nada, tranquilo. No ha sido ningún error venir aquí, al revés. Ya verás que nos lo vamos a pasar muy bien - le dice Valentina.

Álvaro sigue dando vueltas por el piso y en una de estas sube a la planta de arriba y se encierra en su habitación. Hacemos todos lo mismo y nos vamos cada uno a nuestra habitación.

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Me levanto por un ruido que escucho. Abro la puerta de mi habitación y no se escucha nada. Bajo las escaleras sigilosamente y cuando llegó abajo no hay nadie, solo la luz de la lámpara de una mesita.

- ¿Hola? - pregunto extrañada de no ver a nadie.

Se escucha otro ruido. Escucho esa voz. ¿Por qué la escucho siempre en situaciones en las que estoy sola?

- No te fíes - escucho que dice esa voz. Miro alrededor pero es que no veo a nadie como me suele pasar siempre que escucho esa voz.

- ¿Quién eres?

- No te fíes.

...

Me levanto sobresaltada de la cama. Que sueño más extraño. No entiendo porque siempre escucho esa voz. Desde el día que me empujó la persona que me habló y me pidió perdón la escucho siempre pero no veo a nadie.

Veo que Valentina no está en la habitación y decido bajar a la planta de abajo para desayunar algo. Me encuentro a Pablo, Toni y Hugo en la cocina preparando tostadas y zumos para desayunar.

- ¿Quién ha ido a comprar las tostadas y las naranjas? - les pregunto.

- Hemos ido Hugo y yo esta mañana temprano con las indicaciones que nos diste y como nos hacía falta comida para desayunar hemos decidido ir los 2 para no molestar - me dice Pablo.

Veo que los zumos ya están preparados y por las escaleras bajan los demás.

- ¡Qué bien huele por dios! - dice Elena con los ojos cerrados.

- Pues todos a la mesa que ya está preparado el desayuno - nos dice Toni.

- ¡AAAAAAAAAAAAAA! - oímos a alguien gritar en la parte de arriba.

- ¿Qué ha pasado? - nos pregunta Chloe mirándonos a todos con cara de asustada y nerviosa.

- ¿Quién ha gritado? - pregunta Hugo.

Vamos todos en dirección a las escaleras para subir todos y vamos despacio para no hacer ruido. Cuando llegamos arriba vemos el pasillo vacío y la puerta del final del todo, el cuarto de baño, entreabierta y la luz encendida. Vamos hacia allí. Hugo, que es el primero, abre la puerta y lo primero que ve es a Álvaro con los ojos como platos, super abiertos, asustado, nervioso, y los brazos tirados a los lados de su cuerpo. Aparto a los demás para entrar y ver lo que pasa, porque no entiendo porque está así. Cuando entro y lo veo de cerca, Álvaro gira la cabeza para señalarme la esquina del suelo, miro hacia allí y veo un charco de sangre.

- ¡Dios mío! - exclamo muy bajito.

Lo vuelvo a mirar a él y esta vez está mirando el espejo del cuarto de baño frente a él. Cuando giro la cabeza hacia el espejo me quedo con los ojos como platos, sorprendida y sin saber que hacer con eso.

Una frase. Una frase que nos cambio la vida a todos:

"No te fíes"

"No te fíes"

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