Déjame ser tuyo
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James Potter siempre fue uno de los chicos más codiciado de Hogwarts, no sólo era guapo, también era amable, divertido y muy inteligente; había salido con algunas chicas, pero su corazón siempre le perteneció a Lily Evans.
Su relación duró años y las chicas (y algunos chicos) habían babeando aún más por el azabache, ellos comprobaron que James no sólo era un buen amigo y estudiante, también era un buen novio. Cuando se supo que ellos habían terminado muchas chicas fueron en busca de una oportunidad, pero simplemente habían logrado una sesión de besos en los baños del segundo piso.
Por eso fue que cuando notaron que James le entregaba una playera a Pandora, o cuando se enteraron que ella había abandonado su casa por irse con él, los rumores se expandieron por el castillo, muchos decían que estaban saliendo, otros más decían que sólo era una aventura y que la pelirroja se había ilusionado de más; sin embargo, fue hasta que Rosier y Potter pelearon que las personas se dieron cuenta de que realmente el azabache estaba enamorado de ella.
James tenía muy poca paciencia si se trataba de peleas, dentro de sus pocos siete años en Hogwarts se había metido en tantos problemas que no los podía contar, aunque la mayoría eran justificados. Solía defender a Remus y Peter quienes -a su parecer- eran los más indefensos del grupo, también defendía a Lily de los absurdos comentarios puristas y no desde hace mucho empezó a defender a Pandora, por eso cuando Rosier dijo todas esas cosas de ella su sangre hirvió
—También te lo hizo a ti, ¿verdad?— le había preguntado Rosier
—¿De qué hablas, Rosier?
—Hablo de sexo, Pandora tiene una forma muy peculiar de moverse— dijo —Y sus gemidos... Te aseguro que son exquisitos
El azabache no podía parar de pensar en eso y no precisamente por que ella ya hubiera tenido relaciones, lo que le aterraba era que tal vez no habían sido consensuadas y creía que ella ya había sufrido lo suficiente para esta vida. Salió de la enfermería una semana después y le pidió a Sirius que no dejara que Pandora fuera por el.
James planeaba alegrar un poco de la vida de la pelirroja, si bien ya se habían besado en un par de ocasiones y prácticamente todo Hogwarts creía que salían juntos, el no creía que fuera oficial hasta que le pidiera ser su novia. Así que preparó todo lo que necesitaba, encontró un claro en el bosque prohibido y le pidió ayuda a los merodeadores para arreglar la sorpresa.
Se encargaron de preparar todo con algunas luces, comida y una pequeña manta sobre la húmeda tierra. James se acomodo el cabello cuando Peter le dijo que Pandora estaría ahí en unos segundos, estaba nervioso y sentía como su corazón latía rápidamente dentro de su pecho.
—¿Que le paso?— escuchó la voz de Pandora junto a unos pasos apresurados —¿Qué haces aquí, Black? ¡Corre por la señora Pomfrey!
—¡No puedo!— contestó el otro —¡Se desangra, corre!
El azabache frunció el ceño al escuchar eso pero no tardó mucho en distinguir a la pelirroja llegando, su cara de preocupación fue reemplazada por una de sorpresa y después una sonrisa se dibujó en su rostro; James aprovechó para repasarla de pies a cabeza y no pudo evitar que una pequeña risita se le escapara, vestía su pijama azul que hacía juego con sus pantuflas, su cabello estaba húmedo y enredado y en su mano tenía un peine, pero eso no evitaba que se viera preciosa.
—¿No te estas desangrando?— preguntó Pandora cuando su mente al fin reaccionó
—No, Dora, estoy intacto— dijo James con diversión
—¡Tu cerebro es del tamaño de una nuez!— gritó la pelirroja girándose hacia Sirius —¡Agradece a Merlín que eres mi amigo o tu te estarías desangrando ahora mismo!
Sirius levantó las manos en forma de rendición aunque la sonrisa de burla aun seguia impregnada en su rostro, dando lentos pasos se alejó hasta que solamente quedaron James y Pandora. Él le sonrió ampliamente antes de estirar sus brazos dando a entender que quería un abrazo, Pandora corrió hacia el pelinegro y hundió su nariz en su cuello inhalando su aroma a cítricos, después de algunos segundos se separaron lentamente y la pelirroja alzó su cabeza para poder mirarlo a los ojos
—¿Estás enojado conmigo? ¿Hice algo mal?— preguntó
—¿Por qué crees que estoy enojado contigo?— preguntó James de vuelta
—Dijiste que no querías que fuera contigo a la enfermería, creí que estabas enojado— murmuró avergonzada
—Solo queria un poco más de tiempo para planear esto— dijo señalando su pequeño picnic —¿Te gusta?
—Claro que sí— dijo Pandora dejando un casto beso en sus labios
James tomó su mano y se encaminaron hacia la manta que estaba en el suelo, se sentaron sobre ella y empezaron a cenar mientras platicaban. El azabache se tomaba su tiempo para admirar cada pequeño movimiento que hacia la Hufflepuff, su corazón daba un vuelco cuando ella lo miraba fijamente o cuando estiraba su mano para quitar el cabello de su cara; estuvieron mucho tiempo sentados platicando y riendo, hasta que James decidió hacerlo.
Tomó una gran bocanada de aire y se giró hacia Pandora.
—Al inicio de año no soportaba la idea de que dijeran que nosotros teníamos algo— confesó —Despues me di cuenta que eras una persona maravillosa y me gustaste, cuando llegaste a mi casa entendí que te queria y ahora no se si alguna vez pueda quererte más porque explotaría— rió tímidamente —Me gustas mucho Pandora, me gustas mas de lo que alguien me habia gustado, me gustas tanto que daria mi vida por ti— suspiró —En medio de esta guerra lo único que quiero es que estemos juntos, asi que dejame ser tuyo. Dejame ser tu novio
El corazón de Pandora latía desbocado dentro de su pecho y las lágrimas no dejaban de caer desde que James había dicho que la quería, sus pensamientos se entremezclaban en su cabeza; por un lado no creía ser merecedora del amor del azabache, pero el otro lado le decia que lo merecia porque tambien lo sentia.
—Seamos el uno del otro— murmuró ella con una pequeña sonrisa —Seamos novios
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Pᴀɴᴅᴏʀᴀ | j. potter
FanfictionLa leyenda cuenta que al abrirse la caja de Pandora todos los males fueron desatados y al cerrarse la esperanza fue lo último que salió de aquel artefacto. Pará Pandora Selwyn esa historia le quedaba como anillo al dedo. Criada bajó los ideales puri...