De rodillas
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31 diciembre 1977
La casa de los Potter era un completo caos, Fleamont y Pandora corrían por toda la cocina buscando y agregando ingredientes a la comida, Euphemia y James iban de un lado al otro poniendo la mesa y arreglando todo lo que faltaba. Esta era la cena más grande que habían tenido en mucho tiempo y debía estar todo impecable, cuando los mayores les dijeron que se apresuraran para arreglarse el caos fue mayor, Pandora se había tenido que bañar en cinco minutos para que James tuviera tiempo de hacerlo, el cuarto del azabache era un desastre pues habia trajes, vestidos, tacones y zapatos por todos lados.
A las nueve de la noche empezaron a llegar todos, Sirius -quien ahora rentaba un pequeño departamento- llegó tomado de la mano de Circe Lestrange, minutos más tarde llegaron Morfeo y Lily con una botella de hidromiel y finalmente llegaron Remus y Peter. Los Potter estaban encantados de tener a mucha gente en su casa y más si eran personas que habían conocido desde pequeños.
Pasaron alrededor de una hora platicando hasta que decidieron que debían cenar, la mesa había sido encantada para que las diez personas cupieran a la perfección sin sentirse apretados, se apresuraron a llevar el pavo, la lasaña, el spaguetti y lomo a la mesa, todos empezaron a servirse la comida mientras la plática empezaba a fluir
—Lily, cariño ¿Qué planes tienes ahora?— preguntó Euphemia
—Pues entre a la academia de Medimagos— dijo con una sonrisa —Y estamos en espera para la compra de una casa en un suburbio muggle
Pandora se giró hacia Morfeo que sonreía abiertamente hacia su novia, les dedicó una sincera sonrisa que fue correspondida con gusto.
—Pues yo quiero anunciar que fui aceptado en la Academia de Aurores— dijo Sirius orgullosamente
—¡Felicidades!— chilló Euphemia —Sabia que podias hacerlo, ahora mis dos pequeños serán aurores
Sirius y James sonrieron abiertamente, el azabache entrelazo su mano con la de su novia y ella aceptó gustosa.
—Tu madre es Minerva McGonagall, ¿No es así?— preguntó Fleamont hacia Morfeo
—Lo es— contestó con orgullo
—¿Tambien te gustaria ser profesor?— preguntó
—Si— confesó —De Encantamientos
—¡Tu eres quien le ayuda a Dora con su libro!— dijo Euphemia —Ambos son muy talentosos, ese libro es uno de los más completos y servirá mucho para las siguientes generaciones
—Aún faltan algunas cosas, pero la Editorial Mágica de Londres se ha contactado con nosotros para imprimirlo— dijo Pandora con alegría
La cena siguió entre risas y momentos después pasaron hacia la sala donde la radio reproducia algunas canciones y comían el pastel de fresas que la señora Potter había preparado. Hubo un momento en el que James se alejó para ir con Remus y Morfeo dejando solas a Lily y Pandora.
—Así que por fin están saliendo oficialmente— dijo Pandora refiriéndose a Morfeo
—Si— murmuró un poco apenada —Escucha, yo jamás pude pedirte perdón por todo lo que dije estando en Hogwarts... De verdad me arrepiento y no quiero que tengas problemas en el futuro, amo a Morfeo y eres alguien muy importante para el
—Lily— la tranquilizó la pelirroja poniendo una mano en su hombro —Todo está perfectamente, no te preocupes. Podríamos ser amigas si gustas
—Eso me encantaría— le sonrió
La media noche se acercaba cada vez más y se podía notar que James estaba muy nervioso, Pandora decidió que salir a tomar un poco de aire fresco le serviria asi que lo condujo hacia el enorme jardín que tenian en la casa.
—¿Estás bien, cariño? ¿Paso algo?— preguntó preocupada
—Todo esta perfecto— mintió James
—¿Seguro? Tus temblorosas manos dicen algo diferente— rió —Sabes que puedes contarme lo que sea ¿cierto?
—Lo se, es solo que desde me dijiste eso de la familia...
—Mierda— murmuró —Te asuste. Se que aun somos jovenes, pero cuando viniste a dormir conmigo tu madre dijo eso de los bebes y mi estúpida imaginación empezó a trabajar y yo solo quería...
James la calló con un beso, eso era algo parecido a un tranquilizante para Pandora pues su cuerpo se relajaba inmediatamente y su mente dejaba de pensar.
—Si quiero una familia contigo, Dora— dijo James contra sus labios —Quiero tener una casa juntos, hijos, un perro, un gato, un hipogrifo... Todo lo que tu quieras
—¿De verdad?— preguntó
—De verdad— confirmó el chico
James suspiró sabiendo todos los riesgos que venían si hacía la pregunta, estaba nervioso, se notaba desde la palidez de su cara, el frío sudor que bañaba su frente y sus temblorosas manos que sostenían la cintura de su novia. Metió una de sus manos a su saco en donde una pequeña cajita de terciopelo negro bailaba entre sus dedos, escondiendo aquel precioso anillo que alguna vez habia pertenecido a su madre.
—Desde que mencionaste todo eso de la familia no he dejado de pensar que lo único que quiero es pasar el resto de mis días a tu lado, formando un hermoso hogar— volvió a hablar dirigiendo una rápida mirada al cielo —Así que debajo de este bonito árbol de acacia quiero preguntarte. ¿Pandora, te gustaría casarte conmigo?
El azabache sacó la cajita de su bolsillo y se hinco en la nieve antes de mostrar el bello anillo de plata y diamantes a la chica; Pandora se llevó las manos a su boca mientras las lágrimas caían sin control. James empezó a temblar aún más cuando Pandora no contestaba y por un segundo pensó que le diría que era patético que ella pensara casarse con él, pero la pelirroja asintió eufóricamente con la cabeza estirando su mano para que James le pusiera el anillo.
James suspiró con alivio y se levantó del suelo para poder abrazar a su prometida, ambos lloraban de felicidad y sus corazones latian desbocados dentro de su pecho.
—Te amo con cada parte de mi, James Potter— le dijo Pandora
—Te amo hasta con mi alma, Pandora Selwyn— le dijo James
Limpiándose las lágrimas caminaron de nuevo hacia el interior de la casa donde todos comían rápidamente sus uvas y la cuenta regresiva de año nuevo estaba por terminar.
—¡Nos vamos a casar!— dijo James emocionado mientras la pelirroja mostraba su mano izquierda siendo adornada por un anillo
Y Sirius se ahogó con sus uvas.
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Pᴀɴᴅᴏʀᴀ | j. potter
FanfictionLa leyenda cuenta que al abrirse la caja de Pandora todos los males fueron desatados y al cerrarse la esperanza fue lo último que salió de aquel artefacto. Pará Pandora Selwyn esa historia le quedaba como anillo al dedo. Criada bajó los ideales puri...