La leyenda cuenta que al abrirse la caja de Pandora todos los males fueron desatados y al cerrarse la esperanza fue lo último que salió de aquel artefacto. Pará Pandora Selwyn esa historia le quedaba como anillo al dedo.
Criada bajó los ideales puri...
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El gran día ▬▬▬▬▬▬
15 julio 1978
James y Pandora habían decidido celebrar su boda en el enorme jardín que los Potter tenían, Fleamont y Euphemia en ningún momento se negaron por lo que ahora estaban apresurandose para terminar de arreglarse. Circe y Lily ayudaban a Pandora a abrocharse su vestido mientras ella terminaba de pintar sus labios; desde la ventana se podía observar como las personas iban llegando y se sentaban en las sillas que habia frente al altar.
—Estás lista— dijo Lily
—Te ves preciosa— halagó Circe
El blanco vestido de Pandora era suelto, con mangas largas y con un hermoso escote en la espalda; tenía encaje en la parte del torso y varios detalles dorados adornaban la falda del vestido haciendo que destellaba al hacer contacto con la luz. Su cabello estaba peinado en una media coleta dejando que su pelirrojo cabello cayera por debajo de sus hombros y un lindo tocado perteneciente a Euphemia Potter lo adornaba.
—Ustedes son unas dignas damas de honor— contestó Pandora —Se ven hermosas
Y no mentía, ambas llevaban unos bonitos vestidos rosa palo que las favorecía demasiado. Esperaron algunos minutos más hasta que llamaron a su puerta, las tres se levantaron rápidamente de donde estaban sentadas y Lily fue a abrir; Morfeo estaba de pie frente a la puerta, llevaba su bonito traje de gala negro con una pajarita color rosa palo, beso a su prometida y dirigió su mirada a Pandora, sus labios formaron una hermosa sonrisa que su amiga correspondió gustosa
—¿Vamos?— preguntó y ella asintió
La pelirroja caminó lentamente arrastrando su hermoso vestido blanco y tomando su ramo de margaritas antes de salir de la habitación, Morfeo le tendió el brazo y ella enredó el suyo. Bajaron las escaleras y se dirigieron hacia la puerta trasera, las damas de honor salieron primero y una vez que estuvieron fuera, el pequeño grupo que habían contratado empezó a tocar. Los invitados se pusieron de pie esperando a la novia y segundos después ella se hizo presente.
Pandora sentía los nervios a flor de piel, estaba a solo unos minutos de convertirse en una Potter, en casarse con el amor de su vida. Apretó el brazo de Morfeo con un poco más de fuerza cuando sus piernas fallaron por la emoción pero jamás dejó de caminar; ella veía a su alrededor, no eran más de quince invitados en la boda pero eso no causaba tristeza en la pelirroja.
Se detuvieron al llegar al altar, James veía a Pandora con admiración, su boca estaba entreabierta, sus ojos estaban llorosos y sentía su corazón latir frenéticamente. Morfeo beso la frente de su amiga antes de entregarla a James y caminar detrás de ella para situarse junto a Lily y Circe.
—Merlín— murmuró embobado —¿De verdad esto está sucediendo?
Pandora rió por lo bajo y caminó tomada de la mano de su prometido hasta quedar frente al trabajador del ministerio que se encargaría de casarlos, la pelirroja sentía sus manos temblar y sus ojos llenarse de lágrimas cuando su mente le repetía que en unos minutos estaría casada. Dirigió su mirada hacia los tres chicos que estaban parados detrás de James, Peter sonreía alegremente, Remus los veía enternecido mientras le sonreía abiertamente a su amiga y Sirius limpiaba discretamente las lágrimas que caían por su cara.
—¿Me dejarías besarte?— preguntó el azabache cuando se pusieron de frente
—Aún no, señor Potter— interrumpió el hombre —Damas y caballeros, hoy nos hemos reunido aquí para presenciar la unión de dos almas nobles...
James esperaba impaciente a que el hombre dejara de hablar para poder besar a su novia, jamás pensó que en menos de un año conocería al amor de su vida; una lagrima rodó por su mejilla cuando sus ojos se conectaron con los llorosos de Pandora. Gesticuló con sus labios un «Te amo» y eso bastó para que la joven empezara a derramar algunas lágrimas.
—James Fleamont Potter, ¿aceptas a Pandora Joane Selwyn como tu futura esposa?— preguntó mirando al azabache
—Acepto— contestó con la voz temblorosa
—Pandora Joane Selwyn, ¿aceptas a James Fleamont Potter como tu futuro esposo?
—Ace-cepto— balbuceo la pelirroja
—Así pues, los declaro unidos de por vida
Alzó la varita por encima de sus cabezas y una lluvia de estrellas rodeó sus figuras entrelazadas, los aplausos no se hicieron esperar y un centenar de mariposas blancas fueron liberadas detrás del altar formando una hermosa vista para los invitados.
—¿Ya puedo hacerlo?— preguntó James mirando al hombre que asintió divertido
El azabache atrajo a su esposa por la cintura antes de unir sus labios con los de ella, Pandora rodeó su cuello con sus brazos y sus pechos quedaron juntos, sintiendo como en ese instante sus corazones empezaban a latir al mismo ritmo. Se separaron para mirarse fijamente a los ojos, se sentían en un hermoso sueño del que no querían despertar jamás; oficialmente eran un matrimonio y no importaba todo lo que había pasado y todo lo que pasaría después, se tenían el uno al otro y eso les era suficientes para ser felices.
Sirius corrió hacia ellos para unirlos en un abrazo (al que después se le unieron Remus, Peter, Morfeo, Lily y Circe) que la pareja se encargó de recibir entre risas, las personas se les fueron acercando para felicitarlos; los señores Potter fueron los primeros, les siguió Dumbledore, McGonagall, Spout, Flitwick, Slughorn, Moody y finalizaron los Longbottom.
Fue cuestión de minutos para que la boda se llenara de risas y platicas, algunos bailaban siguiendo el ritmo de la música que tocaba el pequeño grupo, Sirius habia arrastrado a sus amigos para una foto grupal y ahora les presumía a todos aquella bonita foto.
Cuando la boda terminó, James se encargó de aparecerse frente a su casa con Pandora en brazos; la bajo solo un momento para abrir la puerta, pero la volvió a cargar en cuanto estuvieron dentro de la casa. Entre tropezones la llevó hasta su habitación y la dejó con cuidado en la cama.
—Eres preciosa, Pandora Potter— dijo James besándola suavemente