¿Destino o casualidad? [YOONSEOK/SOPE]

9. Only one road

Hoseok estaba caminando por el parque mientras comía un helado, estaba completamente solo ya que no tenía ni un solo amigo ni algún familiar que viviera cerca. Pero se cansó de estar en su cuarto sin poder hacer nada.

Sus padres no estaban y decidió caminar y relajar su cuerpo, las personas pasaban conversando con otras y también había parejas que se tomaban fotos y comían sentados en mantas sobre el pasto.

Estaba pasando por la cancha de básquet y vio a varios chicos jugar mientras se gritaban e iban corriendo tras la pelota. Siguió caminando tranquilamente hasta que una niña pequeña se cayó delante suyo por querer sostener a un perro casi de su tamaño. Hoseok al ver eso fue hacia ella y tomó la correa que sostenía al perro.

-¿Estás bien?- le pregunta mientras le ayuda a levantarse y le revisa con la mirada si tiene alguna herida o raspón. No tenía ninguno por suerte.

-Estoy bien, gracias por ayudarme con este chico malcriado. Mi prima nos acompañó al parque y me dejó por un momento y él se salió de control.

-El perro es muy grande y fácilmente te puede arrastrar, así que ten cuidado y átalo hasta que llegue tu prima.

-Muchas gracias. ¿Podrías llevarme con ella? Zeus no se dejará llevar y me alejará más de mi prima.

-Está bien. Y Zeus es un bonito nombre, le queda muy bien.

La niña asiente con una sonrisa y Hoseok lleva al perro mientras ella lo guía hacia algunas bancas que rodean la cancha de básquet. Se acercan hasta donde hay una chica alta que mira un poco desesperada con la vista y Hoseok sabe que es ella la dichosa prima.

-¡Somin!- grita la chica cuando la mencionada le saluda con su mano llamando su atención. -¿Dónde estabas? ¿Por qué desataste a Zeus?

-Es que él me miró con una carita triste porque quería ir a caminar.

Hoseok le entrega la correa a la chica y ella le sonríe mientras se disculpa por haberlo molestado. Luego mira a la niña y le acaricia los cabellos y ella le da una hermosa sonrisa.

-Lo siento por esto, solo le dejé por tres minutos. Gracias por ayudarla, eres un buen chico.

-No es nada, no podía dejarla ser arrastrada. Ella se veía muy asustada.

-Gracias por eso. Estaba a punto de llamar a su hermano y sacarlo del partido, pero fue bueno que vinieras antes. Somin debes disculparte con el chico.

-Lo siento por hacerte perder el tiempo- hizo una reverencia y fue a sentarse a la banca.

-Bueno, debo irme. Tengan un lindo día- habla Hoseok y se da la vuelta para seguir su camino como tenía planeado. Estaba un poco lejos cuando escuchó un "enana" ser gritado por una voz masculina y se dio la vuelta para ver hacia el lugar de donde vino el grito.

Era la niña de antes, Somin si recordaba bien. Un chico pelinegro estaba agachado a su altura. No le tomó mucha importancia y siguió caminando mientras le daba el último mordisco a su helado y botaba el envase al basurero.

Ya debía regresar a casa y darse una ducha antes de comer. Sus padres regresarían por la noche ya que tenían mucho trabajo por hacer y tendría que comer solo. Odiaba eso, en Australia comía con su hermana y sobrinos todos los días. Maldecía el día en el que les dijo que regresaría a sus padres, solo fue en un momento de enojo ya que tuvo una pelea con su novio y le dijo que se iría lejos.

Esa misma tarde llamó a su padre y le dijo que le consiguiera un cupo en una universidad de Corea. Pasó un buen tiempo enojado con Andrew y hasta habían terminado su relación pero luego de un mes de haber terminado volvieron y ya no pudo negarse a ir. Ya no podía hacer nada, les dijo que sí estudiaría en su país natal pero fue solamente por las circunstancias en ese momento.

(...)

Min Yoongi fue sacado de su cuarto por su pequeña hermana ya que ella quería ir al parque donde iban casi todas las personas que vivían a su alrededor. No pudo hacer mucho ya que le hizo un berrinche y luego llamó a su prima para que los acompañara.

Luego de unos minutos los tres estuvieron caminando hacia el parque con el perro de ella y a pesar de que no quiso ir al principio el salir le relajó y calmó un poco su mente. Estuvieron sentados en la gran sección de césped cuando varios chicos minutos después se reunieron en la cancha.

-Ellos siempre vienen a jugar básquet en esta cancha y son muy buenos. Deberías ir a jugar.

-¿A oppa le gusta el básquet?

-Sí. Amaba jugar con dos de mis amigos en Toronto en la cancha de mi casa. Por eso bajé mucho de peso.

-Pero no creciste- su prima se burla y Yoongi le saca su dedo de medio. –Tu hermana está aquí. Cuidado.

-Voy a jugar con ellos- Yoongi se levanta del césped y se va a la cancha y luego de preguntarles se colocan en dos equipos y comienzan a jugar. La estaba pasando bien y estaba quemando energía y grasa, lo que era bueno porque desde que volvió de Toronto no ha hecho ningún ejercicio o se ha ido a un gimnasio.

-¡El último aro gana!- grita uno de los chicos del otro equipo y todos se ponen atentos. Comienzan a jugar y es el equipo de Yoongi quien tiene el balón y el pálido es quien encesta desde la línea de tres puntos y así es como su equipo gana.

Se despide de los chicos con una promesa de que regresaría de nuevo a jugar. Camina hacia donde están las chicas y su ceño se frunce al ver a Somin con un puchero y de brazos cruzados.

-¿Qué pasó?- pregunta mientras se seque el sudor. Su hermana se pone de pie y mira a su prima.

-Somin fue arrastrada por Zeus y casi la pierdo. Le zafó de la correa y él la arrastró.

-¡Enana!- Yoongi dice exaltado y se agacha a su altura. -¿En qué estabas pensando? Pudiste haberte lastimado o hasta perdido. No vuelvas a hacerlo.

-Por suerte hubo un chico muy lindo que la ayudo y la trajo de vuelta. Fue como un ángel en ese momento.

-No vuelvas a hacer alguna cosa así, enana- Yoongi se levanta y los tres deciden regresar a la casa de Min para que el chico se duchara y luego de comer se acostaran en los sillones a ver alguna película.

Por más que los dos eviten encontrarse algo como lo de hoy les hará verse de nuevo, estuvo muy cerca y sus caminos se juntaron por segundos. No podrían evitarse por mucho tiempo, poco a poco sus caminos se iban haciendo uno solo, tarde o temprano tendrían que verse a la cara.