Capítulo 44

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Estoy paralizada, no puedo creerlo, esto es una gran noticia. ¡Seré mamá! Dios, esto es maravilloso. Aunque Boggi y yo aún somos muy jóvenes, sé que podremos salir adelante con esto.

Boggi me abraza y hace salirme de mis pensamientos. Noto como sus lágrimas empiezan a recorrer sus mejillas, acompañadas de una gran sonrisa. Y es cuando me fijo que también unas lágrimas recorren mis mejillas.

—¡Seremos papás, ________! —Dice separándose de mí, pero inmediatamente me vuelve a abrazar.

No contesto, siento que mi voz se ha ido.

—No sabes cuánto deseaba desde niño tener una familia, tener un hijo para cuidarlo, enseñarle a hablar, a caminar, a... a todo. —Dice aún abrazado a mí.

—Chicos... siento interrumpir su momento.  —Dice el doctor, y tanto Boggi como yo nos incorporamos en nuestros lugares.

—Lo siento doctor. —Dice Boggi secando sus lágrimas.

—Bueno, primero que nada, felicidades, pensé que ya lo sabían.

—No, no sabíamos pero gracias. —Dice Boggi, y yo sonrío.

—Bueno, ahora tenemos que ver lo que se viene. _______ estás delicada de salud. Si en una semana sigues con dolor y no hay mejoras... tenemos que operarte lo más pronto posible. —Dice y mi felicidad desaparece por completo.

—Pero... pero... ¿Por qué tan pronto? —Pregunta Boggi con la voz en un hilo.

—Porque es lo mejor, el bebé apenas lleva unos días de gestación. Podríamos esperar pero... lo más probable es que el bebé muera e incluso _______. —Dice, y siento que mi corazón se detiene, y mi alma se desgarra.

—¡NO! Eso de ninguna manera. —Dice Boggi en un grito— ¿A qué se debe esto?

—Cuando _______ fue atropellada, todo el impacto del golpe lo recibió en su abdomen. Por lo mismo tuvo esa gran cortada. Pero el golpe desafortunadamente lastimó su riñón. Ahora lo que pasa es que ________ podría esperar varios meses para recibir el trasplante, pero como está embarazada, el bebé necesita que esté bien ella. Para un sano desarrollo, en este caso el riñón izquierdo de ________ no funciona. Y ambos no podrán obtener lo necesario de uno solo. —Termina de decir y simplemente yo me siento destrozada. Mi alma rota al igual que mi corazón.

—No, no, no. ¡Esto no puede ser cierto! ¿Ahora qué tenemos que hacer?

—Bueno, las listas de espera para poder recibir un trasplante son bastante largas, pueden tardar dos, seis, ocho meses e incluso un año en tocarles. —Termina de decir, y ahora mis lágrimas son de tristeza.

—No, no, no. —Dice Boggi negando con la cabeza— ¿Quiere decir que _______ y mi hijo van... a morir?  Pues déjeme decir que eso no lo permitiré. —Agrega y me toma la mano con fuerza.

—Bogdan, tranquilízate. Eso es lo que pasaría si no hubiera otra opción... —Lo interrumpe.

—¿CUÁL? —Dice en otro grito.

—Si algún familiar de _______ es compatible con ella, puede recibir el trasplante de alguno de ellos. —Boggi suspira aliviado— Pero...  —oh, no— Si no son compatibles... tendríamos que empezar a dializarla, y sólo tendría que esperar.

—¿Esperar qué? ¿Esperar la muerte de nuestro hijo? ¿Esperar la muerte de ella misma? ¡Por un carajo! —Dice Boggi y yo me aferro a su brazo, sollozando.

—Por favor Bogdan, tranquilízate. No pierdas las esperanzas.

—¿Cómo me pide que me tranquilice? Cuando me está diciendo que la razón de mi vivir —me voltea a ver— Puede morir al igual que este pequeñito —dice acariciando mi vientre— que apenas hace unos minutos supe que existía. ¿Cómo puedo tranquilizarme? ¿Eh? ¿CÓMO? —Termina de decir con su cara llena de dolor, tratando de controlar su llanto, pero es en vano.

Daría todo por ti {Boggi y Tú) {Adaptada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora