Daría todo por ti {Boggi y Tú) {Adaptada}

Capítulo 40

Boggi me abraza con toda sus fuerzas posibles, mientras yo lloro y me aferro a mi padre. Recuesto mi cabeza sobre su pecho, pero su corazón ya no late más, sus ojos ya no se abren, su mano ya no sostiene más la mía, su respiración ha cesado.

—Papá, gracias... gracias por todo. —Sollozo mientras le doy un beso en su frente fría— Nunca te olvidaré... te amo papá. Te amo. Perdón por... por no decírtelo todo el tiempo, perdón... perdón por no ser la hija ideal. —Hago una pausa— ¿Sabes algo? A pesar de todo, estaba orgullosa de ti... aún lo estoy. Fuiste el mejor papá, a tu manera, y por eso y... y más, siempre estarás presente en mi mente, en mis recuerdos y en mi corazón. Te amo, papá, te amo. —Termino de decir con la voz y el alma desgarrada.

Boggi me sigue rodeando por la cintura. Al ver que estoy desecha, me recibe en sus brazos, junto con Alexa. Lloro en sus brazos, lloro como nunca antes, bueno, igual que la vez que leí la carta de despedida de Boggi, cuando creí que lo había perdido para siempre. Pero por cosas del destino, Boggi sigue aquí, a mi lado. Pero mi padre se ha ido... para siempre esta vez.

No supe valorar a mi padre, no supe cómo decirle que lo amaba, que era un gran hombre, un gran padre que me sacó adelante, un padre que me cuidó siempre, un padre que me protegía de todos. Aunque su protección se salió de control por juntarse con malas amistades. Aunque haya tenido otras mujeres, y aunque me hizo daño sin darse cuenta... siempre fue el mejor. Me demostró que daría su vida por sus hijos si fuera necesario. No la dio por mí, pero es como si lo hubiera hecho, dio la vida por mi felicidad, por la persona que amo. Por ese chico que en un principio no le agradaba, pero al final... al final... demostró cuando le importaba. Gracias papá, gracias por todo.

Te prometo que nunca te olvidaré, te lo prometo.

[...]

Boggi me besa en la frente, me acaricia el rostro y me da todo el apoyo en este momento que más lo necesito. Las enfermeras y un doctor entrar rápidamente para checar a mi padre, con la esperanza de que siga con vida. Mi madre y Jason entran inmediatamente a la habitación al ver el alboroto en el pasillo y al escuchar mi llanto, mis gritos de desesperación, mis sollozos.

Jason se queda paralizado al ver la escena frente a él, mi madre tapa su boca con ambas manos, tratando de evitar su llanto. Todos vemos esperanzados al doctor.

En cuestión de segundos voltea a vernos y niega lentamente con su cabeza. Al verlo, mis instintos me derrumban, me dejo caer sobre el duro y frío piso del hospital. Llorando, sollozando, pidiéndole a mi padre que despierte, pero él ya no lo podrá hacer.

Unos brazos me rodean, tratando de levantarme del suelo. ¡Es Jason! Quien llora desconsoladamente y me da un fuerte abrazo, yo igual se lo correspondo. Mamá se nos une y nos rodea a ambos con sus brazos. Justo como cuando éramos pequeños, sólo que esta vez... mi padre no se podrá unir más.

[...]

|Dos días después|

El entierro ha terminado, después de un gran rato de sufrimiento. Han venido Maya y Andrei. Algunos amigos de papá, verdaderos amigos. Gente cercana a él en su trabajo. La familia Sanders junto con Tommy. Kate y su amiga Emma, sí, la vecina de Kate que siempre olvida sus llaves. No sabía que era amiga de Jason. Pero ha venido para apoyarlo en este momento difícil para todos. Está también el hermano de mi padre, el tío John. Hace algunos varios meses que no lo veía, pero me alegra verle de nuevo. Tiene mucho parecido con mi padre, sólo es dos años mayor que él. El tío John y su esposa son unas grandes personas, al igual que mis primos; Byron y Chloe.

Byron es un año más grande que yo y Chloe uno menos. No convivimos mucho cuando éramos pequeños, pero esta vez quiero estar con mi familia, siempre estar a su lado, en las buenas y en las malas. Mamá también está aquí, le dolió mucho la perdida de papá. Igual que a todos. A pesar de todo, le amaba... le amábamos.