Daría todo por ti {Boggi y Tú) {Adaptada}

Capítulo 6

Me separo en un movimiento rápido de Tommy y en un movimiento con torpeza me levanto de la silla, pero antes de poder correr, mi pie izquierdo golpea una de las patas de la mesa y hace casi que se derramen las bebidas de la mesa.

Tommy dice algo, pero no le pongo atención y me dirijo rápidamente hacia la puerta del restaurante, justo dónde está esa persona.

—Oh, por dios. Eres tú, realmente eres tú. —Digo incrédula.

Pero hace cómo si no me conociera y sigue caminado hasta la puerta.

—¡Espera... Espera, por favor! —Digo en voz alta.

—Lo siento, me tengo que ir. —Dice abriendo la puerta de cristal.

—Por favor, espera. ¿Qué está pasando Maya? —Digo y ella se gira para verme de frente.

Su rostro luce preocupado pero a la vez se forma una leve sonrisa en ella.

—_______, es una historia muy larga. Pero creo que no es el momento adecuado. —Dirige su mirada detrás de mí y volteo a ver, y ahí está Tommy sentado en la mesa.

—¿Por qué? Oh... no. yo, yo no ando con él. —Digo regresando la mirada a Maya.

—_______, me alegro de verte, de verdad y de ver que esté pequeñín está bien. —Pasa su mano sobre mi vientre.

—Me alegra también verte, pero... ¿Y Boggi? ¿Dónde está? ¿Cómo está? ¿Por qué ya no viven en la misma casa? —Pregunto ansiosa.

—Boggi está... bueno, pues, bien... —Dice no muy segura.

—¿Pasa algo con Boggi? —Pregunto en un gritito, que hace que algunas personas de las mesas cercanas volteen a vernos.

—No, es que... —La interrumpo.

—Quiero verlo, por favor.

—Es peligroso, por hora.

—Pero ¿por qué peligroso? —Frunzo el ceño.

—Peligroso para ti y para Boggi.

—¿Qué? —Digo en otro pequeño grito— Pero... ¿Por qué? ¿Y si nos quedamos de ver en algún sitio Boggi y yo? Tengo que agradecerle todo lo que hizo por mí. Quiero ver que está bien, quiero dec...

—_______, por favor. —Hace una pausa— Lo mejor será que sigas con tu vida. —Termina de decir y baja la mirada.

—¿POR QUÉ? ¿Por qué me dices esto? —Digo tratando de evitar un sollozo.

—Ven...

Me toma del brazo y me dirige hacia los baños del restaurante.

Cuando llegamos, me suelta y ve hacia todos lados para que... ¿nadie nos siga o escuche?

Antes de que pueda decirle algo, me abraza con fuerza y yo la abrazo de igual forma. Cuando nos separamos veo sus hermosos ojos verdes con lágrimas acumulándose en ellos.

—_______, por dios, estás hermosa y me alegro que estés bien. —Me ve detenidamente.

—¿Qué está pasando? —Digo con la voz quebrada y frunzo el ceño.

—Mira, alguien parece que me sigue, si me ven contigo... no quiero imaginar que podría pasar.

—¿Quién te sigue? Espera... mi padre tiene que ver en esto ¿verdad? —No dice nada y sólo baja la mirada.

Yo niego con la cabeza ligeramente. Debí haberlo sospechado antes.

—Maya, mi padre puede ser un maldito o un monstruo, pero no sería capaz de dañar a alguien.