Daría todo por ti {Boggi y Tú) {Adaptada}

Capítulo 36

|Narra Boggi|

Siento como mi corazón late de una manera incontrolable, como si fuera a salirse de mi pecho.

—________ resiste, por favor. —Digo pero no me responde.

Sus ojos se cierran cada vez más. No me perdonaré nunca si algo le llega a pasar por mi culpa.

—Bogdan ¿qué pa... ¡________! —Escucho detrás de mí. Es mi madre quien al ver a ________, pone sus manos tapando su boca de la impresión.

—¡Llama a una ambulancia! —Digo sollozando. Ella asiente y saca su celular para llamar.

En eso el conductor del automóvil que atropelló a ________ baja a toda prisa. Está tembloroso y su rostro lleno de horror.

—Lo... lo siento, no... no alcancé a frenar. —Dice él tomando su cabeza con ambas manos.

—¡Maldito imbécil! —Digo derramando una lágrima de coraje.

—Lo siento, fue... fue un accidente.

—¡Busca ayuda!, antes que te parta la maldita cara. —Digo y él se va corriendo con mi madre.

—_______, resiste, no tarda en llegar la ayuda. Por favor bonita, no cierres tus ojos. —Digo acariciando su fría mejilla.

Casi no puedo escuchar sus latidos. Son muy débiles al igual que su respiración. No sé qué hacer.

Empiezo a sentir algo húmedo que recorre mis piernas. Volteo a ver que es cuidadosamente de no lastimarla y noto que es sangre, sangre que sale de su abdomen. Oh, no. Mi ________ ¿por qué tú? Hubiera preferido estar yo en tu lugar y no tú.

—Bo...Bog... —Susurra ella.

—No hables linda, todo estará bien, te lo prometo. Eres fuerte. —Digo tratando de sonar tranquilo.

Tomo su mano, la cual está helada. La aprieto fuertemente y ella me ve unos segundos directo a los ojos y sin más los cierra y deja caer una lágrima.

—No ______, no cierres tus ojos, tus hermosos ojos... por favor.

A lo lejos se empieza a escuchar la sirena de la ambulancia.

—Linda, ya vienen para ayudarte. Sólo resiste un poco más —Sigue sin abrir sus ojos, pero siento sus dedos acariciando mi mano suavemente— Tienes que estar bien. ¿Recuerdas que te dije que te llevaría a fotografiar la puesta del sol desde la rueda de la fortuna? Lo haremos muy pronto, te lo prometí y lo cumpliré. —Una ligera sonrisa se forma en sus labios.

—Permiso por favor —dicen dos paramédicos que en un momento ya se encuentran junto a nosotros con una camilla.

—Ayúdenla por favor... se los ruego. —Digo.

—Lo haremos chico, sólo danos permiso.

Asiento y ellos cuidadosamente levantan a _______ y la ponen en la camilla. Es ahí cuando noto un pequeño charco de sangre en el suelo, y su playera con una gran mancha. Es inevitable no llorar al verla así.

Mi corazón está desgarrado. Esto no habría pasado si tan solo hubiera sabido la verdad y no le hubiera creído nada a su padre. Pero el "hubiera" no existe. Ahora sólo puedo esperar su recuperación.

Los paramédicos ya la han subido a la ambulancia y uno está hablando con el estúpido que atropelló a _______.

Segundos después uno de ellos se me acerca velozmente.

—¿Cómo se llama la señorita? —Pregunta.

—________, ________ Harrison—Digo con la voz en un hilo.