Daría todo por ti {Boggi y Tú) {Adaptada}

Capítulo 33

Han pasado unas horas, o tal vez minutos, no lo sé, he perdido la noción del tiempo.

Pero ha sido eterno para mí este día. No dejo de pensar en Boggi y su rechazo hacia mí.

No confío del todo en mi padre, pero todo apunta a que es verdad lo de que contrato a Boggi para enamorarme. Seguramente por eso no le sorprendió mucho verme con él.

¿Pero por qué yo? Yo le di todo mi amor y él me paga así.

—¿_______? —Escuche la voz de Jason, quien llamaba a mi puerta.

—Vete Jason. —Digo seria.

—Ábreme —Dice girando la manija.

—Ahora no.

—Es importante, por favor —Insiste.

—Bien. —Digo entre dientes.

Me levanto de la cama y noto que mis pies duelen aún más.

—¿Qué pasa? —Digo abriendo la puerta.

—Te quer... espera, ¿qué tienes? ¿y qué haces aquí? —Dice al ver mi rostro rojizo de tanto llorar.

—No quiero hablar de eso.

—De acuerdo...

—Bueno, ¿qué querías?

—Oh, sí. ¿Me prestas tu cámara?

—¿Eso era lo importante que me tenías que decir? —Bufo y pongo los ojos en blanco.

—Sí y... —Lo interrumpo.

—Jason vete, no tengo humor para hablar con nadie —Digo sosteniendo la puerta para que se salga.

—________ ¡Espera!.

—¿Qué?

—Tommy, tu gran amigo de la infancia regresó.

—Lo sé.

—Me dijo que quiere salir contigo, pero le dije que tenías novio.

Al escucharlo me dan de nuevo unas inmensas ganas de llorar.

—Vete, ahora —Digo y ligeramente lo empujo.

—¿Estás bien? Oh, mira ahí está tu cámara.

Dice pasándome de largo y se dirige al tocador dónde tengo la cámara.

Oh, no. Abajo están las fotos que me tomé con... Boggi .

—¡Cuida...do! —Digo en vano, las ha tirado al suelo.

—Lo siento —Dice apretando sus labios— Es Boggi y tú —Dice al levantarlas.

En ese instante me es inevitable no recordar todo lo que vivimos juntos y sin más empiezo a llorar, me cubro la boca con mis manos, para tratar de silenciar mis sollozos.

—_______ ¿Qué tienes? —Insiste Jason— Si fue por tirar las fotos, lo siento, no las vi.

—¡Quémalas!, rómpelas. Haz lo que quieras con ellas. Ahora déjame sola.

—¿Qué? —Dice incrédulo.

—Lo que oíste. Ahora vete.

Se empieza a alejar lentamente de mí, hasta salir de mi habitación, y yo me volteo y me dejo caer poco a poco junto a mi cama.

Y me doy cuenta que una foto está tirada junto a mí. La recojo y veo que es la foto de Boggi y yo en la Torre Eiffel, la misma que nos tomó la señora que pensó que éramos... novios.