Capítulo I

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El auto se detuvo en la carretera solitaria y la ventanilla bajó dejando salir el humo.

— ¿Dónde vas? —Preguntó una voz desgastada por el cansancio.

— Dónde sea —Contestó el muchacho jugando con algunos mechones de su cabello.

— Te llevo.

Aunque el novio de traje rojo dudó un poco terminó subiendo al vehículo, arrugó la nariz ante el olor a tabaco más no hizo comentarios, entonces miró a quién manejaba retomando el rumbo en silencio.

Jiang Cheng era un hombre de unos veintiocho años, soltero, sin hijos ni mascota, hace unos días trabajaba en una oficina pero lo despidieron y con ello no pudo seguir pagando el alquiler por lo que agarró las pocas cosas que tenía y partió a dónde sea que pueda ir con el poco dinero que tenía en el bolsillo y la bencina que le quedaba. Tenía problemas con el cigarrillo, y con el cuidado personal, el cabello estaba tomado en una coleta mal hecha y seguro que incluso sin ella el corte no tendría forma, presentaba una barba de tres días que rascaba de vez en cuándo por la alergia que le producía, incluso su ropa dejaba bastante que desear.

Por otro lado Nie Huaisang era un muchacho de veintisiete años que hace unas horas estaba por casarse con su novia de 2 años pero la mujer no llegó a la boda. Ante el desespero, la rabia y la tristeza salió corriendo del lugar dónde se llevaría a cabo la ceremonia y se empeñó en caminar por la calle hasta llegar a la carretera y seguir caminando, el traje desprendía olor a sudor y ya no estaba acomodado como correspondía, al saco le faltaban algunos botones, incluso su larga cabellera estaba estropeada y lo que fue un elegante y masculino peinado se convirtió en un nido de pájaros. Nadie lo fue a buscar, al menos no por dónde andaba ¿y la verdad? Estaba mejor así.

Se escuchó en la radio una canción romántica, de esas que te hace desear amar como el cantate pero Nie Huaisang la apagó sin el permiso del conductor, este no dijo nada al respecto. Todo el resto del camino se mantuvo en silencio hasta que llegaron a una gasolinera, Jiang Cheng se estacionó y finalmente se tomó la molestía de mirar al copiloto que recogió en la calle, aunque quiso decir algo las palabras no salieron de su boca ¿Que se supone que le debe decir a un completo desconocido? Tal vez era un asesino o un ladrón, o peor, un fantasma. Al parecer el novio tampoco tenía palabras para él y sólo le miró de reojo para luego volver la vista a sus manos.

— Necesito ir al baño —dijo finalmente el de barba, deteniendo el motor.— ¿Que harás tú?

Nie Huaisang lo pensó unos momentos levantando la vista.— Tengo hambre —buscó en sus bolsillos hasta encontrar la tarjeta que cargaba con él, porque podría olvidar todo pero no la tarjeta de crédito.— ¿Quieres algo? Yo invito.

Ah, es el momento de morir, pensó Jiang Cheng sin embargo un "lo que sea hasta bien" salió de sus labios antes de que ambos bajarán del vehículo, le puso seguro y alarma y cada uno se fue por su lado.

Ya dentro del baño miró su reflejo, estaba incluso peor de lo que creía, las ojeras eran demasiado notorias bajo sus ojos y la piel estaba aún más pálida que de costumbre, se cuestionó lo que estaba haciendo. Escapó de la cuidad sin decir nada a nadie y el celular estaba lleno de mensajes de su hermana y mejor amigo preguntado sobre su estado, tal vez debería responder... Tal vez después. Se lavó el rostro un par de veces y sintió el olor tóxico que desprendía su ropa (¿o era él?), Si el desconocido escapaba ahora sería totalmente comprensible, Jiang Cheng también quería escapar de si mismo.

Volvió al vehículo sorprendiéndose al ver a chico de rojo esperando con un vaso de café en ambas manos y una bolsa de cualquier otra cosa tomada con el miñique. De alguna forma ambos rostros demacrados lograron embozar una sonrisa, forzada pero llena de complicidad falsa.

— ¿Si voy a baño, me esperas? —preguntó finalmente Nie Huaisang después de dejar sus compras dentro del carro.

Jiang Cheng solo asintió sacando su último cigarrillo, debería ir a comprar una cajetilla más. En cuánto el desconocido entró en los baños se dirigió rápidamente a la tienda del lugar agredeciendo que no había gente, compró su tabaco, un chocolate y volvió al vehículo en menos de cinco minutos. Finalmente se había quedado sin efectivo en el bolsillo. Encendió el cigarro y se turnaba con el café para consumirlo luego de un rato apareció nuevamente el chico que lucía totalmente diferente, si bien el rostro seguía con los ojos rojos e hinchados sus mejillas ya no tenían rastro de lágrimas, incluso su cabello había sido arreglado en una media coleta y la ropa ahora estaba puesta correctamente sobre su cuerpo.

Se sorprendió al ver un chico guapo a su lado y casi deseó que volvía a su desastroso estado para no sentirse tan mal consigo mismo. Nie Huaisang tomó su café y le dió un largo sorbo para luego abrir la bolsa de frituras y dejarla en un lugar dónde ambos podrían sacar. Jiang Cheng sacó el chocolate de su bolsillo y se lo extendió sin mirarlo.

— Lo necesitas más que yo —aseguró, aunque a estas alturas no sabía quién sufría más por la falta de azúcar.

— ¿Cómo sé que no está envenenado?

— No puedes saberlo.

— Perfecto.

Estuvieron cerca de una hora allí, en lo que se volvió a encender la radio dejando que el ambiente fuera acompañado por canciones en un idioma que no entendían. Al terminar de comer todo Jiang Cheng juntó la basura y la fue a botar a los contenedores de reciclaje, se tomó el tiempo para botar todo de forma ordenada antes de volver. Entonces Nie Huaisang volvió a hablar.

— ¿Dónde vas?

— No lo sé —contestó, se recostó ligeramente en su asiento con las manos en el volante y lo miró.— No tengo ni un lugar al que ir.

Primero pensó ir dónde su hermana, pero la idea de estar viviendo bajo el mismo techo que ella y su esposo no le agradaba, sobre todo porque no se llevaba bien con su cuñado y quería ahorrarse las discusiones gratuitas que probablemente fueran a tener, si no fuera por su sobrino ya estaría haciendo un escándalo (otra vez) para que su hermana se divorcie. La otra opción era su mejor amigo pero este hace poco había logrado mudarse con su novio y no quería molestar, aún.

— Conozco un lugar al que podemos ir a unas horas de aquí —dijo Nie sacándolo de sus pensamientos.

Jiang Cheng alzó una ceja confundido.— ¿Me estás invitado a ir? —el contrario se encogió de hombros.

Ambos creían estar frente a una persona peligrosa, en cualquier sentido, sin embargo el sentimiento de vacío era tanto que sin importar eso seguían ahí, de camino a una posible muerte.

Después de llenar el estanque de bencina comenzaron el viaje bajo las indicaciones del chico de rojo.



Nuevo proyecto, por supuesto que sí. Apenas estoy volviendo a Wattpad y hace un mes soy parte del fandom pero aquí estoy.

El Sangcheng merece más amor, por Dios, ellos son muy lindos ;w;

Agradecería un poco de apoyo, vamos es gratis.

¡Pony fuera!

ESCAPE [Sangcheng] (HIATUS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora