Capítulo III

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Despertó al momento en que la noche cayó, estaba algo desorientado y tuvo que tomarse unos momentos para recordar porque había una persona a su lado y porque no estaba en casa. Se sentó en la cama frotando sus ojos sintiéndose aún más cansado que antes, el televisor ahora estaba apagado seguramente uno de los dos lo apagó mientras dormían ya que el ruido comenzó a molestar o eso pensaba él, no estaba seguro si en algún momento de la tarde abrió los ojos.
Decidió por levantarse finalmente y fue al baño, frente al espejo su reflejo no era ni parecido a quién fue en algún momento, de hecho parecía que había envejecido lo que le hizo sentir aún más cansado consigo mismo. Se lavó el rostro y trató de tomar su larga cabellera aunque fuera imposible, tal vez deba cortarlo, después de todo lo tenía así porque a su novia le gustaba.

Ah... Su novia, la linda muchacha que le había abandonado el día de su boda y por eso ahora estaba en esta situación tan lamentable. Sintió sus ojos arder nuevamente pero ni siquiera se esforzó en reprimir las lágrimas, se sentó en el suelo abrazando sus piernas y lloró todo lo que podía. Su hermano estaría gritándole que no fuera un llorón, lo necesitaba tanto ahora, aún si fuera para que lo regañara por un rato y lo abrazara después dejando que se desahogara. Incluso extrañaba a los amigos de su hermano que pasaban tanto tiempo en casa que ya eran de la familia. XiChen estaría acariciando su espalda silenciosamente mientras que Meng Yao le daría sabios consejos de cómo superar todo.

Jiang Cheng despertó poco después aunque sólo se acomodó en la cama y quedó mirando el techo antes de extender su mano para desconectar el celular y revisar, su bandeja de entrada estaba incluso más llena que la noche anterior por lo que decidió enfrontar el mundo y revisarlos. Eliminó primero todos los mensajes de redes sociales que no le interesaban para luego ir directo a los millones de mensajes que tenía de su hermana, luego de leer todo dio inicio a los mensajes de voz.

"A-Cheng, por favor contesta cuándo veas esto ¿Dónde te estás quedando? Tu casera está realmente molesta y no ha dejado de llamarme enojada. Ni siquiera sé como consiguió mi número"

"Acabo de hablar con A-Ying y él tampoco sabe de ti" eso explica porque su amigo también le estaba intentando contactar "¿De verdad ya no estás viviendo en el departamento? Tuviste que decirnos, con A-Ying te hubiéramos ayudado"

"En serio, ¿Dónde estás? Me estoy preocupado y no quier- ¡Tío!" No pudo evitar reír al escuchar la voz de su pequeño sobrino "¡Hola Tío! ¡Ven a jugar conmigo!" Escuchó la risa de su hermana y a su cuñado en el fondo llamando al menor para que no molestara.

"Al menos contesta por A-Ling, el realmente tiene ganas de verte" dejó caer su mano con el móvil en su pecho y llevó su brazo libre para cubrir sus ojos. ¿Que se supone que estaba haciendo? Podría tomar sus cosas e irse de vuelta, después de todo el otro parecía estar en el baño demasiado ocupado en lo suyo como para notar que se iría, pero no se movió, no quería reconocer que no se atrevía a dejarlo botado aún si no era su problema. Tomó el valor y mandó un mensaje tranquilizando a su hermana de paso le mandó uno a su amigo y bloqueo el número de su antigua casera, en serio tenía muchas llamadas perdidas de esa señora y no quería involucrarse más con ella.

Volvió dejar su celular sobre el mueble y decidió levantarse, necesitaba fumar. Cuándo estaba listo para salir la puerta se abrió dejando ver al depresivo chico, se miraron unos segundos y Huaisang hizo un gesto para indicar que saldría con él. Caminaron en silencio hasta que encontraron un mirador, Jiang Cheng apoyó la espalda en la baranda sacando un cigarrillo colocandolo entre sus labios para buscar el encendedor que estaba en su bolsillo.

— Dame uno —pidió Nie Huaisang que estaba con los brazos sobre la baranda. Le extendió la cajetilla junto al encendedor.

Nie Huaisang le dio una calada pero pronto comenzó a toser ahogándose con el humo, él no fumaba, en su vida lo había hecho pero creyó que el tabaco le ayudaría con su mente, claramente estaba equivocado. Sintió una mano fría en su espalda y se giró encontrando el rostro de Jiang Cheng que le miraba como si fuera la persona más idiota del mundo, actualmente se sentía así.

— Si no sabes fumar no lo hagas —Le reprochó quitándole el cigarrillo de la mano para botarlo al piso y ponerle el pie encima.

— Lo siento... Pensé que podría —murmuró aún con el malestar en su garganta.— Creo que solo me dedicaré al alcohol.

— Mejor.

El silencio nuevamente se instaló entre ellos, Huaisang levantó la mirada mirando el cielo. La noche estaba espléndidamente estrellada, siempre le gustó las constelaciones y todo lo relacionado con ello, ahora que lo pensaba siempre quiso compartir su conocimiento con su novia pero ella no estaba interesada en esas cosas... Al parecer siempre fue él el que se esforzaba en esa relación, era mejor así aunque la humillación que sentía no se la iba quitar nadie por un tiempo.

— ¿Y ahora qué? —la voz del contrario le sacó de su cabeza.

— ¿Cómo?

— ¿Y ahora qué? ¿Que se supone que hacemos? ¿Volvemos a enfrontar nuestra miserable vida? ¿Seguimos escapando? ¿Seguimos juntos o cada uno toma su camino?

Desvió la mirada del otro para mirar nuevamente el cielo.— Ahora... Solo puedo pensar en ir con mis padres.

— ¿Dónde están?

— En el cementerio.

— Ja, que coincidencia. Los míos también.

Ambos soltaron una risa amarga sin mirarse. Nie Huaisang recargó la cabeza sobre sus brazos cansado. Dijo: — Sigamos escapando, podemos descansar un poco aquí y luego nos vamos a otro lado.

— ¿Por qué juntos?

— Tu tienes un automóvil y yo tengo dinero. Si te vas por tu cuenta quedarás botado en algún lado sin nada en los bolsillos, y yo tendré que gastar mi dinero en pagar el trasporte... Al final terminaría incluso peor que tú.

Jiang Cheng lo pensó, lo razonable sería volver dejar al abandonado novio en casa y él irse directo al sofá de su hermana, siempre fue conocido por hacer lo razonable, lo que estaba bien para el resto y siempre pensó que si hacía algo estúpido era porque Wei WuXian estaría a su lado. Ahora solo tenía a un desconocido, una depresión por el estrés y no quería ser razonable. Estaba cerca de los treinta y necesitaba un respiro de la vida.

— Bien, hagamos eso —declaró botando al suelo su cigarrillo gastado para ponerse en la misma posición del contrario. Sus miradas se encontraron y ambos sonrieron levemente.

ESCAPE [Sangcheng] (HIATUS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora