Capítulo. XVII

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El día marchaba con relativa calma en la florería, estaba haciendo cuentas cuándo la puerta se abrió no alcanzó ni a dar la bienvenida cuándo la persona que ingresó habló.

- ¿Con que flores puedo pedir perdón?

Jiang Cheng levantó la vista y casi se muere cuándo se topó con el rostro molesto de Wen Chao. Hizo su mejor esfuerzo para no echarlo a patadas. Tomó una flor de plástico y se la extendió, el Wen lo miró con duda.

- Con esta, le pedirás perdón por ser un falso.

- ... Hablo en serio.

- Yo también -dejó la flor nuevamente en su lugar y sacó un catálogo de debajo del mesón, lo puso sobre la mesa abierto.- Todas estas, escoge una.

Iba a dejarlo leer solo para no tener que lidiar con él pero sentía la falsa mirada juzgadora de su hermana en la espalda, era una locura, YanLi estaba en una presentación de su hijo en la escuela. Revolvió su cabello y regresó con el Wen después de respirar.

- Las rosas rojas siempre funcionan.

- Cierto...

- Pero la señorita te las tiró a la cara la vez pasada.

Comentó la voz de un niño fue entonces que Jiang Cheng reparó en la presencia de un infante que aparentaba tener la edad de su sobrino, un chico bastante tierno pero era inconfundible el parecido que tenía con su antiguo compañero de clases, adivinó entonces que ese era el hijo del que había escuchado hace un tiempo.

- A-Yuan, no me ayudes -dijo Wen Chao acariciando la cabeza de su hijo para luego reconsiderar lo dicho.- De hecho tienes razón. Rosas no.

- Orquídeas. Blancas.

Puntualizó antes de arrastrar los pies hasta dicha flores y mostrársela, recibió un visto bueno y procedió ha hacer el ramo en lo que el cliente contestaba una repentina llamada a la cuál no quería prestarle atención, se dedicó a los suyo y esperó.

- Señor, señor -llamó el pequeño apoyándose en el mesón para poder alzarse sobre su pies y alcanzar a mirar sobre este. Cheng tuvo que agacharse para poder oirle.- ¿Las vende?

Wen Yuan señaló algo detrás de él, al girarse notó las mariposas de plástico que colgaban del mostrador, volteó nuevame al menor que parecía fascinado por sus colores. Alzó una ceja, realmente no las vendían y solo estaban por decoración volvió con el niño sonriendo levemente.

- ¿Cuál quieres?

- Oh, no... Papá no me la compraría, dice que es un gasto innecesario.

Jiang Cheng miró de reojo al Wen que seguía ocupado en su llamada.- Yo te la regalo. ¿Cuál quieres?

- Mn... ¡La azul!

El Jiang asintió y se la entregó ahora ¿Cómo le diría a su cuñado que la mariposa azul despareció?

Finalmente padre e hijo se retiraron después de pagar por las flores. Si Wen Chao vió o no la mariposa que se llevó su hijo sería un eterno misterio para él.

Huaisang jugaba distraídamente en una de las máquinas del casino, a su lado un cliente frecuente se encontraba perdiendo dinero por cuarta vez consecutiva. Lo cuál le daba algo de lástima pero tampoco haría algo por detenerlo, menos si él mismo ya había perdido más de diez veces en la hora que llevaba jugando.

Tampoco es como si aquello le fuera afectar económicamente. Ese dinero acabaría en su bolsillo de todas formas y sólo estaba matando tiempo en lo que esperaba a su hermano.

Cuándo el hombre ganó, Huaisang se levantó comenzando a recorrer el lugar. A pesar que el día era brillante en el exterior dentro del casino parecía una eterna noche, debido a la hora habían pocos clientes (unos cien, era pocos) los trabajadores eran más no los conocía a todos y tampoco se tomaba la molestia de hacerlo la mayoría solo era de tránsito sin embargo todos lo conocían a él. Después de todo era llamativo el único joven que se paseaba con un abanico y vestido con ropa de diseñador, Huaisang se sentía cómodo allí luciendo los lujos que cada vez exhibía menos.

Se había acostumbrado a la vida sencilla de Jiang Cheng, quién nunca aceptó su ayuda por más que la ofreció. Entendía el sentimiento de obtener cosas con esfuerzo propio pero no lo compartía... Quizás porque siempre obtuvo todo lo que pedía.

— Huaisang.

Su hermano le llamó, una mujer caminaba a su lado con una dulce sonrisa que le recordó a alguien pero no sabría decir quién.

— Ella será la nueva encargada del entrenamiento.

Ah, claro. El área de entrenamiento, los conciertos, los cantantes, los humoristas... El nuevo escenario. Debían tener alguien que se encargara de eso.

— Nie Huaisang, es un gusto conocerla señorita...

— Qin Su —dijo ella aceptando la mano que le fue ofrecida.— El placer es mío, su hermano habló muy bien de ti.

MingJue carraspeó desviando la mirada, el menor no pudo evitar reír ocultando la sonrisa traviesa detrás del abanico.

— Bien, acompañala a la salida, debo hacer algo más y nos vamos.

— ¿Todavía más? Le prometí a A-Cheng que almorzariamos juntos.

— ¿Me afecta?

— Íbamos a almorzar los tres...

— Cierto. Haré esto rápido, haz lo que te pedí.

MingJue se despidió rápidamente de Qin Su y se fue bajo la mirada ambos que prontamente se dirigieron a la salida. El camino fue silencioso pero para nada incómodo, Huaisang pensó que Qin Su era una mujer realmente agradable.

— ¿Necesitas que te vaya a dejar a algún lado?

— Oh, no se preocupe. Mi esposa vendrá por mi.

— ¿Esposa? ¿Estás casada? ¿Cuánto tiempo llevan juntas? Lo siento, no quiero importunar...

Qin Su rió y con un gesto de mano negó.— Para nada, llevamos un año casadas, pero nos conocemos hace mucho... Realmente en ese tiempo no sabíamos cómo lidear con nuestros sentimientos por lo que cada una se fue por lado e hizo su vida. Ella se casó e incluso tuvo una hija sin embargo se separó al poco tiempo, en eso nos reencontramos y solo sucedió. Estamos criando a la pequeña MianMian juntas ahora.

— ¡Tienen una niña! —Huaisang, por alguna razón, se encontró maravillado ante esto.

— Sí, es un encanto aunque a veces realmente se pone algo molesta...

— Como cualquier niña ¿No?

Asintió.— ¿Tienes hijos?

— ¿Me veo como alguien que los tiene? —preguntó divertido.— Ni Da-ge ni yo tenemos hijos... No sé si está en planes de él tenerlos pero en los míos no.

— Ya veo. Es demasiada la responsabilidad.

La bocina de un vehículo estacionado en la calle llamó la atención de ambos, los ojos de Qin Su se iluminaron al ver a la mujer que estaba dentro esperándola. Se despidieron y él quedó solo viendo cómo la pareja se retiraba quedando con una sensación cálida en el corazón.



Ah~ realmente no sé qué decir jajaja.

Nuestro amado A-Yuan es hijo de Wen Chao ¡Ha qué no se lo esperaban! MUAJAJAJA.

Y Qin Su tiene una linda relación con MianMian ( ´◡‿◡')

Bueno, eso es todo, hasta el otro domingo~

¡Pony Fuera!

ESCAPE [Sangcheng] (HIATUS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora