Capítulo XI.

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Ha pasado un mes viviendo en el sofá de su hermana, su vida se reduce a cuidar de su sobrino o atender en la florería familiar en lo que busca un trabajo para comenzar a independizarse nuevamente. La vida no ha sido tan terrible como esperaba y la llegada de una nueva persona a su vida le animaba un poco.

Y no, no se refería a Nie Huaisang de quién no obtuvo más noticias después de que lo dejó en casa, no iba a negar que a veces se encontraba deseándole como esa última noche en la que estuvieron juntos pero eran sentimientos que quedaban en su mente.

Ahora mismo Jiang Cheng estaba en la florería. Su hermana era la dueña de la tienda junto su esposo y a pesar de que no estaba en un lugar estratégico de la cuidad les iba bastante bien, aunque una cosa era vender un ramo de flores y otra muy diferente era cuidarlas, cada una requería un trato especial y eso era algo a lo que no podía acostumbrarse. No podía esperar a encontrar un trabajo en su área y volver a la rutinaria vida de oficinista.

— Bienvenida —saludó guardando la libreta con un montón de datos que tenía su hermana bajo el mostrador y miró a la mujer que ingresaba.

No era la primera vez que le veía allí, de hecho en todo ese mes ya había comprado unas cinco veces lo cuál era demasiado, le daba curiosidad saber pero no haría preguntas al respecto no estaba en sus lista de intereses saber sobre su vida privada, aún.

— ¿Que llevará está vez? —intenta sonar amable pero no lo logra, suena cansado y hastiado si fuera otra persona ya se hubiera ido pero la mujer poseía su mismo temperamento por lo que no le importaba.

— Tres rosas, como siempre —dijo ella cruzada de brazos.

Wen Qing, recuerda su nombre pensando que es tan bello como ella, Jiang Cheng pensaría que se ha enamorado a primera vista como un joven adolescente ¿Y como no? La mujer es realmente hermosa a pesar de su rostro de pocos amigos, ella siempre le mira con intensidad como si quisiera hablar más de lo que hace en realidad, le sigue con la mirada mientras Jiang Cheng arregla las rosas nota que está vez agrega un más al ramo pero que le cobra lo que pidió.

En un día normal no aceptaría aquel descarado gesto de coqueteo pero solo lo acepta logrando sonreír por primera vez en todo el día se ve tentada a responder, con lo que sea pero ya se le hace tarde por lo que toma el ramo y sale de la tienda.

Jiang Cheng se apoya en el mostrador como si con ello pudiera extender el tiempo para observar a la chica que se va. Suspira.

— Deberías darle tu número a la próxima.

— ¿Por qué lo haría?

De reojo vió a su cuñado que entraba a la tienda desde la puerta que llevaba a la bodega, YanLi fue al médico con su hijo por rutina dejando a ambos hombres a cargo de la tienda, ellos nunca tuvieron una buena relación y, de hecho habían tenido unos encuentros a los golpes hace muchos años ya, ahora eran más civilizados y podía soportar su odio mutuo en silencio. Aunque ese último mes habían aprendido a llevarse mejor y ya no era tan desagradable pasar el tiempo juntos lo cual aliviaba demasiado a la mujer.

— Si te gusta deberías hacerlo. Así como vas terminaras solo con cinco perros.

— Te recuerdo que si no fuera por mi, todavía le estarías llorando a A-Jie por una oportunidad —se burló, recibió una mala mirada que ignoró.— Eras profesional en arruinar las cosas que tuve que hablar con ella durante una semana para que finalmente te aceptara... Aunque Wei Ying se oponía rotundamente a su relación.

— No hables de él. Era mas odioso que tú y eso que ni siquiera es de la familia.

— Oye, sigue siendo como un hermano para A-Jie.

Ambos callaron cuando la puerta fue abierta por un nuevo cliente.

Abrazó con con fuerza a Jin Ling que se había acomodado en su pecho, era cerca la hora de dormir y el niño se negaba a alejarse de su tío al estar enojado con su madre que le había llevado al médico contra su voluntad, sólo fue algo rutinario pero Jin Ling odiaba ese lugar. Sólo tenía cinco años pero asistía regularmente al hospital por los problemas auditivos que estaba presentando. 

— A-Ling, es hora de dormir —dijo su madre intentando tomarlo en brazos más el niño se aferró más a su tío. 

— Déjalo, dormirá conmigo hoy ¿Verdad? —Jiang Cheng acarició el cabello de su sobrino el cual asintió.

— Dormiré con Jiujiu —levantó la mirada para sacarle la lengua a su madre quién suspiró dándose por rendida.

Los padres del menor fueron a dormir dejando a Cheng a cargo del menor que se levantó solo para buscar el control remoto y colocar en la televisión esa película que tanto le gustaba ahora, la misma que había visto unas cien veces ya, se acomodaron juntos en el sofá y cubrieron con las mantas mientras los personajes cantaban una canción que Jin Ling les seguía completamente animado.

Jiang Cheng no podía crear que su sobrino quién amaba los musicales en unos años podría dejar de escuchar y solo quedarían en su infantil mente, volvió a acariciar su cabello para luego de unos minutos notar que se había dormido, se levantó con cuidado para no molestarlo y lo cargó entre sus brazos para llevarlo a su habitación donde lo recostó en la cama arropándolo siempre rogando a los dioses que no despertara.

Salió con cautela cerrando la puerta para volver a la sala de estar, apagó el televisor y tomó su celular yendo al balcón. La brisa se sentía fresca, la cuidad estaba poco a poco quedando en silencio siendo iluminada por los faroles de las calles y los vehículos que pasaban de vez en cuando. Era un paisaje relajante para él y deseó tener un cigarrillo.

Su celular sonó dejando ver un numero desconocido en la pantalla, pensó en cortar pero luego de meditarlo un segundo contestó. Su inconfundible voz se escuchó del otro lado logrando una sonrisa en su rostro y que su noche se sintiera completa.

Jiang Cheng se nos enamoró de Wen Qing :0 y antes de que hagan un drama... no sucederá nada jajaja.

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¡Pony Fuera!

ESCAPE [Sangcheng] (HIATUS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora