Capítulo II

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Fueron cuatro horas (¿O cinco? No estaban seguros) que pasaron más rápido que las dos anteriores, ya sea porque la radio no fue apagada o porque al parecer ambos tenían un mejor ánimo y se atrevieron a hablar durante el camino. Al menos ahora sabían el nombre del otro y unas cosas básicas como su edad y el porque estaban huyendo de su vida.

Jiang Cheng sintió el malestar que siempre sentía antes de gastar dinero innecesario de solo ver el lugar, se veía demasiado lujoso para ser unas simples cabañas y sentía que su automóvil era un chatarra a comparación de los que habían estacionados, pero ya estaba allí y Nie Huaisang parecía tener toda la disposición de cargar con los gastos. Bajaron del vehículo estirando todos sus músculos a la vez que una mujer se les acercó rápidamente intercambio unas palabras con Huaisang antes de que le fueran entregadas unas llaves y el escribiera algo en el cuaderno de la mujer.

— Vamos —le animó con una pequeña sonrisa.— ¿Te ayudo con las cosas?

Lo pensó unos segundos, rascó su nuca y con un chasquido de lengua abrió el maletero dejando ver dos maletas pequeñas porque eran tan pocas las pertenencias que tenía que todo cupo en ellas. El resto simplemente lo vendió para sobrevivir o dejó en el departamento antes de irse, seguramente su ex-casera quiera matarlo ahora.
Cada uno tomó una maleta y caminaron por el lugar hasta llegar a la cabaña que se les fue entregada. Por dentro era incluso más elegante, tenía una pequeña cocina con todo para preparar algo de comer, una cama matrimonial, un clóset, un pequeño televisor y una puerta que supuso llevaba al baño. Era pequeño pero suficiente para una pareja que iba a pasar unos días fuera de la cuidad y disfrutar la naturaleza que rodeaba las cabañas porque al final ese era el real atractivo del lugar. Miró a Nie Huaisang quién rió de forma nerviosa.

— Era la más barata, yo... Realmente lo siento —por su tono de voz parecía realmente incómodo con algo que el mayor no logró comprender.

— No he dicho nada —dejó la maleta en algún lugar dónde no estorbara y la abrió para sacar unas cosas que de antemano sabía estaban allí.— Yo me iré a duchar, has lo que gustes.

Dicho esto y con un cambio de ropa entre sus brazos entró al baño, agradeciendo mentalmente que hubieran toallas y todo para darse una buena ducha, que él ya no tenía nada de eso entre sus cosas.

Al verse solo en la habitación Nie Huaisang se tiró en la cama encendiendo el televisor sólo para hacer algo de ruido. Buscó entre sus ropas pero además de su tarjeta e identificación no tenía nada más, se prometió que nunca más dejaría sus pertenencias en manos de su hermano. ¡Su hermano! MingJue debía estar por volverse loco intentando encontrarlo, estaba tan cegado por la humillación que sólo se fue y se subió al auto de un desconocido para huir que había olvidado por completo buscar una forma de avisar que seguía vivo. El sonido del agua llegó a sus oídos, Jiang Cheng debía estar bañándose ahora seguro no le importaba si tomaba su celular que convenientemente había dejado sobre un mueble de la cabaña, lo tomó y por supuesto encontró que esté tenía contraseña, luego de intentarlo un par de veces sin lograr desbloquearlo se dió por vencido y decidió esperar que su dueño saliera para pedirlo.

Media hora, Jiang Cheng se demoró media hora en salir del baño y Nie Huaisang no pudo evitar sorprenderse, detrás de todo el descuidado se encontraba un hombre bastante guapo que sus rasgos resaltaban aún más sin la horrible barba de días que tenía incluso su cabello brillaba y caía de forma lacia rozando sus brazos. Casi había olvidado que hace un día lo habían dejado plantado en su propia boda y solo se dedicó a observar los rasgos del contrario que ni atención le había puesto.

— Podrías... —comenzó Huaisang llamando su atención.— ¿Podrías prestarme tu celular? Necesito llamar para avisar que aún no me has matado —creyó ver una sonrisa divertida en el rostro de Jiang Cheng quién luego de hacer algo en el aparato se lo entregó listo para que llamara.

Lo tomó y rápidamente marcó el número de su hermano que sabía de memoria porque no era la primera vez que se veía en una situación dónde no tenía su propio móvil y se vió en la obligación de aprenderlo. Timbró solo una vez antes de que contestaran del otro lado de la línea.

— Da-ge soy... —la voz de MingJue le interrumpió con un fuerte grito con su nombre, hasta Jiang Cheng lo escuchó que rápidamente se volteó a mirarlo, las mejillas del menor ardieron en vergüenza.— Espera, espera. Estoy bien... Escúchame, estoy bien. Sí, es el número de un amigo. Estoy dónde un amigo... ¡No te voy a decir!.. lo siento no quería... quiero estar solo por ahora, por favor no me busques. Sí, no, no, estoy bien así. No es necesario. ¡Yao-ge! ¡Dile que no me siga por favor! Bien, sí. Gracias —finalmente cortó la llamada entregando el aparato a su dueño.

— Eres bastante bueno para mentir.

— No podía decirle la verdad...

— Claramente no —se quedaron en silencio unos segundos.— ¿No te vas a cambiar?

Nie Huaisang se miró a si mismo ante la pregunta, seguía con las ropas de su matrimonio fallido y seguía desprendiendo un desagradable olor a sudor.

— Aunque quisiera no tengo nada que ponerme.

— Puedes sacar algo de mi ropa, da igual.

No se tomó mucho tiempo antes de acercarse a la maleta y buscar algo que le pudiese quedar, porque si bien no habían tantas diferencias entre los cuerpo de ambos Nie Huaisang era claramente un poco más bajo y delgado y Jiang Cheng no contaba con un buen gusto por la moda, así que demoró más en escoger algo que fuera de su agrado. Ya después de eso se metió al baño.

El olor a la comida recién preparada llegó hasta él cuándo salió del baño y acercó rápidamente a la pequeña cocina aún secando su cabello con la toalla para ver a Jiang Cheng sirviendo dos platos con alguna comida rápida de hacer.

— Eso huele bien.

— Dudo que sepa bien.

Huaisang negó levemente tomando unos de los platos y los palillos que estaba en un sobre dentro de un frasco. Llevaba casi un día sin comer nada sólido y podría adivinar que ambos se encontraban en esa situación, ni siquiera se tomó la molestia de preguntar de dónde había conseguido los ingredientes, no le importaba en realidad sólo quería comer.

— No está tan mal.

— Por supuesto, no pude apaciguar el sabor del veneno —contestó Jiang Cheng tranquilamente colocando un vaso de agua cerca del otro.— En serio lo intenté.

Dos segundos de silencio antes de que el menor riera.— Está bien, no importa.

Después del improvizado almuerzo, el mayor lavó los platos y dejó cargando su celular antes de acostarse al lado del otro en la cama, el televisor hacía ruido de fondo con alguna mala película mientras ambos miraban el techo. ¿En qué momento su vida dió un vuelco para estar en esa situación?

Ninguno tenía la forma de saber qué ambos se estaban preguntando aquello y antes de poder mirar a quién tenían al lado se durmieron.



Hi, he decido que voy a actualizar dos días a la semana, Miércoles y Domingo porque quiero que esto salga a flote jajaja.

No tengo nada más para decir así que ¡Pony Fuera!

ESCAPE [Sangcheng] (HIATUS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora