Capítulo 20

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Está bien –dije-

Después de todo Jung Shin y yo ya estábamos “saliendo” al menos para mí, si.

Me fui de su casa para ir a la oficina y encontrarme con Shin.

¿Hay algo? –pregunté-

Dos niños accidentados –dijo sin despegar la vista del computador- pero están en el hospital, no morirán –me miró con una sonrisa.

Genial –le dije para luego sentarme en mi asiento-

¿Cómo te fue con la nutricionista? –dijo-

Quiere hacer un libro y me pidió unas fotos –expliqué luego de mirar mi blog-

¿Fotos? –dijo Shin-

Mías, antiguas –le dije- su libro trata de desórdenes alimenticios.

Interesante –acotó-

Giré mi asiento para poder mirar mi tablet, necesitaba leer algo para ocultar mis nervios y mi emoción.

Buenos días –dijeron en la puerta de la oficina-

Shin y yo alzamos la cabeza, había un hombre de media edad con una cajita entre las manos y un ramo de rosas rojas.

¿Si? –dijo Shin-

Busco a la señorita Hye Sun –dijo el hombre-

Soy yo –dije un tanto sorprendida-

El hombre caminó hasta mi escritorio y me entregó la caja con las rosas, en ese momento no supe que decir… ¿Jong Hyun o Jung Shin?.

Por favor firme aquí –dijo-

Con un marcador negro, firmé en el tablero y este se retiró.

Espere –dije-

Caminé hasta dónde estaba él y le pregunté casi en un susurro.

¿Quién lo ha enviado? –susurré-

Lee Jong Hyun –dijo él-

Gracias –le sonreí-

Miré las rosas y la cajita dorada.

¿Jung Shin, verdad? –dijo ella-

Si, Si –le dije sin mirarla-

Shin se acercó y en ese momento solo imploré al cielo para que no hubiese alguna tarjeta en las rosas o algo que indicase que eso era de Jong Hyun.

Bonito detalle –dijo ella- se parece mucho a los detallitos de tu ex –replicó con cierta cólera-

Jung Shin y yo saldremos el fin de semana como novios –le dije-

Soltó las flores y me miró con una sonrisa, caminó hasta donde estaba para finalmente abrazarme.

Me vas a arrugar la blusa –le dije-

No me importa –susurró- estoy muy contenta.

Me separé y reí como una adolescente.

Me gusta Shin y no sabes cuánto –expliqué-

Terremotito feliz –gritó Sam- aquí te traigo los vasos.

Servimos muy discretamente el champagne y brindamos en un santiamén.

Voltéalo todo y tómalo –dijo Sam-

Esta bien –dije-

Giramos las copas tan rápido que el líquido cayó de golpe, el sabor era exquisito pues el champagne era la bebida burbujeante del mar, la más exquisita diría yo. ¡Okay no, estoy ebria!

Encuadra, enfoca y dispara / JungShin / CNBLUE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora