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El olor a comida recién hecha me invade mientras agrego albahaca fresco, eso le dará un toque exquisito y al pensarlo me hace sonreír y recordar tantas cosas..

Aún no entiendo por qué no había sido yo la ganadora de esa competencia, siempre me he esforzado mucho por obtener las mejores recetas, el mejor sazón..

Y luego los nervios de la competencia, la presión de Asuma Sarutobi por inventar otros platillos, me habían llevado a un estrés enorme..

Sumado al empezar a fumar y eso sin duda alguna me había afectado mucho, ya que deje de distinguir la mezcla de ricos aromas, además todo era preparado en tan corto tiempo, creo había perdido el toque de guiarme por la intuición y así crear las mejores recetas sin la guía de ningún manual o instrucción, eso es lo que me había colocado en ser la mejor chef del mundo..

Pero todo eso se había acabado hace cinco meses atrás, había vuelto a casa triste, derrotada y sin sueños..

«La ganadora es la señorita Choucho Akimichi»

Esas palabras no salen de mi cabeza y al recordarlas me hacen apretar fuertemente el mandil que uso, tengo que dejar de pensar en eso, ya que ni llorar es bueno y al suspirar profundamente..

—Onee-chan ¿Has notado que nuestro padre esta muy risueño últimamente?

La voz de mi hermana menor me hace alejar esos pensamientos de lado y al exhalar, observo a cierta castaña mirarme fijamente y ahí noto que ella no juega al decir esas palabras y al pasar saliva..

—La verdad no Hana, ¿Por qué lo dices?

—Observo hermana y él sin duda alguna a cambiado..

Ella toma una manzana del frutero y sale de la cocina dejándome confundida, ¿A que se refiere?

Mi nombre es Hinata Hyuga, vivo en la capital de Japón, mi pasión sin duda alguna es la cocina o eso creía..

A mis casi veinticuatro años tengo una carrera espléndida, soy admirada por mucha gente y envidiada también «eso creo» pero eso se había terminado hace un tiempo y de esa Hinata emprendedora, soñadora y orgullosa de si misma, no queda nada..

Ahora soy una chica sin aspiraciones y enojada con la vida, sintiéndome frustrada y para ser sincera alejada de Hiashi Hyuga, mi padre y quién es mi mayor verdugo.

Ese importante hombre empresario que solo sabe echarme en cara mis derrotas, sin siquiera ponerse a pensar cómo me siento o al menos me brinde una palabra de apoyo..

Aunque me duela aceptarlo mi padre es un hombre que solo le importa sí mismo y siendo orgulloso a decir ya no.

Eso me lleva a pensar que Hanabi tiene que estar equivocada, cada vez compruebo que a mi padre se le habían muerto los sentimientos cuándo mi madre había fallecido hace muchos años atrás, si es que alguna vez los tuvo.

Apagó la estufa y vuelvo a ese cuarto donde puedo sacar mi frustración y siendo mi único consuelo, olvidado las palabras de ella.

***

Habían pasado un par de días y aún me preguntó ¿Cuándo había sido la última vez que mi padre había sonreído? Tras pensarlo al perderme en mis recuerdos, sinceramente no recuerdo haberlo visto hacerlo, además había prestado más atención a mi entorno y efectivamente me doy cuenta que Hanabi no miente..

Estos últimos días mi padre pasa más tiempo en casa y eso es extraño, ya que para él su amada empresa es primordial, pero lejos de sorprenderme que él ignore ir a ese lugar, lo que me tienen anonadada es que en efecto Hiashi Hyuga sin duda alguna tiene una sonrisa en su cara, sumado a que no suelta para nada su celular..

Amor mioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora