22. Aprender a soltar.

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Yo sigo caminando,
mientras mi recuerdos provocan miedo en mí.
Pensar demasiado,
no me ha dado una respuesta.
Mis lágrimas siguen fluyendo,
mi herida sigue abierta.
Si me acercó,
voy a irme antes de que amanezca.
Ya no voy a mirar hacia atrás
en mi recíproca ternura,
el amor no debe ser inflexible hacia la sociedad.
Me di cuenta de que nuestra amor no durará,
esos sueños que una vez planearon nuestro futuro, no los guardaré,
es el momento de dejarte ir (...)
Al final, mi ha llegado a su fin.
La felicidad me dejará temporalmente,
al menos todavía me tengo.
Solo por dejarte ir,
¿Puedo realmente ser libre?

Bottom line
—Landy Web
Bromance Original Soundtrack


Los rayos del sol golpeaban su rostro con intensidad, su piel estaba caliente y ardía tornándose rojiza, sin embargo eso no parecía molestarle ni un poco a SeHun mientras admiraba el paisaje matutino de Seúl desde la terraza.

Ese lugar se había convertido en su favorito lleno de paz y silencio, un lugar tranquilo que lo ayudaba a poder recordar, o bueno, a intentarlo porque nada nuevo había llegado a su mente, a excepción de las sensaciones raras que lo invadían cuándo el chico pálido se acercaba a él.

Pero afortunadamente en ese momento, estaba lejos de él.

Y aunque no lo recordará, tenía la sospecha de que ese chico tenía algún tipo de obsesión o culpa con él, porque sus acciones daban mucho que pensar. Estaba a todas horas a su lado, cuidandólo incluso si SeHun era grosero o frío, incluso si lo ignoraba olímpicamente.

Una tarde, cuándo SeHun le preguntó si se quedaría a su lado incluso si nunca llegaba a recordarlo, LuHan se había echado a llorar y le había prometido con la voz rota que se quedaría hasta el día de su muerte.

Eso a SeHun lo aterró, pero se prometió que sí, incluso no podía recordarlo, intentaría quererlo.

SeHun sacudió su cabeza tratando de espantar sus pensamientos y cómo no funcionó, soltó un bufido de frustración, sin embargo, unas pisadas suaves lo detuvieron. Sabía de quién se trataba así que no se molestó en voltear.

—Aquí estás —susurró SooHee con la alegría que la caracterizaba mientras se dejaba caer a su lado —. Te estuve buscando toda la mañana, creí que te habías ido sin despedirte.

Ambos rieron por el comentario. SooHee le extendió una caja de leche y un par de galletas de chocolate, SeHun las tomó y empezó a comerlas en silencio.

—¿Cómo ha estado tu mañana Hun? —le preguntó SooHee mientras admiraba el paisaje.

SeHun se encogió de hombros.

—Igual que todos los días, aunque un poco más tranquilo, ¿sabes por qué? —le dijo.

SooHee lo miró fijamente.

—Porque estás aquí conmigo mientras disfruto de la vista y ese chico, LuHan, no ha venido a visitarme —susurro con sinceridad.

La chica desvío la mirada y SeHun lo notó.

—¿Qué?

—Él te está buscando, me preguntó por ti pero sabía que no querías verlo así que le dije que tenías una cita con el psicólogo —le confesó fingiendo estar avergonzada, SeHun asistió lentamente.

—Está bien.

Ambos siguieron comiendo en silencio, disfrutando de la compañía del otro. SeHun se sentía bien de esa manera, sin que nadie estuviera presionandólo para que recordará.

ITS OKAY IF IS YOU | HUNHANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora