20. En mil pedazos | Parte I

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Tú precioso corazón no puedo verlo romperse,
así que cierro los ojos mientras te alejas.
¿Puedo tener una segunda oportunidad?
¿Puedo tener otro baile?
¿Puedo comenzar otra vida contigo?
Cuándo me despierto con una confusión,
no he dormido en días
y tú estás a mil millas de distancia con un corazón solitario.
Sino puedes encontrar otra razón para quedarte,
entonces sé que siempre tendré,
un corazón solitario.

Lonely Heart
—Five Seconds Of Summer

SeHun mantuvo la mirada fija en la puerta de madera con la inmensa esperanza de que quien estuviera del otro lado fuera su LuHan, sin embargo, cuándo se armó de valor y abrió la puerta con temor, con un pánico y la desesperación latente en su interior impidiéndole respirar con normalidad y notó la habitación completamente sola, se sintió miserable.

La habitación estaba sumida en su silencio sepulcral, todo estaba tan y como lo había dejado LuHan aquella tarde, hace cuatro meses cuando lo había abandonado definitivamente y SeHun no había tenido el valor para ir detrás de él.

¿Por qué?

Mentiría si dijera que tenía un buen argumento, pero la cobardía y el miedo no son válidos en situaciones que implican sentimientos. Así que aquella tarde entre lágrimas y maldiciones, acepto lo inminente.

Había perdido.

Y aunque ya hubieran pasado meses en los que SeHun había muerto lentamente, noches de insomnio y llanto desesperado, los días en espera por alguna señal del otro por pequeña que fuera: un mensaje, una llamada o una visita lo habrían regresado a la vida de un golpe. Pero en el fondo, SeHun sabía que eso no iba a suceder.

Era imposible hacerse más daño, no había nada que pudiera hacerlo sentir mucho peor que una vida vacia. Por esa misma razón, se adentro por completo en la habitación y camino hasta la cama que alguna vez perteneció a LuHan.

Su mirada se volvía brillante y blanda, en su garganta se formó un nudo que le impedía respirar correctamente, porque de un momento a otro, todo se había vuelto pesado. Sintió un escalofrío en su espina dorsal y sus palmas temblaron levemente cuando la yema de sus dedos acariciaron la tela polvosa que cubría la cama.

Entonces, recordó aquella tarde cuándo LuHan se había marchado, cuándo le había contado toda la verdad y sin darse cuenta, había terminado de matar todo lo que LuHan sintiera por él.

No importaba si era fuerte, porque si se trataba de LuHan; podía hacerlo pedazos fácilmente.

Se dejó caer al suelo de rodillas cuándo su cuerpo se debilitó y entonces lo soltó. Dejó que sus sentimientos tomarán el control y en unos segundos, sus mejillas eran cascadas de agua salada, espesas y brillantes. Soltaba sollozos desesperados y adoloridos.

Era un completo desastre.

Su rostro reflejaba el dolor que lo atravesaba, estaba más delgado y pálido, con ojeras bajo sus ojos, el cabello sucio y despeinado. En sus brazos habían rasguños y hematomas púrpuras que él mismo se había provocado  —y aunque sonará increíble, la idea de terminar con su sufrimiento y su mísera existencia comenzaban a ser tentativos en su mente —. Habían regresado esos ataques de pánico y ansiedad que lo perseguían, esa depresión que lo absorbía. Pero sobre todo, esa voz dulce parecía a la de LuHan, que le susurraba lo fascinante que sería terminar con todo de una vez.

—T-te e-extra-año t-tanto...

Se sentía roto.

Sentía que cada parte de su vida había sido destruida, se sentía incompleto porque lo único que lo unía a la vida ya no estaba presente. Se cubrió su rostro con sus manos, le dolía el pecho por la respiración acelerada y errática. Sentía hormigueo en sus brazos y piernas llenándolo de una sensación asfixiante.

ITS OKAY IF IS YOU | HUNHANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora