Para mi gusto el vuelo de San Francisco a Nueva York no dura, desafortunadamente, lo suficiente. Acabo de encontrar el placer en las alturas, y es una experiencia única. Cuando el comandante abordo nos dijo que tomáramos nuestros asientos y nos abrocháramos el cinturón, no pensaba más que en el vuelo de regreso. Y Adam también.
Es magnífico volver a ver a Claire, su espontaneidad y su alegría por vivir. Dejo a Adam ocuparse de sus asuntos
y me encuentro con mi amiga y Ryan, en el apartamento de este último. Todo está vacío. Las cajas de mi hermano esperan pacientemente en una esquina a que la mudanza
venga a buscarlas. Entre Ryan y Claire hay una complicidad amorosa que me divierte. Son felices, tienen proyectos juntos, y pronto mi hermano ya no se irá de San Francisco. Si hace algún tiempo echaba pestes contra eso,
ahora debo admitir que en este momento su presencia traerá un poco de felicidad a mi maltrecha vida.Hablamos muy poco sobre Paul y Lorraine, y mucho menos de mi secuestro. Tendremos todo el tiempo más tarde. Además no quiero entristecer el momento con la
angustia que me oprime al recordar aquel encuentro en la iglesia con Ambrose Carter y Lorraine. No puedo deshacerme de esa impresión glacial que desde ese momento vive en mí. El momento es para relajarse, y me
lleno de las buenas vibras que inspiran Ryan y Claire. Espero de manera silenciosa que algún día pueda volver a sentir esa misma despreocupación junto con Adam.Claire y Ryan aún tienen algunas cosas que arreglar aquí y no regresarán con nosotros a San Francisco. Les hablé del avión y creo que Ryan podría haber adelantado
su regreso para satisfacer su curiosidad. Claire amablemente pidió tener orden. ¡No se puede estropear la mudanza! Subiendo a esta suite de lujo motorizada, no es necesario hablar con Adam. Sabemos cuál será el programa de las próximas horas de vuelo.Esta rápida escapada a Nueva York me levantó el ánimo. Pero sobre todo porque mañana será el tan esperado encuentro con Oslav Kievsky, uno de los más grandes violinistas del momento, en una de las oficinas de
Adam. El violinista finalmente pudo encontrar un momento para mí en su agenda tan ocupada. Estoy emocionada como una pequeña niña que se prepara para conocer a su ídolo. La sorpresa de Adam, que me anunció después del viaje a Riverton, es sin duda una de las más bellas.Me siento nerviosa esta mañana, no pude comer nada en el desayuno. En el vestíbulo de las oficinas de Adam,
ofrezco una sonrisa exasperada a los que saludo. Gracias a mi carta de presentación, no necesito hablar
absolutamente con nadie. Y en el ascensor privado, intento relajarme con ejercicios de respiración. Estoy
angustiada, tengo prisa, pero también tengo miedo a la vez.¿Y si solo saco falsas notas? ¿Y si no logro decir dos palabras inteligentes?
Oslav Kievsky parece tan profesional, perfeccionista en sus obras.
Toco ligeramente a la puerta de Adam. No sé si Oslav ya haya llegado, y cuento con Adam para que me
tranquilice un poco. Intento el método Coué por si acaso.¡Puedo hacerlo!¡ No tengo la experiencia de Oslav Kievsky, pero tengo talento!
Veo el estuche de mi violín, le ruego que me ayude, y empujo la puerta. Adam me recibe con los brazos abiertos y una sonrisa en los labios. Un hombre está sentado en el
sofá blanco, detrás de él. Aquel mismo sofá donde… Me sonrojo al acordarme y trato de borrar la imagen de Adam
sobre mí.¡Tengo que controlarme!
– Éléa, justamente hablábamos de ti, me dice Adam dirigiéndose hacia Oslav. Oslav, permíteme presentarte a Éléa Haydensen.
– Buenos días Éléa, Adam no se cansa de elogiarla. Estoy encantado de conocerla, dice Oslav levantándose
del sofá.
– Señor Kievsky, es un honor para mí, digo en voz baja…
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TODO POR EL MULTIMILLONARIO & DOMINADOR
RomanceARGUMENTO Adam Ritcher es joven, apuesto y millonario.Tiene el mundo a sus pies. Eléa Haydensen, una joven virtuosa y bonita. Acomplejada por sus curvas, e inconsciente de su enorme talento, Eléa no habría pensado jamás que una historia de amor ent...