5. Tiro de gracia

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¡Qué difícil es dejar a Adam después del momento que acabamos de vivir!
Nuestros cuerpos nunca habían estado tan vivos, ¿sería porque era nuestra última vez juntos? ¡Fue tan bueno, tan embriagante! Adam conoce y satisface todos mis deseos, sabe exactamente cómo explotar mi deseo. Le pedí que no me acompañara a mi casa. Después de estos últimos instantes en su compañía, podría flaquear y cambiar de opinión, pero debo mantenerme firme. Quiero poner distancia entre ambos.

Concentrarme en mis piernas. No importa que ahora me sienta como si me hundiera en un pozo y que las entrañas se me revuelven. Adam también está triste por mi decisión, pero me comprende. Ese último encuentro con su tía y Paul fue demasiado. Al momento de irme y de despedirnos en el auto, la separación fue muy difícil...

- Cuídate mucho, hermosa.

Adam me sigue con la mirada. Siento que está listo para detenerme, pero se abstiene.

Me encanta que me llame
«hermosa»... Carajo, ¡esto es muy
difícil!

- Tú también...

Mi voz se quiebra.
No sé qué decir, ni qué hacer.

«¿Nos llamaremos para informarnos de nuestras vidas?» No, así no funciona esto...

- Si me necesitas...
- Sí, lo sé...

Adam se inclina sobre mí y me besa suavemente. Suspiramos, contengo las lágrimas. ¡Estoy a punto de rogarle que me regrese a su casa! Adam se endereza, me dirige una última sonrisa llena de tristeza y cierra la portezuela del automóvil. Ya es todo, el auto se dirige a mi casa. Observo mis rodillas, mis lágrimas corren, aprieto la mandíbula.

¡Me duele demasiado!

Claire me espera, le avisé que
vendría. El chofer de Adam cumple con sus órdenes. Debe cargarme para subir las escaleras, nuestra casa no está adaptada a una silla de ruedas.

¡Una razón más para recuperarme pronto!

Pero Claire tuvo la brillante idea de dejarme en la habitación del primer piso. Si le peso al chofer, no lo muestra. Me coloca sobre el sillón y regresa por la silla. Claire espera a que se marchepara preguntarme por qué regresé tan rápido. Rompo en llanto. Con ella puedo ser honesta. Entre sollozos, le cuento todo: las cartas, el asalto, Paul, su tía, sus órdenes, mi soledad estos últimos días... Todo. Y Claire me escucha, hastael final, sin interrumpirme.

- Pobre... ¿Pero por qué no me habías dicho nada de esto?
- Para no preocuparte, ¡Y todo pasótan rápido!
- Sabía que me ocultabas cosas, perono me imaginé que fuera tan grave, ¿en verdad lo dejaste?
- No lo sé... Sólo quiero... Quiero
recuperarme, y ya después veré.
- La próxima vez que Paul se acerquea ti, ¡le arrancaré los ojos!
- Espero que no haya próxima vez...Ellos ganaron...
- ¿Adam te dejó ir? ¿Sin decir nada?
- Me dijo que comprendía... Tal vezpara él sea también mejor así...Hubieras visto a su tía, es tan... ¡fría!
- Bueno, tus piernas son la prioridad ahora. Adam y tú estarán juntos nuevamente. Por ahora tienen cosas quearreglar cada uno por su lado.

¡Dime cómo te puedo ayudar!

Volver a ver a Claire, mi casa,
apacigua un poco mi dolor. Pero bastacon que vuelva a pensar en Adam para que comience a llorar. Claire se desvive por mí, pero no tiene la fuerza de Adam. Su torpeza con la silla, su buena voluntad y sus gestos nos hacen estallar en carcajadas varias veces. Sin duda, aquí estaré mejor, no importa que sea sin Adam... Por el momento...

Claire debe regresar a su rutina
habitual. Creo que está muy frustrada de no poder hacerse cargo de mí. Le conté todo: la visita de mis padres, el hotel de lujo en Aspen y la mansión de Adam. Pero no le conté sobre nuestro último encuentro bajo las estrellas... Mi teléfono vibra.

TODO POR EL MULTIMILLONARIO & DOMINADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora