El nuevo apartamento está vacío sin Claire. Aunque pase estos días mucho tiempo con Adam, extraño a mi
compañera. Afortunadamente, ella y Ryan regresan de Nueva York. Mi hermano se instala aquí, en San
Francisco. Le falta todavía encontrar un apartamento pero no le llevará mucho tiempo. Me alegro por esa búsqueda que contemplamos hacer juntos.Claire debe retomar su
trabajo, y mis ensayos en la Filarmónica sólo son por la tarde. Tengo tiempo para dedicarlo a mi hermano.En la espera, Ryan se instala con nosotros.En el desayuno de esta mañana, el apartamento ha recobrado vida. La voz de Claire resuena a través de las
paredes, me cuenta su estancia, me pide noticias de lo que ha sucedido aquí. Le cuento mi encuentro con Oslav, la noche con Lorraine. Claire hecha pestes y se divierte a la vez. Escuchar su risa, sentir su perfume, me tranquiliza. Extraño a mi amiga y me siento muy contenta de volverla
a ver.El silencio regresa sin embargo una vez que atraviesa la puerta.Ryan y yo nos encontramos en la tranquilidad, conversando sobre las ganas que tiene de un nuevo apartamento y sus necesidades. Mi hermano no es complicado. ¡Afortunadamente yo soy un poco más exigente que él, sino sería capaz de rentar el primer apartamento que encuentre!Después de haber seleccionado en el periódico los anuncios pertinentes, nos ponemos en marcha, los brazos
entrelazados. Y como lo había predicho, Ryan está dispuesto a entregar sus papeles desde que visitamos el primer apartamento. Calmo su impaciencia y lo animo a
visitar otros. Por su lado, intenta convencerme de dejarlo hacer tal y como él desea.¡Vaya qué es testarudo!
Nos peleamos amablemente ante las miradas perplejas de los agentes inmobiliarios. Estamos finalmente de acuerdo sobre un pequeño y encantador apartamento, un
inmueble antiguo pero limpio. Es de dos piezas luminoso con cocina abierta, y sobre todo cerca de la facultad de medicina, el lugar es perfecto. El propietario acepta
inmediatamente los papeles de Ryan y le entrega las llaves en intercambio de la primera renta. Rayn se instala
definitivamente en San Francisco. Le falta ahora traer sus cosas.En la calle, nos miramos, satisfechos.
– ¡Pues bien, se puede decir que somos bastante eficaces! Exclama Ryan, entusiasta.
– Sí, nos queda incluso un poco de tiempo para comer juntos. Ven, conozco un rincón no muy lejos, digo
llevándolo.Conversamos cuando de pronto un auto circulando cerca de nosotros, llama nuestra atención.
– ¿Tus guardaespaldas siempre son tan poco discretos? me pregunta Ryan.
– Cada vez me fijo menos en ellos. Quizá ya no los necesito ahora que Paul está muerto, sugiero.
– ¡Espera un poco, no se sabe nunca! me ordena dulcemente mi hermano.Evocamos a Paul y su desaparición. Ryan se muestra muy protector confesándome estar muy contento de que haya una amenaza menos en mi vida.Pero en el momento de atravesar la calle, escucho las llantas rechinar. El auto de hace un rato acelera de pronto y casi nos atropella. Mis
piernas se ponen a temblar, sentí que el auto me rozaba. Ryan está pálido. Si este auto se hubiera estrellado contra nosotros… Alrededor nuestro, algunos peatones presentes se miran, desconcertados. Mis guardaespaldas llegan corriendo.– Señorita Haydensen, ¿se encuentra bien? me pregunta uno de ellos.
– Eh… Sí, bien. ¿Ryan?
– Estoy bien también. Por poco y nos pega, me responde mi hermano.
– Ese auto la seguía desde hace unos momentos, íbamos a detenerlo cuando aceleró súbitamente.
– Pensábamos que eran ustedes. Lo habíamos notado también, pero no nos preocupamos, confesé en un respiro, aún bajo la impresión.
– ¡Bueno, pues ahora tienes la prueba de que debes seguir bajo protección! Rezonga Ryan mirando hacia donde desapareció el auto.
– Vamos a llevarles, señorita Haydensen.
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TODO POR EL MULTIMILLONARIO & DOMINADOR
RomanceARGUMENTO Adam Ritcher es joven, apuesto y millonario.Tiene el mundo a sus pies. Eléa Haydensen, una joven virtuosa y bonita. Acomplejada por sus curvas, e inconsciente de su enorme talento, Eléa no habría pensado jamás que una historia de amor ent...