5. ¿Quién es él?

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Dejé a Adam en su trabajo. Estoy preocupada por él. Se que es fuerte y está listo para afrontar todo lo que
viene. Pero desde hace algún tiempo, su mundo se desmorona, todo en lo que creía hasta el momento es
falso. Todas sus certezas se han derrumbado. Es un poco como si debiera borrar todo y comenzar de nuevo. No se si será capaz de asimilar tanto.Y aunque no estoy directamente implicada en sus hallazgos y no tiene nada que ver con mi historia personal, percibo la conmoción en
la que Adam vive. Tengo la suerte de tener el violín como escapatoria. ¿Sus negocios le permitirán respirar un poco?¿Evadirse? Adam no ha recibido mucho amor en su vida. Es curioso, Paul y él hubieran podido ser sinceramente amados por sus madres, Katerine y Leslie. En lugar de eso, tuvieron a Lorraine.

Lorraine. Decididamente se encuentra en todos lados

En el conservatorio, me informo de los próximos conciertos que la Filarmónica dará en San Francisco. Dos representaciones por semana, el ritmo se acentúa. En Nueva York, eran tres conciertos por semana. Pienso que los músicos neoyorquinos deben cansarse más al tocar con más frecuencia. Me dirijo al salón de ensayos, pero el señor Glen me detiene en el camino.

– Éléa, permítame unos minutos en mi oficina, me dice indicándome la dirección.
– Por supuesto, señor Glen.

Nunca había sido tan requerida en mi vida en una oficina desde que trabajo para la filarmónica.

El pequeño hombre tiene el ojo chispeante e intenta bien que mal reprimir una sonrisa. Arde en su interior, estoy curiosa de saber porqué. La oficina del señor Glen
me es a partir de ahora muy familiar. Me siento en el sillón e indago su rostro. Espero que se trate de una buena noticia.

– Éléa, es maravilloso. Todos los responsables de la Filarmónica están encantados, usted es nuestra estrella de la suerte, comienza frotándose las manos.
– Estrella de la suerte, no estoy segura, digo, un poco incómoda por el cumplido. ¿Qué es lo que pasa?
– Su encuentro con Oslav Kievsky ha tenido muy buena repercusión entre las críticas y la prensa, y nuestros
próximos conciertos ya están vendidos. El público desea conocerla. ¡Pero no es lo mejor! Añade el señor Glen con un placer malicioso al crear suspenso.

Espero a que continúe y que suelte lo que falta.

«¡Oslav Kievsky nos pidió la autorización de acapararla un poco, para grabar con él dos partes de su
próximo álbum!»

El señor Glen articula cada una de sus palabras y termina su frase con un tono incisivo. ¡Y le entiendo!
¿Oslav quiere tocar conmigo? ¡Apareceré en su álbum!
¿Voy a grabar?

¡No es una buena noticia, es la mejor del mundo!

Bajo mi entusiasmo, me levanto de un sobresalto, el señor Glen también, y nos tomamos la mano por encima
del escritorio. Nos soltamos rápidamente e intentamos
controlarnos.

– Oslav quiere grabar conmigo, repito, incrédula.
– ¡Sí! Y no es todo. Viene a San Francisco en unos días
precisamente para esta grabación. Tenemos un estudio en el sótano, ¡es aquí donde sucederá! Añade el señor Glen, aún entusiasmado.

No, no lo puedo creer. No solo volveré a ver a Oslav sino que voy a grabar un álbum,

¡Bueno, no uno completo, pero dos partes! ¡Mi nombre va a aparecer a lado del de Oslav!

– ¿Cuándo será la grabación? Inquiero, intentando retomar seriedad.
– En tres días. Aquí le entrego las partituras que tiene que ensayar. Está por demás decir que debe dedicar todo su tiempo a ellas, me explica el señor Glen extendiéndome el cuadernillo.
– Muy bien, ¡me pongo a trabajar en ellas enseguida!

TODO POR EL MULTIMILLONARIO & DOMINADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora