Mis ojos se abrieron como platos y un escalofríos recorrió mi cuerpo.
La mano se sentía tan fría y suave a la vez, se hacía tan familiar pero a la vez un miedo profundo me invadía, un miedo que ya había sentido antes pero no recordaba cuando.
Sentí su cálido aliento contra mi oreja.X: Shhhh, tranquila mi pequeña Elena. - su voz, esa voz ya me había llamado antes así, mis ojos se llenaron de lágrimas sin explicación alguna. - Si intentas moverte te rajo el cuello. - acercó su arma a mi cuello, no alcanzaba a ver pero supuse que era un cuchillo. - Pero no tengas miedo princesita. Solo vine a recordarte que eres mía. - esa frase hizo que me erizara, la he escuchado cientos de veces, y Antonio no fue, él no me dice eso. - Esto es solo el comienzo pequeña princesita, si no te alejas verás las consecuencias, sigo cada uno de tus pasos. - mi respiración acelerada, mi pecho subiendo y bajando, pero estaba tiesa. - Ahora me iré, pero si te volteas haré algo muy feo, y no querrás enterarte. ¿Ok? - asentí.
Quitó su mano lentamente de mi bica, y sentí como su arma dejaba mi cuello, seguido de pasos rápidos, como si hubiera corrido para huir.
¿A dónde se fue tu valentía, demonio? Pude haberle dado un golpe y ver quien era, pero me arriesgaría a que me matara o algo por el estilo.
Reaccioné segundos después y por inercia salí corriendo.
Tengo un acosador detrás mío, normalmente los tipos así te amenazan con que le harán daño a tu pareja si no te alejas, pero este me amenaza directamente a mi.
Mi vida corre peligro al lado de Antonio, no por él, si no por esa persona que me parece tan familiar pero que no puedo recordar ni por un segundo.
¿Qué se hace en una situación así? ¿Debería contarle a alguien? Probablemente no, podría poner a más personas en peligro. Puedo lidiar con esto sola....
No se quien es, ni lo que quiere de mi, debería empezar por allí.Luego de correr por varios minutos y llegar a mi apartamento. Sofocada y sudando, entré, cuando digo mi apartamento, es que es el mío, el de Carlos y yo, no podía ir así al de Antonio.
Así que le escribí para decirle que dormiré aquí hoy.
Para mi suerte Carlos no está, debe andar con Angeline por allí.
Me tiro sobre mi cama, puedo decir que aunque me encanta estar con Antonio, extrañaba esto, tanto así que no tardé más de cinco minutos en quedarme dormida........
Mi respiración estaba agitada, mi pequeñimo cuerpecito cansado de correr por lo que al parecer parece un jardín sin salida.?: No huyas... - pasos de aquel hombre que no hace más que atormentar mi infancia detrás de mi, se que no tardará mucho en acorralarme y hacerme la niña más infeliz y desdichada de este mundo. - No tengas miedo mi pequeña princesita.
Desperté de golpe, respirando a mil, mi corazón latía desesperadamente, volvieron, las malditas pesadillas volvieron. Pero esta vez mucho más detalladas, ya no son borrosas. Mi pequeña princesita, así me llamó el hombre del parque.... Debo admitir que el miedo está comenzando a apoderarse de mi....
¿Ese hombre y mi pasado tienen relación?
Ya, ya Elena, que solo fue una pesadilla.... Quizás no sea real.
Me repito a mi misma un montón de veces para calmarme.
Apoyo mi rostro sobre mis brazos apoyados en mis rodillas y suelto un largo suspiro. Miro el reloj y son las 4:45 am, la misma hora a la que me despertaba siempre que tenía estas pesadillas, solo casualidad.
Me tiro hacia atrás para intentar dormir nuevamente y lo logro...(.....)
Un suave beso en mi frente me hace abrir los ojos lentamente, esos labios suaves que ya conozco tan bien.
Me encuentro con esa linda sonrisa, esos ojos negros y profundos que me hacen perderme, sus pómulos definidos y semirosados, sus cejas arqueadas y bien tupidas, su cabello oscuro desordenado, pareciera que acaba de levantarse.EL: Buenos días. - le sonrío.
AN: Buenos días hermosa. - tomó mi mano y la besó.
No quisiera que esto acabara jamás... Pero estaré en peligro.....
AN: Me tienes muy preocupado Elena. ¿Por qué no me cuentas que pasa? - me siento en la cama y paso mi mano por su rostro.
EL: Pues porque no pasa nada. - él toma mi mano nuevamente.
AN: Si pasa, estás rara.
EL: Dime cómo supiste que me estaban amenazando. - apartó la mirada. - Hey, necesito saber, para confiar en ti. - volvió a mirarme.
AN: También me escribió, pero no para amenazarme, sino para decirme que tu me estabas ocultando algo, que no debería confiar en una chica con una vida llena de problemas y que solo buscabas una vida mejor conmigo. - sus palabras me dejaron como "WTF".
EL: Ya es el colmo. - revolví mi cabello en señal de frustración y tomé el rostro de Antonio con ambas manos. - Prométeme que pase lo que pase tú jamás me dejarás, así hayan miles de mensajes o quizás algo más.
AN: ¿A qué te refieres con algo más?
EL: Promételo! - lo sacudí un poco.
AN: Vale, vale, lo prometo. Jamás me ha pasado por la mente dejarte, ¿me entiendes? Jamás!. - sonreí y lo abracé. - Wow, en serio estás rara. - correspondió al abrazo.
EL: Te quiero, ¿ya te lo he dicho? - dije sin despegarme de su pecho.
AN: Si que estás rara. - susurró y yo reí. - Yo también te quiero.
Suena el timbre e interrumpe este hermoso momento.
EL: Joder, que oportuno. - mi mal carácter sale a flote.
AN: Ya habías tardado mucho. - le hice una mueca y me levanté para atender a la puerta.
Iba con las mejores intenciones, atender a la puerta muy sonriente, ver que quería la persona( a lo mejor era Carlos) y volver a mi hermosa escena de amor.
Tomé el pomo de la puerta y cuando lo abrí no había nadie, miré hacia ambos lados pero nada, luego mi vista bajó hacia el suelo, lo que vi hizo que un grito dejara mis labios y llevara mis manos a la boca, mis ojos se cristalizaron y ese miedo volvió a mi.
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La chica de los mil demonios.
Teen FictionElena, la chica de los mil demonios.... No diré que es una chica normal, a la vista de todos es lo peor, a pesar de que la vida de Elena nunca fue fácil, por eso llegó a ser quien es hoy. Pero es más fácil juzgar por lo primero que uno ve y no se at...