Carlos y yo fuimos a firmar la nueva casa, resultó un departamento en el mismo edificio que Antonio, ya decía yo que él tenía que sacar provecho de lo aue estaba sucediendo, pero extrañamente no me molesta, al contrario, me alegra estar cerca de él...
EL: Aquí es. - dije mirando el papel en mi mano con la dirección exacta. Carlos traía unas maletas con las pocas ropas que tenemos.Carlos sacó las llaves y la abrió. Número 80, ¿en serio Antonio? Por lo menos disimula hombre, seremos vecinos, uno al lado del otro, ya que en esta parte están los números pares y en frente los impares.
CR: Dios!! Esto debe haber costado una fortuna. - entramos y él admiraba el lugar. Vaya lujo.
EL: Joder! ¿Alguna vez pensaste vivir así?
CR: Pues si, pero pensaba darte este lujo yo. - soltó las maletas y se tiró encima del sillón.
EL: Es precioso.
CR: ¿Debes decirme quien fue? En serio, ese tío es la bomba, lo quiero de cuñado. - reí por lo bajo. - Si te gusta, tu mirada lo dice todo.
EL: Qué no!!
CR: Jamás te había visto sonrojarte por alguien, ni menos sonreír por un chico.
EL: ¿De qué hablas? No me he sonrojado. - me toqué la cara, debo parecer un tomate.
CR: Que linda!!
EL: Ya idiota!! - le lancé un cojín del sillón más pequeño.
CR: Mira hay un sobre en la mesita. - lo tomó y estaba a punto de abrirlo. - Dice: Hermanos Wildy. Debe haber sido tu ángel de la guarda, así que lee tu, sabes que eso no es lo mío. - me extendió la mano con el sobre, lo tomé y me senté a su lado.
EL: Pues, dice:
Queridos hermanos Wildy:
Esto es un pequeño regalo para ustedes, no acepto devolución, ustedes se merecen mucho más que esto.
Carlos, tu eres el responsable de este lugar, se que haz trabajado mucho para mantener feliz a Elena. Hay dos habitaciones, la tuya la vas a reconocer al momento, igual que la se Elena.
Me perdonan por los detalles de más en el apartamento, pero quería que el regalo estuviera completo.
Espero que disfruten de su estancia, estaré disponible para cuando me necesiten, Carlos no sabes quien soy, Elena te contará cuando esté lista.
Saludos, Anónimo.
EL: Es todo. - envolví el papel nuevamente.CR: ¿Y, me vas a contar quien es? - negué. - ¿Pero por qué?
EL: Prometo contarte, pero no hoy ni mañana. - me levanté, me acerqué y besé su mejilla. - Voy a ver mi habitación.
Caminé por el pasillo hasta encontrarme dos puertas, una en frente de la otra, pude reconocer al instante mi habitación, ya que la puerta era color crema, y decía Elena en color negro, con una letra muy bonita.
Abrí la puerta para apreciar mi habitación.EL: Wow, es hermosa! - dije para mi misma.
La cama era enorme, al fin una cama decente, las sábanas eran negras y blancas, las paredes grises, cualquiera diría que muy deprimente, pero para mi es perfecto. Dos mesitas a los lados de la cama, una con una pequeña lámpara y la otra con una gabeta. En la parte derecha hay un armario enorme de madera oscura. Me dirigí hacia él para abrirlo y ver que tan grande es, quería saber si mi ropa lo llenaba aunque los dudo.
EL: ¿Pero, y esto?
No estaba vacío, era enorme, podía entrar y caminar tres pasos en él. Estaba lleno de ropa. Comencé a observarla y raramente era de mi talla. Esto sin duda era obra de Antonio, pero ¿cómo sabe eso?. Sonreí al pensarlo.
EL: Joder, ¿qué me está pasando? - me revolví el cabello en señal de frustración.
Volteé olvidando el armario y me encontré con una enorme ventana que ya había visto, desde casi el techo hasta el suelo, con cortinas blancas de encaje. Separé las cortinas para observar la vista y había un gran balcón, abrí las puertas de cristal para salir a observar mejor.
EL: Que vistas! - sonreí.
Se ve casi todo el pueblo desde este lugar, creo que este será mi lugar favorito. La fresca brisa acaricia mi rostro, es señal de que se acerca el invierno. En nuestra cochera nos la veíamos muy mal con el invierno, sin calefacción pasábamos mucho frío, por lo que nos íbamos a dormir al bar cuando apretaba la temperatura. Algo me dice que esta vez no pasará.
Cierro mis ojos para sentir a los pajaritos cantar, y a la brisa.?: ¿Es lindo no? - esa voz tan familiar me hace abrir los ojos y voltear a mi derecha para encontrarme con el responsable de todo esto al otro lado en otro balcón
EL: Si, muy lindo.
AN: ¿Qué tal la nueva casa?
EL: Es increíble, una vez más gracias. - le sonreí y el me devolvió la sonrisa.
AN: No me agradezcas más. Quiero que seas feliz.
EL: ¿Por qué lo haces? - esa pregunta da vueltas en mi cabeza desde hace tiempo.
AN: Aún no estoy listo para esa conversación. Pero prometo decirte, solo ten paciencia. Nos vemos luego Elena. - es la única persona que me llama así.
EL: Si y muy seguido. - me sonrió y entró nuevamente. Sonreí volviendo mi vista al horizonte, la tarde ya caía, las nubes se tornaban amarillentas por la puesta del sol.
Mi vida está cambiando al fin, existe alguien más que mi hermano que se preocupa por mi y vela porque esté feliz, eso me hace tener muchos sentimientos encontrados y no saber que hacer con esto que está sucediendo.
Entré de nuevo a mi nueva habitación y el sueño se hacía presente, no tenía hambre, el solo ver mi nueva cama me hacía querer hundirme en esa almohada y dormir por 10 horas.
Abrí el closet para revisar mis nuevas ropas, y había un pijama muy infantil, era de princesas, nunca tuve un pijama, y menos de niña, apuesto a que mis ojos brillan como una bebé.
No dudé en cambiarme y la tela era tan suave, tan cómoda que me hace querer estar en pijamas todo el tiempo. Antonio ha sacado la niña que llevo dentro, me ofende con este pijama pero me encanta. Me tiré en la cama.EL: Waa, es tan suave. - dije para mi misma y me volteé acurrucándome con una de las dos almohadas, alcancé la manta y me dispuse a dormir, no pasó ni dos minutos cuando entré al país de los sueños...
Creo que me gusta...
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La chica de los mil demonios.
Novela JuvenilElena, la chica de los mil demonios.... No diré que es una chica normal, a la vista de todos es lo peor, a pesar de que la vida de Elena nunca fue fácil, por eso llegó a ser quien es hoy. Pero es más fácil juzgar por lo primero que uno ve y no se at...