Fuera de casa...

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  Un beso diferente al de aquel día, un beso suave y tierno, nuestros labios se sincronizaban perfectamente, era como si ya estuviera acostumbrada a ellos. Quisiera decir que quería pegarle por haberme besado, decirle mil insultos y no volverlo a ver nunca más, pero era justo lo contrario, mo quería que parara nunca, me gustaba esto, podría estar así toda la vida, ¿cómo es que tiene ese poder en mi? Un mar de emociones provocaba en todo mi ser. ¿A quién quería mentirle?
  Estoy sintiendo cosas por Antonio, y me estoy engañando a mi misma todo el tiempo.
   Separamos nuestros labios lentamente y levanté la mirada encontrándome con sus ojos negros profundos y con un brillo característico, aún estábamos a unos centímetros, podía observar detalladamente cada parte de su rostro, tenía un pequeño lunar en la parte de abajo del ojo izquierdo.

AN: Elena....- aún nos mirábamos a los ojos. - ¿Dime que no sentiste nada, después de ese beso? - me quedé en silencio, no sabía que responder.

¿Qué debía decir? ¿Que me encantan sus labios, lo que me hace sentir con tan solo un roce de sus manos sobre mi?
   Esta situación me provoca muchos demonios, miedo principalmente, miedo a sentir que debo ir más allá con él, a no poder parar lo que estoy sintiendo, a ser débil....
  
AN: ¿No sentiste nada? - esta vez su mirada expresaba tristeza, ¿por qué Antonio? Quería preguntar, pero lo que salió de mis labios fue.

EL: No. - mentira! Elena eres una cobarde. No paraba de repetirme en mi cabeza.
 
   Antonio se separó de mi, quedando a unos metros.

AN: Puedes irte ya. - no me moví, quería salir corriendo pero mis piernas parecían haber tomado vacaciones. - No te preocupes por el seminario, solo quería pasar tiempo contigo. - se sentó nuevamente frente a su ordenador dándome la espalda.

  No tenía idea de que hacer, si debía decirle lo que me hace sentir, o irme y no volver a hablarle, o quizás besarlo otra vez...

EL: Lo siento... - fueron las palabras que dejaron mis labios antes de salir corriendo del lugar.

Sentía un nudo en la garganta, y ganas de gritar. ¿Qué te está pasando Elena Wildy?
  Antonio Morán no es para ti, es demasiado egocéntrico. Recuerda todo lo que te ha hecho pasar!
  Pero también es mi ángel de la guarda.... Conozco a una persona distinta a la que todo el mundo ve. ¿Será así solo conmigo?
    Espanto esos pensamientos y me monto en Sasha para volver a casa. Algo me decía que fuera de inmediato.

Varios minutos después llegué a mi casa, pero algo no estaba bien, todas nuestras cosas estaban tiradas afuera de la cochera y Carlos estaba sentado en la horilla de la acera sentado, sus codos descansaban en sus rodillas y sus manos apretaban su cabello con rabia.
  Me bajé de la moto y corrí hacia él.

EL: ¿Qué pasó? - dije sentándome a su lado y poniendo mi mano en su espalda.

CR: Nuestra casa... - pausa, luego separó sus manos de mi cabello y levantó la mirada hacia mi, sus ojos llenos de lágrimas, hacía mucho tiempo que no lo veía así. Lo abracé y el rápidamente envolvió sus brazos alrededor de mi, apretándome fuerte para continuar llorando.

EL: Ya, ya. - pasé mi mano suavemente por su espalda varias veces para calmarlo. - Lo superaremos como todo en nuestra vida. - tenía que darle ánimos aunque a mi me afectara tanto como a él, pero Carlos siempre ha sido el más fuerte de los dos y el que lleva casi todo el peso de nuestros problemas, tengo que ser fuerte para él.
   Carlos lloró hasta cansarse, al parecer ha estado conteniendo esas lágrimas por mucho tiempo.

EL: ¿Te sientes mejor? - dije separándome de él, asintió y sequé sus lágrimas con mi dedo pulgar, se veía tan vulnerable, y allí comprendí que está bien ser débil en ocasiones. - ¿Quieres contarme qué paso?

CR: La gasolinera ha sido vendida por sus pocos fondos, será demolida y harán un puesto de hot dogs. - bajaba la cabeza seguidamente en señal de frustración.

EL: Hermano - suspiré. - Saldremos de esta. - puse mi mano en su hombro, mi mente inmediatamente viajó a Antonio, él es el dueño del pueblo, y sabe que vivo aquí, mal nacido!
  ¿Hasta donde llega su maldad? ¿Por qué se empeña en hacerme daño? Pero esta bien que me dañe solo a mi, pero esta vez dañó a lo que más amo en este mundo y esto no se lo perdonaré.

CR:¿ A dónde iremos? - su mirada perdida en la carretera.

EL: Se me ocurre algo, pero no podremos quermdarnos allí por siempre.

CR: ¿Dónde?

EL: Hablemos con Nick, tal vez podamos quedarnos por un tiempo en el cuarto de arriba del bar.

CR: Pero el gana dinero con ese cuarto.

EL: ¿Se te ocurre algo más? - negó.

Carlos se levantó y sacó su celular para llamar a Nick, yo me quedé sentada esperando una respuesta y la rabia me comía por dentro, el solo pensar que Antonio pudo llegar a ese extremo me hace sentir muy mal.
   Luego de unis minutos Carlos regresa con una respuesta.

CR: Dice que no hay problema con eso, que nos podemos quedar el tiempo que necesitemos. - me dio una mirada triste.

EL: Yo te ayudaré, buscaremos un lugar. - me levanté y me acerqué a él para pasar mi mano por detrás de su cintura dándole un abrazo de lado.
  Él pasó su brazo por encima de mi hombro y me miró, esta vez sonrió.
 
CR: Te adoro demonio. - le devolví la sonrisa.

EL: Y yo a ti. - volteamos la mirada hacia nuestro ahora antiguo hogar y yo arrecosté mi cara a su brazo.

CR: Fue bueno vivir aquí.

EL: A pesar de no ser la gran cosa, fue mi hogar por mucho tiempo. - me aflijía mucho tener que irme, a pesar de haberme quejado tantas veces por no ser la gran cosa, para mi si lo era, porque cuando no tienes nada mejor, te enamoras de lo que tienes y te acostunbras a ello.
   Es lo mejor que tienes y te es suficiente, para mi esa pequeña cochera lo era todo, el lugar donde dormí y me alimenté. Cada día despertar con el ruido de camiones, mi colchón en el suelo era tan perfecto para mi....
   La vida no es como esperamos, a veces las personas con posibilidades se creen que pueden hacerte sentir inferior. Pero recuerden esto siempre:
"Nadie puede hacerte sentir inferior sin que lo consientas".

  Y a Elena Wildy nadie la hace sentir inferior.

La chica de los mil demonios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora