El chico de las notas.

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Abro mis ojos lentamente por el sonido del despertador, me extrañó tanto no despertarme con el ruido de un camión, me restregué los ojos y pestañeé varias veces asegurándome de que esto no fuera un sueño. He dormido como un bebé. Me senté en la cama, observé mi infantil pijama y sonreí.
  Me levanto y voy directo al armario para sacar el conjunto que usaré, podría usar uno cada día, es que hay mucha ropa. Cogí una blusa corta y ajusgada de color negro y unos pantalones blancos, en la parte inferior del closet habían como diez pares de zapatos, entre tenis, zapatillas y... Espera... ¿Tacones? Yo no uso eso! Tomé unos tenis negros que convinen con la blusa. Me dirigí al pasillo para ir al baño.

EL: Buenos días idiota. - Carlos iba saliendo de su habitación ya vestido con su traje.

CR: Buenos.. - me miró de arriba a abajo. - Que pijama más mono. - se burlaba.

EL: Cero bullyng idiota. Y si le cuentas a alguien te mato. - le di una mirada amenazante.

CR: Ok, ok. - se reía.

EL: ¿Dónde están las maletas? Necesito buscar mi toalla.

CR: Puedes tirarla, en el baño hay una toalla para mi azul y una para ti negra. Al parecer el ángel conoce muy bien tus gustos. - frunció el ceño.

EL: Me voy a bañar, adiós, ten un buen día. - le di la espalda para ir al baño.

  En efecto, la toalla negra esperaba por mi. Me di una ducha caliente, como nunca en mi vida, se sentía súper bien el agua tibia refrescando mi piel. Me sequé para luego vestirme.
  Me sentía bien, entré nuevamente en mi habitación e hice la cama, ya que tengo una, debo mantenerla, una cama no se tiene todos los días.
  Recogí mi cabello en una cola y me maquillé levemente, solo apliqué la máscara de pestañas y una ligera base, no soy de maquillarme pero vamos a completar el día. Sienti que será un gran día.
 
EL: Joder, se me hace tarde. - miré el reloj de mi celular. Me he demorado demasiado.
 
  Recordé que la moto seguía en el bar, y ya Carlos se había ido, así que me tocará caminar hasta el bar. Llegaré tarde! Pero eso no arruinará mi día.
  Tomé mi chaqueta y mi mochila, corrí hacia la entrada, cerré la puerta con llave.
  Una vez haber corrido como el correcaminos y haber llegado afuera del edificio, tendría que caminar hasta el bar.

EL: Esto solo me pasa a mi. - susurré para mi en frustración.

AN: Buenos días Elena. - me saluda Antonio vestido ya para impartir clases, joder el va para el mismo lugar que yo, pero no le pediré nada, ya es suficiente.

EL: Buenos días Antonio. - me volteé para tomar mi camino nuevanente.

AN: ¿Quieres que te lleve? - me detuve en seco, es difícil decir que no.

EL: No, si ya voy a buscar la moto.

AN: Eso te llevará media hora, y si llegas tarde no dudaré en castigarte. - fruncí el ceño.

EL: No llegaré tarde. - me cuesta decirle que si, aunque muera por irme con él. Como si me leyera la mente se acercó y me tomó del brazo para llevarme a su auto. - Hey! He dicho que no. - no me respondió y me abrió la puerta, entré sin protestar. - ¿ Por qué no respetas mi decisión?

AN: Porque se que no es lo que deseas realmente. - ya digo yo si es mi ángel de la guarda. No le respondí, solo volteé mi mirada a la ventanilla y sonreí.

  Antonio comenzó a conducir a nuestro rumbo. Por momentos mi vista se desviaba a su hermoso rostro, ese cabello perfectamente peinado y su cara sin ninguna marca o mancha, esos labios rosados en los que me he perdido ya.
  
EL: ¿Y ahora? ¿Qué pensarán los estudiantes cuando me vean bajar del auto del sexy profesor de Matemáticas? - decidí romper el silencio.

AN: ¿Acabas de llamarme sexy? - ups.

EL: No, me refería al profesor de tercer curso.

AN: ¿Haz venido con él alguna vez? Creo que en tercer curso lo que hay es una profesora. - mierda! Como le da vuelta a la conversación. Le di silencio como respuesta y pude sentir como rió por lo bajo.

  Estacionó su auto a una cuadra de la universidad y lo miré.

AN: Aquí nadie te verá llegar con tu sexy profesor de Matemáticas. - sentí mis mejillas arder y él sonrió. - Que tengas buen día Elena.

EL: Tu igual Tony.

AN: Sexy Tony. - afirmó y yo le hice una mueca a lo que el sonrió.

  Bajé del auto y cerré la puerta para caminar hasta la universidad que quedaba muy cerca.

(....)

Un día normal como cualquier otro, ya me dirijo hacia mi casillero para guardar los libros e ir a mi última clase, la de literatura.
  Allí estaba, mi nota diaria:

"Hoy estás radiante Elena, espero estés feliz, es mi único propósito en esta vida, verte sonreír cada día cuando lees mis notas"
                            Atte: Anotino.

Este chico es la ternura en persona. Fui a la clase que me tocaba.
  Concentrada en la profesora, me llega un trozo de papel a través de los demás estudiantes, decía: "Hola, eres bonita". Me volteé para encontrarme al chico del otro día sonriéndome nuevamente. Una vez más me pregunté si era el chico de las notas, todo parecía indicar que sí.
  Pero había algo que no me acababa de convencer.

(....)

Al fin en casa, desde que comencé la universidad no he tenido tiempo para mi pandilla, llego muy cansada todos los días y me dejan mucha tarea.
Me senté en el sofá y saqué de mi mochila las dos notas que recibí el día de hoy, necesito asegurarme de que sea la misma persona.
  Comencé a comparar las letras y no, no es la misma persona, el chico de las notas amolda la letra de una manera muy linda, el de mi salón, no termina los trazos y me dice bonita, el de las notas me llama hermosa.
   Sigue siendo un misterio para mi, el chico de las notas.

La chica de los mil demonios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora