02 "Lee Minho"

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Hoy fue un día terrible. Sobrecargado de trabajo y proyectos de la universidad, es muy agotador. Pero solo me faltan dos años para ser un abogado y poder trabajar fuera de esta cafetería, fuera de los clientes odiosos de cada día. Solo enfocarme en mí carrera y en pagar los estudios de mi hermana pequeña, Lisa y los medicamentos de mi padre, aunque estoy consientemente de que nunca me verá con traje y con un portafolio debajo de mi brazo o en un estrado.

Mi padre ha vivido con cáncer pulmonar por unos dos meses, el tiempo que llevo trabajando en este lugar.

—Minho, lleva este Americano a la mesa once—. Changbin me saco de mis pensamientos, volviéndome a la realidad.

Agarro el vaso y me dirijo hacia la mesa.

Un hombre alto, de traje y de zapatos caros seguro, lee el diario con gafas oscuras puestas, ¿pero quién lee así?, solamente los que se creen importantes porque tienen dinero.
Le tiendo el brazo y mis labios esbozan un "que lo disfrute señor" con una sonrisa falsa. Él solo me mira con clara molestia en su rostro, dejo el vaso y me retiro.

—Estúpido engreído —digo en un susurro, para que nadie me escuche.

Suena el sonador que está colocado en la puerta, lo que indica un nuevo cliente.
Nunca lo había visto, pero debe tener mi edad. Cabello rubio, tez blanca, piel perfecta, jeans ajustados, levemente rotos por encima de la rodilla, botas negras y camisa manga larga a cuadros con colores blancos y grisáseos, y sobre su cabeza, unas gafas de sol.
Está mirando atentamente el menú en las grandes pantallas detrás del mostrador. Algo me dice que es adinerado.

—¿Me vas a atender o me vas mirar todo el día? —pregunta esbozando una sonrisa de superioridad, mirándome directo a los ojos y haciendo que me averguence por hacer semejante estupides.

—¿Que va a pedir señor? —pregunto, tomando mi libreta y lápiz, sin mirarlo.

—Un americano —se acerca lentamente a mí, pero decido ir detrás del mostrador.

—¿A nombre de quién? —pregunto tomando la medida del vaso.

—Jisung, Han Jisung —responde y se sienta en una de las mesas libres.

—Enseguida señor.

Puedo notar como sonríe levemente.

¿Cómo pude quedarme viéndole así? Qué idiota, aunque no voy a negar que sus facciones en su rostro y su sonrisa eran casi perfectas.

Le digo a Changbin que le entregue el americano a aquel chico, todavía se me cae la cara de verguenza.

El sonador timbra de nuevo. Espero que nunca más me vuelva a pasar algo así.
Pero al ver de reojo a alguien con el cabello rosa, me doy cuenta que Félix esta aquí, acompañado de Chan y Seungmin.
Todos trabajamos aquí, a veces los cuatro en el mismo turno o sino cada quien viene por su cuenta, pero nadie pide nada, esta es una cafetería muy cara.
Félix está aquí porque entra a trabajar en unos minutos, al igual que Chan, pero Seungmin no se que hace aquí, hoy es su día libre y siempre lo disfruta durmiendo.

—¿Mucho trabajo? —pregunta Félix con sarcasmo.

—¿Y tú qué crees? —Changbin lo gritó con malhumor.

—¡Oye, no me hables así! —se puso una mano en el corazón y actuó con indignación.

—Lo siento, amor, es que estoy cansado —Changbin, abraza a Félix por la cintura, apoyando su rostro en el hombro del pelirosa.

Así es, ellos son la parejita feliz del grupo. Siempre que los veo, me dan esperanza de que alguien, algún día me va a amar.

—Oigan, Chicos —llama Seungmin—. Mañana a la noche hay una fiesta en la casa de un amigo, ¿vienen? —pregunta con un tono de súplica.

—Una fiesta en la casa de tus amigos los ricachones, ¿no es así? —habla Chanbing, pensativo ante la respuesta que va a dar. Seungmin asiente—. Pues dejando de lado de quién se trata, no me vendría mal una fiesta -—dice elevando los hombros—. ¿Qué dices amor? —Su mirada penetró los ojos del pelirosa.

—Por mí bien, pero salgo tarde mañana.

—Igual que yo —habla esta vez Chan.

Todos posaron su mirada en mí.

—A mi ni me pregunten, tengo que cuidar a mi padre.

—Vamos Minho, ¿hace cuánto no sales?¿desde que enfermó tu padre? Te vendría bien un poco de distracción y lo sabes.

—Pensandolo bien —apoyo mi dedo indice sobre mi boca y miro hacia el suelo—. Mmmh, no, creo que no —respondo yendo a llevar una orden.

Veo de reojo la mesa en donde estaba aquel chico rubio, pero no hay nadie, ¿cuando se había ido? Me doy un golpe mentalmente, ¿y a mí que me importa eso?

—Vamos Minho, va a ser solamente por mañana —Chan suplica formando un puchero con sus labios.

—¿Salen a las ocho, no? —pregunta de la nada Seungmin. Félix y Chan asienten—. Entonces los paso a buscar y nos vamos a mi casa, nos cambiamos y eso, y Minho —dice mirándome—. Prometo que ninguno se embriagará y a media noche, cada uno estará en su casa.

—Yo no prometo nada —dijo Changbin, el cual se ganó un golpe de su novio—. ¡Auch!

Largué una risa. Tal vez me vendría bien salir y despejarme.

—Está bien iré —dije y todos festejaron ante mi decisión.

Espero no equivocarme.

━ 𝑬́𝒍 𝑫𝒆𝒃𝒆 𝑺𝒆𝒓 𝑴𝒊́𝒐 ¹ ᯽ 𝑯𝒂𝒏𝑲𝒏𝒐𝒘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora