Era una noche estrellada, una fogata iluminaba a las ocho personas que la rodeaban, un estofado olía exquisito, Kagome era feliz cocinando para ellos, quienes apreciaban su esfuerzo al momento de crear aquellos manjares, desearía poder ir a su casa por especies y brindarles una cena verdaderamente deliciosa, pero no quería separarse de Ban, miro de reojo como su moreno platicaba animadamente con sus hermanos, las risas de los hombres le producían afecto, se habían vuelto personas importantes para ella, amigos, sin duda, sirvió en los platos, mientras Jakotsu se encargaba de repartirlos, le guiño el ojo a Kyokotsu cuando le ofreció el plato más grande, este mostro una sonrisa genuina por el gesto.
-odio que mires así a mis hermanos-susurro Ban.
-mmm… así como-pregunto inocente.
-no te hagas, esa sonrisa tuya es capaz de tentar a cualquiera-le dijo mirándola.
-así-dijo sonriendo encantada por el cumplido.
-maldición si-contesto el mercenario inclinándose para besarla.
-podrían dejarnos comer sin sus cosas raras-se quejó Jakotsu frente a ellos.
-no tienes por qué vernos-refunfuño Bankotsu.
-es inevitable cuando esta frente a mí.
-oigan y Suikotsu-pregunto Ginkotsu mirando a todos lados.
-ese imbécil volvió a encontrarse con Kikiu-gruño Renkotsu-estás de acuerdo-cuestiono a Bankotsu.
-no puedo negarle con quien verse o si-se encogió de hombros.
- ¿con Kikiu? -pregunto asombrada Kagome.
- desde que la conoció quedo prendada de ella-contesto Kyokotsu.
-pero ella…-pensó en Inuyasha.
El bosque se llenaba de sus gemidos, sus uñas se clavaban en la espalda de ese hombre, no sabía cómo acabo en ello, pero le gustaba, Suikotsu le hacía sentir mujer, importante, especial, era especial, pensó mientras mordía el hombro del hombre que la penetraba, sus piernas le rodeaban profundizando la embestida, sudaba por el esfuerzo, él gritaba como toda una bestia, su empuje la dejaba sin aliento, susurraba su nombre sin equivocación, su mente estaba en ella, solo en ella, era todo suyo, de nadie más, no le compartía y sentía paz al saberlo seguro estando o no ella presente, la cadera se movió en un va y viene, descomunal, feroz, salvaje y ambos gritaron sin pudor, sin importarles que alguien pudiera escucharles.
-mmm…-jadeo sin control Kikiu cuando el salió de ella.
-exquisita como siempre-susurro besando sus labios y acariciando su vientre.
Bankotsu mantenía pegado a su cuerpo a Kagome mientras dormían, Jakotsu giraba de lado a lado tratando de evitar escuchar los ronquidos de Ginkotsu, los grillos, un lobo aullaba a la luna, todo el ambiente se vio interrumpido por un murmullo, una voz maligna se filtró en la mente de los siete guerreros, inclusive Suikotsu quien permanecía en la profundidad del bosque con Kikiu, percibió las ordenes en su mente.
-VAYAN Y MATEN AL HIBRIDO, TRAIGANME LOS FRAGMENTOS SIN IMPORTAR NADA-Naraku fue insistente, presionando sus mentes.
Kagome despertó al sentir el brusco movimiento de Bankotsu, le miro sin entender, los seis parecían sonámbulos, tomaban sus armas y se alejaban, se levantó aprisa y corrió tras de Ban, le sujeto la mano, pero este no le miro, sus ojos eran blancos, sin vida, sin el azul intenso que tanto amaba, se quedó parada sin entender, cuando escucho una voz familiar, al voltearse miro a Suikotsu reunirse con sus hermanos, Kikiu apareció junto a Kagome.
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Amor Prohibido
FanfictionSolo soy un maldito mercenario que esta de paso, pero él me puso en tú camino ... esto que siento está prohibido...