No podía abrir los ojos, se sentía muy cansado, el dolor era intolerable, su cuerpo pesaba, aun así, fue capaz de escuchar perfectamente, no había duda ella había regresado, estaba aquí a su lado, intento sin cesar abrir sus ojos para mirarla, podía sentir su suave mano sobre la suya, su mocosa, pensó sonriendo por dentro, enseguida un dolor taladro su cerebro, dejando todo aún más negro, el cansancio lo dejo dormido de nuevo.
-Mukotsu está buscando un antídoto, dice que nunca antes ha visto este veneno.
-míralo, se ven tan pálido, respira con tanta dificultad-hablo Kagome preocupada.
-estamos haciendo todo con Kikiu por mantenerlo estable-dijo Suikotsu-pero es importante encontrar el antídoto.
-la fiebre no cede-menciono cambiando la toalla de su cabeza.
-la herida no sana con los poderes de Kikiu.
-tampoco con los míos-confeso.
-iré a ver cómo va Mukotsu-informo dejándola sola.
La cabaña donde estaba se la dieron para ellos, todos venían e iban para saber cómo seguía Bankotsu, Sango había estado con ella, no fue capaz de revelarle sobre su embarazo, llevo sus manos a su vientre, no había comido nada, de repente se sintió mareada, estiro la mano para sujetarse de algo, unos brazos la rodearon, alzo la mirada y se encontró con los dorados ojos de Inuyasha.
-te ves mal-murmuro ayudándola a sentarse-deberías comer.
-no quiero dejarlo solo-susurro.
- ¿Por qué regresaste?
- necesitaba hablar con Bankotsu.
- ¿qué es tan importante?
-algo que nos concierne solo a nosotros-susurro mirando al mercenario.
-has cambiado, debería sentirme feliz por ustedes, pero no puedo evitar odiarme por arrojarte a sus brazos.
-de que hablas-pregunto sin entenderle.
-me di cuenta que te amaba cuando te fuiste con él-avanzo parándose frente a Kagome.
-ya es tarde para ello-retrocedió.
-él no existe, yo soy real-dijo apretando su cintura y besando sus labios.
La sorpresa la dejo estática, pero Inuyasha insistió hasta que logro meter la lengua en la boca de Kagome, nunca antes le había besado, necesitaba conocerla, sentirla, saborearla, las manos femeninas se colgaron en su cuello, dejándose llevar, tanto tiempo deseando que ocurriera y ahora, se daría la oportunidad de saber que era estar en brazos de Inuyasha, sus cuerpos estuvieron tan juntos, que ambos cuerpos empezaron a reaccionar, la mano del hibrido bajo por la espalda, hasta apretar las nalgas, la boca de Inuyasha beso el cuello, recorriendo el escote de la blusa, hasta el nacimiento de sus senos, el suspiro escapo de los labios de Kagome.
Bankotsu escuchaba sus gemidos, las palabras de amor que se decían, quería abrir los ojos, la rabia le consumía, su mocosa dejándose tocar por otro, la sangre hirvió, ante su llamado la alabarna se movió a su mano, de golpe se levantó deseando matar al hibrido por tal atrevimiento, ella también merecía un castigo, a Bankotsu nadie le veía la cara.
-MATALA-el susurro se hizo presente en su cabeza.
El mercenario se levantó con la alabarna en la mano, la miro recostada a su lado y empuño directo a la cabeza el arma, colmillo de acero lo detuvo antes de tocar la piel de la mujer, ambos hombres se miraron, mientras el grito de Kagome ante la situación resonó en la cabaña, los ojos azules estaban cargados de odio, Sango aparto a Kagome, ella se resistía, pero recordó al ser que llevaba en su vientre y cedió.
-me traicionaron-dijo amenazante.
-de que hablas-cuestiono Inuyasha.
-te matare y a ella también, estuvieron juntos mientras yacía en la cama-acuso.
La mirada de los hermanos se posó en Kagome e Inuyasha, no daban crédito a aquello, ella le miraba horrorizada, ambos chocaron su arma, el poder se expandió, Miroku protegió a ambas mujeres, la cabaña termino destruida, la pelea entre ambos fue feroz, a muerte, Inuyasha no quería lastimarle, pero tampoco pretendía salir herido, veía como Kagome se ponía más y más pálida, como si de un papel se tratara, Miroku la sostuvo para no caer, estaba ahí observando como los dos peleaban.
-Bankotsu hermano detente-llamo Jakotsu.
-que le pasa-pregunto Kagome a Suikotsu.
-tal vez sea producto del veneno, una alucinación.
-CARAJO BANKOSTU-grito Kagome.
-CALLATE MALDITA TRAIDORA, MIRA COMO MATO A TU AMANTE.
La alabarna fue contra el cuerpo de Inuyasha, apenas tuvo tiempo de esquivarle, estaba entre la espada y la pared, o él o Bankotsu, lanzo un viento cortante para detenerle, pero fue Ginkotsu quien recibió el ataque, varios cortes atravesaron su cuerpo, ante la mirada de todos.
-él no sabe qué hace-susurro-Bankotsu nunca creería semejante estupidez-hablo mientras su cuerpo caía al piso.
Colmillo de acero termino en el piso, Inuyasha no pretendía hacer aquello, en las semanas que habían estado juntos llego a considerar a todos como amigos, miro el cuerpo de Ginkotsu, Kikiu estaba arrodillada auxiliándolo, dio un paso atrás, sin percatarse en el movimiento de Bankotsu, Jakotsu fue quien empujo a su hermano para evitar que cometiera una imprudencia, Renkotsu pateo el arma lejos de la mano de su hermano, Kyokotsu y Mukotsu le sujetaron, el mercenario peleaba con violencia.
-ya basta-murmuro Kagome-Bankotsu basta.
-tonto, ellos se aman, solo estorbas-la voz se coló entre sus pensamientos-ella siempre será de él, mírala nunca será tuya.
-ella es mía-contesto.
-no, ella nació para ser la pareja de Inuyasha, recuerda que deberías estar muerto.
-pero ahora estoy aquí, soy tan real como él.
-jajaja no me hagas reír Bankotsu, sabes bien que el fragmento regresara a su dueño y entonces morirás.
-en cambio ellos, seguirán juntos hasta envejecer y morir.
La fiebre persistía, Kagome le miraba con tristeza, su mercenario siempre tan fuerte, estaba sufriendo, lo veía temblar, quejarse, su mano delicada roso su frente.
-no podemos estar juntos, tú le perteneces-la voz de Bankotsu llego débilmente a Kagome.
-Bankotsu-llamo sin entender sus palabras.
-no puedo seguir engañándome-siguió hablando sin parar-lo nuestro está prohibido.
Continuara…
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Amor Prohibido
FanfictionSolo soy un maldito mercenario que esta de paso, pero él me puso en tú camino ... esto que siento está prohibido...