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-alisten todo, debemos recibirlos muy bien-dijo riendo Naraku.

-Kohaku ha ido a quitar las trampas-comento Kagura.

-excelente, deben tener facilidad para llegar con nosotros.

-el hibrido es mío-murmuro con odio Hakudoshi.

-recuerden que su prioridad debe ser asesinar a los siete guerreros-hablo firme Naraku.


Al final del pasillo había una habitación, Kagome permanecía inconsciente sobre la cama, el veneno avanzaba lentamente, su cuerpo poco a poco empezaría a marchitar por dentro hasta absorber la vida del pequeño ser y de ella misma.


-eres hermosa, lástima que morirás-susurro Byakuya acariciando su rostro-me sorprende que el maldito de Bankotsu te haya cautivado.

-el amo te espera-le dijo Kanna sin mirarle.


Sin decir nada el hombre salió seguido de la chica, el espejo aguardaba su regreso, podía ver como los amigos de Kagome avanzaban veloces por el bosque, sus rostros eran de preocupación, el mercenario parecía enojado, Naraku les envió para acabar con ellos una vez que ingresaran al bosque del lamento.


Una neblina densa se hizo presente, envolviendo a todos, debido a la poca visión terminaron separándose, la risa de Kagura resonó cerca de Shipo, Sango y Miroku, por inercia terminaron con la espalda junta, estaban listos al ataque, no podían ver absolutamente nada, varias dagas volaron a ellos, la audición de Shipo les aviso de ello, logrando que Sango los rebotara, sin embargo, uno roso el brazo de Miroku, la morena se lanzó al aire, expandiendo con su bumerang la neblina, una vez ubicada la mujer dio un fuerte golpe, dejándola en el piso, pero tuvo tiempo de lanzar una ráfaga creando heridas en su cuerpo.


Shipo detuvo el cuerpo de Sango antes de terminar estrellado en un árbol, la ropa de exterminadora dejaba varias partes de su cuerpo expuesta y con sangre brotando, se sostuvo de rodilla con ayuda del pequeño zorro, Miroku lanzo un sello contra ella, provocando una explosión que la dejo aturdida, con un gran esfuerzo fue Sango quien atino a nockearla con su bumerang, cayo sentada después del esfuerzo, Miroku la sujeto por la cintura y ambos se miraron en silencio, Shipo rodo los ojos y se alejó de ellos.


Kohaku los miraba desde una rama, estaba cansado de ser una marioneta, ser usado para dañar a los amigos de su hermana, quería descansar, sabía que esta era su oportunidad, sonrió decidido y soplo lanzando espinas envenenadas, pero esta vez Renkotsu fue más rápido y las quemo, Ginkotsu lanzo un golpe al árbol tirándolo, Kohaku dio un salto y fue atrapado por Kyokotsu en el aire lanzándolo por los aires, Suikotsu se ensaño contra él clavándole su daga en el pecho, el chico sonrió con alivio, por fin era libre, cerró los ojos y cayó al piso dejando libre el fragmento que Byakuya atrapo.


Jakotsu se lanzó con su alabarna contra él, pero este veloz giro sobre su talón, clavándolo en el estómago la sangre escurrió aún más fuerte al sacar el arma con violencia, Jakotsu agarro su estómago, tosiendo sangre, no tuvo tiempo de un respiro porque enseguida fue apuñalado 30 veces en diferentes lados, el cuerpo termino en el piso ante la mirada de sus hermanos que nada pudieron hacer.
Renkotsu. Kyokotsu y Ginkotsu lo intentaron atacar entre los tres, pero Byakuya saltaba sobre ellos, se lanzaba a bajo, al final su espada a una velocidad atroz clavo a cada uno de los guerreros, dejándolos mortalmente heridos, Suikotsu peleo con él, chocando su arma, un hilillo de sangre se hizo presente en la mejilla de Byakuya, su hermoso rostro se vio marcado, la rabia se hizo presente hiriendo a Suikotsu directo en el corazón, limpio su rostro y se dispuso a tomar los fragmentos que estaban flotando en el lugar.


-Suikotsu-susurro Kikiu llegando a él.

-te amo-y fueron sus últimas palabras.

-¡NOOO!


Hakudoshi estaba empuñando su alabarna cuando Inuyasha apareció, el hibrido se lanzó contra él, ambos se miraban mientras avanzaban en círculo, el odio en sus miradas, ninguno daba el primer paso, fue la alabarna sedienta de sangre que se movió para absorber la vida de Inuyasha, este avanzo al mismo tiempo, creando un viento cortante, alejando al chico, quien también lanzo un poder, el choque de ambos creo una gran explosión enviándolos por el aire, en el lugar se hizo un hoyo enorme, fue Hakudoshi quien se levantó primero, avanzo hacia el hibrido, y se lanzó directo al corazón, pero Inuyasha lo evadió y la alabarna del chiquillo quedo clavada en la tierra, intento sacarla pero no lo conseguía, Inuyasha aprovecho para tomar a colmillo de acero, se lanzó contra este pero fue capaz de esquivarlo, sin embargo, con un rápido movimiento y ante la mirada de sorpresa la espada termino en el corazón del albino, Inuyasha sacó su arma y se alejó con paso tambaleante, nunca antes había tenido contrincante tan fuerte, sabía que estuvo a nada de ser asesinado por este, se dejó caer en la tierra y vio como la neblina se expandía.


En cada paso el bosque se hacía más y más oscuro, era casi imposible andar entre tanta vegetación, tenía que andar con su alabarna adelante, cortando todo a su paso, no veía a nadie en su camino, había escuchado un grito parecía de mujer, pero estaba segura que no sería Kagome, también percibió un dolor en el corazón, como si algo le faltara, pero su prioridad era Kagome, dejo pasar la situación, siguió caminando, vio entonces como el paisaje cambiaba dando paso ante su asombro a un ambiente frio, lo que debían ser colinas de tierra, eran columnas de hielo, la brisa se volvió ráfagas heladas, caminaba enterrando los pies en la nieve, gritos desgarradores se escuchaban en cada paso, el bosque del lamento era el lugar donde habitaban las almas en pena, que habían muerto de manera violenta.


-no te reconozco Bankotsu-la voz de Byakuya se escuchó con eco-nunca pensé verte ir detrás de una mujer.

-aparece maldito-grito Ban sin poder encontrarlo a su alrededor.

-disfrutare matándote con mis propias manos-el hombre apareció frente a él.

-no más que yo-susurro.

- mira-menciono alzando su espada que aun tenia sangre en ella- sangre de tus hermanos.

-los mataste-gruño Bankotsu.

-muertos ya estaban-se burló Byakuya.


El sonido al chocar sus armas fue estridente, haciendo eco en todo el lugar, una batalla feroz inicio, ambos hombres eran mortalmente buenos con sus armas, esquivaban el ataque del otro, evitaban ser heridos, chocaban creando chispas, la nieve dificultaba su avance, se les dificultaba pelear, aun así, no se dejaban vencer, seguían empuñando y atacando, hasta que fue Bankotsu quien logro rosar su pecho abriendo la tela de la ropa, sin llegar a herir la piel, Byakuya se enojó por ello, con violencia empuño su arma contra Ban, fueron varias veces que le ataco, y tantas veces intentaba atravesarlo, el mercenario lo evadía, estaba enfureciendo al otro hombre, tanto que su asertividad se vio afectada.


-deja de jugar y mátalo-ordeno Naraku.

-maldita sea eso intento hacer-se quejó Bankotsu.

-si no puedes enviare refuerzos-murmuro Naraku.

-que yo lo hare-hablo apretando su espada.

-hazlo ya-exigió.


El viento pareció detenerse, mientras Byakuya avanzaba a tal velocidad, que Bankotsu no pudo verle, mientras su espada realizaba varios cortes por todo su cuerpo, haciéndolo moverse de lado a lado con violencia, mientras la sangre manchaba la ropa blanca, la risa burlona de Byakuya resonó con un eco molesto, el mercenario no daba crédito a aquello, su mano toco su pecho, su mano instantáneamente quedo manchada con sangre, la miro con una sonrisa de lado, acaso todo había terminado para él, así, sin poder hacer nada, la imagen de su mocosa se hizo presente mientras su cuerpo caía lentamente en la nieve.

Continuara...

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