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1/3 Maratón especial por los 100 seguidores, Muchas Gracias.
Los Adoro Mil❤️🥺🥰

— ¡No es justo July! Están buscando un alfa para Joaquin... 

— ¿Y qué piensas que van a estar buscando, estúpida? ¿Una tortuga para que se aparee? 

— ¡No Juli! Pero me- ¡Auch! 

— No me pegues, sabes que te la devolveré. 

— ¿Tengo que mandarlas a la mierda todos los días por esta puta máquina? 

De nuevo ambas chicas lo miraron, Lisa con un poco de miedo y July con fastidio, sin decir nada, se fueron, dejando que Emilio sacara su lata de refresco para ir hacia la biblioteca. 

— Buenos días, Emilio— dijo la bibliotecaria. 

Emilio se acercó al escritorio para ver el nombre en la placa por primera vez en todo lo que llevaba en esa universidad. 

— Sofía Díaz — dijo, más lento de normal, haciendo que la chica lo mirara con el ceño algo fruncido. 

— Emilio Osorio— dijo, de la misma forma que el castaño había hecho con su nombre. 

— Un gusto— Emilio sonrió, irónico, mientras extendía la mano hacia la bibliotecaria, pero le siguió la corrió rápidamente en cuanto ella fue a tomarla. 

Emilio rió, divertido, pero la alfa gruñó, acomodándose los anteojos con una expresión molesta en el rostro. 

El azabache dió media vuelta para dirigirse hacia su sillón, dispuesto a dormir un poco, pero la voz de Sofía lo hizo frenar. 

— Veo que estás de buen humor hoy, Emilio-yah— dijo—, ¿Ese olor que llevas tiene algo que ver? 

Confundido, Emilio se giró para caminar de regreso hacia donde la chica estaba sentada. 

— ¿De qué olor hablas? 

Sofía lo miró como si estuviera bromeando, pero por la expresión en el rostro del azabache se dió cuenta que no era así. 

— Hueles como a caramelo— dijo—, es algo leve, pero puedo sentirlo igual, no sé, ¿Tuviste una noche interesante? — preguntó con una sonrisa. 

Emiloo no dijo nada por unos segundos, cayendo en cuenta que había dormido abrazando a Joaquin y que el olor del omega se había quedado consigo.  Pensó que quizás, si Emilio tuviera su olor propio no se notaría tanto. 

— Corrígeme si me equivoco— dijo Sofía al ver que Emilio no iba a hablar— ¿Una omega interesante en la noche? 

Emilio comenzó a sentir el nerviosismo en su interior, y un calor lo abrumó. 

— ¿Tengo razón? — preguntó Sofía , alzando una ceja, sonriendo de forma victoriosa. 

Emilio reaccionó de golpe, encogiéndose de hombros. 

— ¿Y qué si fué así? — dijo, en todo defensivo, lo que hizo reír a la bibliotecaria—, tú tampoco hueles mucho como tú— dijo, inclinándose hacia ella de forma desafiante. 

La chica rió. 

— Porque no es un secreto que tengo a mi omega, Emilio— dijo—, en cambio... No me esperaba eso de tí. 

— ¿Eso? 

— Una omega, o un omega, no lo sé— sonrió. 

Emilio tomó un sorbo de refresco, su nerviosismo había pasado. 

Delta/EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora