capitulo 13

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Ella estaba decidida a no caer una vez más, obviamente negaría reunirse con el otra vez por mucho que la curiosidad le matara por dentro. Sin saber bien cómo responder se había negado a escribir nada, pero no podía dejar la conversación sin una respuesta de su parte, sería descortés ¿o es que solo estaba poniendo excusas para continuar hablando con él? No estaba claro, pero mientras se daba golpes mentales por su inútil imaginación recibió otro mensaje "¿me concedería un nuevo encuentro? Hay demasiado que deseo aclarar" y uno más "me parece que el libro que estoy sujetando ahora mismo me exige un nuevo dueño ¿sabe usted por qué aclama su nombre?".

El se sentía nervioso ¿y si el chantaje no funcionaba? De todos modos planeaba regalarle el libro, era una primera edición que se encontraba muy difícilmente pues su autor había decidido parar las publicaciones unas semanas después de iniciarlas y eliminar cualquier copia que encontrase, todo por motivos desconocidos. El estaba seguro de poseer una obra maestra de la literatura y estaba igual de seguro de querer que ella la poseyera, con temor había enviado un par de respuestas a... ¿qué sería? ¿Compañera? ¿Amiga? ¿Como podría catalogarla ahora? No estaba seguro, pero deseaba que ella respondiera; mientras esperaba los malos pensamientos lo embriagaban otra vez, era posible que ella no volviera a responder, era posible que lo odiara, era posible que se estuviera burlando de él y aún así no le importaba, su deseo de verla había superado sus espectativas, se sentía capaz de comprender más la conducta humana, se sentía más humano, más cálido, más tranquilo cuando ella estaba cerca y eso a la vez lo hacía sentir débil, había pasado semanas intentando comprenderse a sí mismo y había fallado casi en cada intento. Cuando volvió a revisar su pantalla encontró un mensaje bastante corto que leyó inmediatamente "no deseo verlo por ahora" ahora entendía también el dolor, con una simple frase había sentido como el calor que ella le brindaba se convertía en un frío que le calaba los huesos y le dejaba un amargo sabor en la boca, ¿sentir emociones estaba sobrevalorado? El ahora sabía que sí y deseó, por un segundo, dejar su humanidad de lado y evitar así el sufrimiento. Sin mayor esperanza, cansado mental y físicamente se levantó lentamente para caminar unos pasos y caer en un sofá, estaba cómodo y silencioso, perfecto para dormir unas cuantas horas, miro su pantalla una vez más y se levantó de golpe, había otro texto debajo del anterior "pero no le puedo negar a un buen libro un cambio de dueño" la sonrisa que se dibujó en su rostro era probablemente más ruidosa que la que quiso ocultar la primera vez que se citó con ella en el café, al estar en completa soledad y con una oscuridad tan profunda que le impedía ver su reflejo había permitido que su expresión gritara lo contento que se encontraba, y esperaba que fuera lo suficientemente fuerte para que ella la escuchara.

Ella lo había meditado mucho, pero pese a no querer caer nuevamente por alguien no lograba encontrar tranquilidad sin él, sentía que si lograba despedirse de forma correcta y cortaba toda relación desde la raíz podría dejar de pensar que estaba cometiendo un gran, gran error. No había dado una fecha, una hora o un lugar, podría suceder al día siguiente o dentro de dos meses; mientras apoyaba el teléfono contra su pecho y miraba al techo trataba de imaginar cómo sería la escena que viviría con él en el próximo encuentro ¿le llevaría el libro? ¿Utilizaría la chaqueta que había llevado la ultima vez? Le gustaba mucho, era realmente linda ¿le llevaría algún otro obsequio? Quizás a modo de disculpa ¿qué sería lo primero que diría? ¿Que expresión pondría? Su cabeza explotaba con cada pregunta ¿cual sería el mejor escenario posible? Esa sí la podía responder;  que el se encontrara sentado en el mismo lugar que la primera vez, observando al exterior por la gran ventana tranquilamente mientras lanzaba un par de suspiros empañando un poco el cristal, que se percatara de ella cuando estuviera a pocos pasos y se levantara de golpe, luciendo un poco torpe y lindo a la vez, que mostrara un poco de tierno nerviosismo mientras la saludaba y la invitaba a sentarse; él le llevaría un pequeño ramo de flores que olería demasiado bien y se entregaría junto al libro inmediatamente, el local estaría vacío y se escucharía el nocturne op. 9 de Chopin de fondo, pedirían el mismo café y esta vez él encontraría un postre al gusto de su paladar mientras ella observaría como, por primera vez, el disfrutaba completamente de una comida. De repente la miraría, de frente, una leve expresión de dolor le oscurecería el rostro, le daría una explicación de lo que había sucedido y por qué había actuado de esa manera, la convencería que todo fue un gran error que el cometió y que no era eso lo que el deseaba, que había caído en una cruel trampa del destino, que no deseaba causarle daño y que por diferentes motivos no había podido llegar a tiempo para deternla; entonces el levantaría la mano hasta alcanzar la suya con un tacto suave y gentil, el enmudeceria de golpe al ver lo que estaba haciendo más no se detendría, ella aún no había pronunciado palabra y entonces el se levantaría, se acercaría poco a poco con el rostro tan sereno y apacible como siempre, una pequeña sonrisa se le escaparía y justo después de pronunciar un "lo siento" demasiado sincero y a una distancia tan corta que le llegaría la brisa de su voz, él terminaría de acortar la distancia y... el teléfono había vuelto a sonar y la vibración la había sacado de su ensimismamiento, era una respuesta que solo demostraba la lejanía de su fantasía con la realidad "¿le parecería bien reunirnos dentro de una semana en la misma banca que nos encontramos la primera vez?" Así de simple él había despedazado su cita ideal.

Por su parte a él le había costado eternidades poder escribir su respuesta sin sonar desagradable, lo había intentado infinidad veces y fallado casi la misma cantidad, se sentía exhausto pero contento ¿debería despedirce? Sentía que el sueño lo envolvía, era una sensación conocida que extrañaba de su antiguo trabajo; cuando se posaba sobre la rama de aquel gran árbol y esperaba pacientemente a que ella cantara esa melodía para caer dormido. Entonces no se percató de la respuesta que le había llegado, solo podía rememorar la primera vez que había visto a la chica, con las ramas en la cabeza y cortes en las mejillas, con su mirada desafiante y molesta que le había fascinado desde el inicio ¿cómo no? Si por primera vez alguien era capaz de mirarlo a los ojos por más de diez segundos seguidos. Recordó también como había transcurrido su día en el café y como había descubierto tantas emisiones que no era capaz de contar con los dedos, la alegría que le provocó ese día fue suficiente para que deseara revivir el momento mucho más tiempo, la calidez que le brindaba cuando estaba cerca era solo comparable con una bofetada solar y el frío que aparecía con su partida lo comparaba con una noche de invierno sin luna. Levantando la vista leyó la respuesta "esta bien, hasta entonces" y por algún motivo lo invadió la preocupación, parecía enfadada, irritada, como si lo hiciera solo como un favor, como si el no fuera importante ¿y si no había la posibilidad de regresar a aquellos pocos pero alegres días? Le dolía pensar así, quizás estaba siendo paranoico, quizás aún no podía manejar bien sus emociones, quizás era muy tarde para que salieran a la luz y acabarían siendo desechadas por su sentido de supervivencia.

Ella estaba a punto de conciliar el sueño, pero la pantalla de su teléfono se iluminó mostrando una respuesta que, por esa noche, no contestaría "Es maravilloso que usted aceptara. Pero es tan tarde ya... Descanse, espero duerma bien y tenga buenos sueños" eso la había hecho sentir tranquila y segura por unos segundos pero por algún motivo suspiró fuertemente mientras una sensación de amargura le recordaba lo que había sucedido noches atrás, cuando sintió su mundo derrumbarse por culpa de aquel al cual le estaba dando una última oportunidad. Cuando abrió los ojos era de mañana, apenas unos minutos antes que sonara su escandalosa alarma ¿debería desearle los buenos días? No, ella no debía actuar hasta conocer la historia completa. Se arregló rápidamente para después bajar rápidamente y encontrarse con Amaro, quien había preparado ya el desayuno. La mañana transcurrió tranquila mientras ella atendía la galería junto a doña Lucinda, habían pocos interesados en la nueva exposición pero eso no las desaniman, sabían que poco que poco la pequeña ciudad en la que se encontraban terminaría cayendo ante los encantos de unos cuadros tan maravillosos. Mientras esperaban la hora de cierre ella decidió revisar sus notificaciones, encontrándose con un "es hoy un día especialmente encantador ¿no lo cree usted?" Entre todos sus otros mensajes, estaba decidida a no seguir con una conversación amistosa pues eso solo lograría ponerla en desventaja, pero ¿cómo podía ella ignorar una pregunta tan directa? Seria descortés de su parte, pronto se dio cuenta que otra vez estaba poniendo excusas para continuar con algo que hasta hace poco estaba segura de querer terminar.

Ya en la noche la luna observaba una vez más como él miraba al horizonte desde ese ventanal destrozado ¿estaría pensando en ella? ¿O quizás estaría planificando su próxima estafa? El que alguien pudiera tener pensamientos tan variados era difícilmente catalogable como bueno o malo, pero de algún modo funcionaba para que sus compañeros se sintieran más tranquilos de lo que estarían si ella no hubiera regresado; su jefe había recobrado la expresión serena y tranquila a la que estaban tan acostumbrados y se había enfocado mucho más en su papel como líder de la banda criminal que eran, no podían adivinar en que momento del día hablaba con la muchacha o si ya no lo hacía, tampoco podían saber que es lo que ella le decía ni si estaban en malos o buenos términos, el no había permitido que ninguno de ellos se inmiscuyera lo más mínimo en su vida privada, pero podían jurar que por su comportamiento y la clara disminución de bolsas negras debajo de sus ojos ella estaba respondiendo justo como el deseaba, ¿entonces por qué había tanta tensión en el aire? Quizás a ellos no les agradará que una persona ajena tuviera la atención de su jefe, quizás no les agradará tener una nueva debilidad o quizás simplemente sentían que la soledad los golpeaba de repente, recordándoles que no todos ellos tendrían ese final feliz.

Eclipse Solar [Chrollo Lucilfer HxH]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora