Eclipse Solar [Chrollo Lucilfer HxH]

capítulo 16

¿Quien hablaría de su tragedia primero? ¿Ella, que sentía como la culpa carcomia su sensatez hasta permitir que la sonrisa que aún mostraba se sintiera dolorosa? ¿O él, quien a sabiendas del trágico final que seguramente tendrían todas sus relaciones aún así había insistido en continuar con esta? Después de unos segundos observando la sonrisa triste que le dedicaba su acompañante él decidió entregarle los libros; en orden, tocando suavemente la portada con la yema de sus dedos, rogando que ella se percatara del mensaje oculto lo más pronto posible. Ella había recibido el primero con curiosidad, jamás había escuchado del autor ni de la obra, pero ya tendría tiempo de leerlo más adelante, lo que más la sorprendió fue el par de libros extra que le entrega con lentitud; uno a uno iba enseñando con cuidado cada centímetro de la portada, haciendo un especial énfasis en las letras hundidas que escribían el título ¿estaría queriendo darle un mensaje? Relacionó las letras pero nada se formaba, relacionó los autores pero no conocía a uno, relacionó las fechas pero no le decían nada ¿quizás estaba exagerando y el realmente no le quería mostrar nada? Con un sentimiento parecido a la decepción recibió los libros. En este punto los dos sabían que debían avisar de su partida, pero no tenían idea de cómo comenzar y el ambiente agradable se empezaba a tornar incómodo.

- debo contarle algo.

- hay algo de lo que quiero hablarle.

Dijeron al mismo tiempo, para ambos el tono de voz con la que hablaba la otra persona era preocupante. Él creía que se trataban de malas noticias ¿ella le pediría que desapareciera de su vida? ¿le confesaría que le temía al igual que toda la sociedad? ¿Quizás le diría que por brindarle su compañía él le debía entregar algo a cambio? Pero no era ese tipo de persona ¿verdad? Ella no lo era; no temía su presencia, no le interesaba su fortuna creciente y lo más importante, no parecía querer alejarlo pronto.
Para ella eso significaba otras cosas, entre ellas la más importante era la oportunidad para que su culpa se alivianara, seguramente el tendría algún motivo por el cual arrepentirse y ella podría echar la noticia encima sin que resultara demasiado brusco para su compañero, además (y aunque le avergonzara admitirlo) ese accidente le había echo sentir que tenían cierta conexión de la cual deseaba conocer un poco más.

- por favor, comience usted.

Dijo él antes que ella pudiera articular palabra y peor aún organizar sus ideas, entonces entró en pánico al tener que soltar una noticia semejante sin poder tener algo que la alivianara. Comenzó a mover sus manos con nerviosismo mientras rodeaba por su mente un montón de escenarios, la mayoría trágicos, de lo que vendría después de lo que contara. El empezaba a impacientarse también, el que ella estuviera tan nerviosa no era un bien presagio, temia que alguna mala noticia le hiciera perder las esperanzas.

- debo partir pronto, estaré fuera de la ciudad por algunos meses.

Dijo ella al fin con mucha tristeza ¿solo era eso? El creia que se trataría de algo peor, quizás confesarle una incomodidad cuando lo veía, quizás sus ganas de alejarlo de su lado, en lugar de eso era algo que quizás estaba fuera de sus manos y además algo de lo que el mismo se aprovecharía.

- y yo deseaba comunicarle lo mismo. Tendré que atender unos asuntos fuera de la ciudad.

Ella lo miró incrédula, de todos modos el destino estaba dispuesto a separarlos con un plan de respaldo. El se mostraba muy tranquilo ¿le agradaba estar separados tanto tiempo? El solo pensar en eso hacia que su corazón doliera de manera que jamas había dolido, pero inmediatamente cambió su latir al observar que, pese a la expresión calmada que mostraba su rostro, sus ojos expresivos mostraban la misma tristeza que sentía ella en lo profundo de su ser. Entonces ambos sonrieron tristemente mientras la gente de alrededor observaba atónita la escena, el hombre al que creían un ser infernal enviado por el averno se mostraba melancólico por la noticia que le daba la dama sentada a su costado, ¿quizás era más humano de lo que creían? Posiblemente, pero aún así había un acuerdo silencioso que todos los presentes habían firmado mentalmente: el no mencionar lo que estaban presenciando jamás, pues eso crearía la misma empatía que ellos sentían en ese momento en la gente que escuchara la (quizás trágica) historia de aquel ladrón y asesino profesional, y eso era peligroso para toda la población.