Después de una larga plática y algunas pequeñas discusiones habían llegado a la conclusión de confesarle a su jefe que ella quizás no se encontraba tan "bien" como Feitan había dado a entender, pero si debían recalcar el hecho de su capacidad para responderle y el descontento que ambos sentían con ella por no haberlo hecho (mientras podía). Se encontraban buscando las palabras perfectas para dar a conocer tal noticia mientras se preguntaban como estaría ella después de casi un mes del incidente, quizás no valía la pena aclarar la situación después de tanto tiempo, pero ya habían decidido hacerlo y en el fondo se sentían bien con la acción (al menos uno de ellos). Después de casi una hora de plática regresaron al lugar en el que se encontraba su jefe cada vez que estaba en la guarida, pero para su decepción el ya se había marchado dejando un par de libros ya leídos atrás. Con una sensación de alivio y culpa acordaron silenciosamente revelar el secreto cuando se diera la oportunidad, más no crear la oportunidad ellos mismos.
Él había regresado algo frustrado por no haber obtenido una respuesta tan completa como deseaba, pero por algún motivo no quería pasar más tiempo lejos de la propiedad que debía resguardar, estando ahí una paz embriagadora lo envolvía y lo obligaba a relajarse hasta muchas veces caer dormido. Era de noche una vez más y escuchando atentamente logro distinguir el canto al que tanto le había tomado cariño, era una melodía que sin saber por qué lo hacía sonreír y a la vez le producía un cansancio del que no podía escapar, quería descubrir de quién se trataba, deseaba saber si era quien creía que era, pero sabía que no podía ser así pues ella no se encontraba en aquella casa según la información que le habían brindado. Con un sentimiento de añoranza y decepción cayó dormido con libro en mano y una media sonrisa en el rostro.
Ella se había encerrado en su habitación ya por una semana, no le quedaban provisiones y tampoco calmantes, su pierna aún no había terminado de sanar y le dolía bastante, pero eso no evitaba que entrenara con torpeza su parte superior, estaba harta de seguir soportando de buena manera todas las migajas que la vida le estaba dando. Ya era de noche, y para variar nadie se había acercado a su habitación en todo el dia, decidida se levantó y con un dolor agudo pero soportable llegó hasta la cocina, en la cual encontró a una mucama que guardaba con recelo las compras que había traído hace poco. Ella estaba hambrienta, por lo que se acercó sin ningún temor a robar un poco de comida, la mucama había intentado detenerla pero sin intención de ceder ella le había retirado el brazo de mala manera y con una mirada bastante amenazante la mantuvo apartada. De vuelta en su habitación se dedicó a planificar un nuevo escape, más efectivo y mejor planificado que el anterior, aún no había deshecho la maleta y solo le quedaba esperar que su pierna se encontrara en mejor estado para intentarlo una vez más.
Ya siendo el día siguiente él se despertó, un poco adolorido por la posición en la que había permanecido por varias horas pero con más energía de la que había sentido desde hacía mucho tiempo. Sintiéndose algo culpable por no regresar a la guarida ni para dormir (solo para investigar a Phinks) tenía planeado hacerles una visita algo inesperada a sus compañeros y pasar un buen momento juntos, pero en cuanto se levantó volvió a escuchar aquella voz, no pudo aguantar más y se dispuso a encontrar de donde provenía el sonido. Yendo y viniendo, de arriba abajo, no lograba ver nada por las ventanas cerradas y no quería entrar a la casa para buscar algo que quizás no se encontraba ahí. Entrando ya en un estado que el exageradamente había llamado locura vio a una joven paseando por el jardín; su cabello era más claro y era un poco más alta de lo que recordaba, pero tenían un parecido que a él no le resultaba casualidad, atando cabos recordó lo que la joven le había dicho en su encuentro en el café "es una canción que le escribí a mi hermana" le había contado después de dejar caer descuidadamente unas hojas. Se acercó a ella, con cuidado de no asustarla y la saludo con amabilidad para, de ser posible, extraerle algo de información.
- buenos días señorita, ¿es usted la sobrina del dueño de la casa?.
- buenos días, efectivamente soy su sobrina, ¿es usted el nuevo guardia?
- sí.
Y antes de que pudiera hablar más ella se acercó a el peligrosamente, demasiado rápido para su gusto. Revolviendo las pestañas con movimientos hipnotizantes intentó "seducirlo", más solo había conseguido la misma expresión vacía que mostraba siempre. Extrañada y divertida vio como ese hombre no caía tan fácilmente como los otros, se sentía como un cazador en frente de un tigre albino; ágil, hermoso e increíblemente difícil de cazar. Al ver que el no respondía a sus insinuaciones y no hablaba más decidió llevar ella misma el rumbo de la conversación y sacarle toda la ventaja posible a su desdichada hermana.
- ¿por qué motivo se acercó usted a mi?
El se quedó callado dudando sobre cómo debía responder a aquella pregunta, estaba claro que quería preguntarle por la otra muchacha, sin embargo algo le decía que la respuesta que escucharía no sería completamente verdadera. ¿Estaba dispuesto a perder una oportunidad como aquella solo por la desconfianza? No estaba seguro, pero mientras debatía internamente sobre su siguiente acción la persona que tenía en frente ya había escogido las palabras perfectas para responder a la pregunta que el aún no había realizado.
- si desea saber sobre mi hermana le diré que después de que le comentaron quien era usted ella entró en un estado lamentable, parecía aterrada de usted a tal punto de encerrarse en su habitación por temor a que la viniera a buscar. Ella fue la que nos pidió que guardamos el secreto y no le comentaramos sobre que ella vive aquí, es por eso que mi tío no le habló sobre ella tampoco.
Era justo lo que había pensado que pasaría y justo lo que deseaba que no ocurriera, sintió algo dentro que le revolvía el estómago "esto no es importante, ella no es importante, no debería ser importante" se reprendia por el efecto que la noticia le había causado, no debería sentir aquello por una persona que había conocido por tan poco tiempo. Si pensaba con la cabeza era imposible que ella fuera algo más que una conocida para él, el problema es que había dejado de pensar con la cabeza desde hace tanto tiempo que se le hacia normal lo irracional que estaba siendo, quizás incluso había sido irracional desde el inicio, al invitarle un café, al reír con ella, al haber querido verla después del incidente del libro.
- no era ese el motivo, pero le agradezco la información. Tenga buen día.
El había mentido, le había sonreído como si nada le importase y se había ido pese a los intentos fallidos de la joven de iniciar una nueva conversación. Había llegado una vez más a la cima de aquel gran árbol, se había sentado y abierto su libro tratando de leerlo para distraerse mientras creaba un plan para olvidarse de ella. Estaba claro que lo que sentía no se iría, pero si hacía que esos sentimientos reflejaran otra cosa quizás lograría frenar ese apretón en el pecho y el estómago que le había incomodado hasta hacer que respire entrecortadamente.
Sin un plan fijo siguió su día, pero se encontraba molesto y las sensaciones placenteras que le causaban el lugar se habían convertido en pinchazos que no le permitían descansar cómodamente ni un minuto más. Esperó unas horas intentando que los malos pensamientos se fueran, pero al fallar duramente decidió llamar a algunos de sus compañeros, esa noche no solo terminaría el trabajo y cobraría su parte del trato, el tenía planeado irrumpir en la casa y llevar consigo la mayor cantidad de objetos de valor que encontrase en el camino. "No, no quiero ver su expresión de terror, no quiero robar su libreta, no quiero descubrir sus secretos ni preguntarle por sus pensamientos sobre mi. Principalmente NO quiero verla" se repetia inútilmente pues él quería todo eso y en el fondo no podría esperar para que todo aquello se hiciera realidad.
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Eclipse Solar [Chrollo Lucilfer HxH]
Fiksi Penggemar¿Como se atrevía esa simple chica a retarlo y regañarlo tan descaradamente? El podía reírse de quien quisiera y más aun si ella había cometido un error tan tonto, el único motivo por el cual seguía con vida era porque quería ver su expresión cuando...