capitulo 25

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Ella supo que todo andaba mal desde que cruzo la puerta, en primer lugar todos se veían demasiado alegres, risueños, tranquilos e incluso cómodos en esa extraña reunión de hombres, ¿Dónde estaba la otra chica? Seguro le preguntarían por ella y no podría responderles, pero no podía hacer nada más que mentir sola por la ausencia de la mujer, parecía que la tierra se la hubiera tragado, no pudo contactar con ella. Entró lentamente al lugar tratando de parecer normal mientras inventaba la mejor excusa posible para salir de ese aprieto, cuando de repente todos se dieron vuelta, le sonrieron, le dieron la bienvenida sin hacerle mayores preguntas. Amaro observaba complacido como la cara de su compañera se deformaba por la ignorancia y la confusión que ese trato le producía, ¡pero claro! Es porque ella había hecho algo malo y lo sabía, si no fuera así ignoraría por completo la incomodidad que le intentaban causar y les sonreiría de vuelta. Observó como caminó rápidamente intentando ir a su habitación, se sentía tentado a detenerla, pero quería que ella fuera la que fuera a por él esta vez, que ella le rogara por respuestas en lugar de que fuera al revés, quería que ella lo necesitara tanto como él había necesitado de ella.

Ella fue a su habitación corriendo cuando estuvo fuera de la vista de sus compañeros ¿Por qué actuaban de forma tan extraña? ¿Su compañera la habría vendido? ¿La habían descubierto? Pero eso era imposible ¿cierto? Después de todo Amaro habría armado un escándalo en el café si se hubiera enterado, la habría detenido en la puerta, le habría hecho un montón de preguntas y le habría hecho prometer cosas imposibles. Llego lo más rápido posible y entro sin mirar atrás, se sentía extrañamente incomoda e indefensa en ese lugar, saco su teléfono para marcar una vez más a su compañera pero el mensaje volvía a ser el mismo "la persona con la que intentas comunicarte no puede recibir tu llamado en este momento" si lo pensaba con sentido común eso significaba solo que la batería se le había acabado, quizás se encontraba en un lugar sin cobertura o simplemente deseaba tener un momento a solas, pero ¿alguna vez había tenido sentido común? Lo dudaba, así que siguiendo su instinto fue directo a la habitación de al frente, entró sin esfuerzo y sin complicaciones, pero lo que vio dentro la desconcertó demasiado ¿Por qué el lugar tenia las pertenencias de Amaro? ¿Dónde estaban las cosas de su compañera? Ella tenía demasiadas preguntas y ninguna respuesta, corrió los pisos hasta llegar a la puerta que tenia escrito una letra A mayúscula, adornado con un par de garabatos y completamente negra, obviamente el lado artístico que mostraba siempre que podía lo había sacado de su madre, en cuanto entro se encontró con una habitación medio vacía, con algunos muebles viejos y cajas, el lugar ahora parecía un depósito y nada más.

Regreso por sus pasos hasta quedar en la puerta que daba hacia la sala en la que el resto de sus compañeros fumaban, reían y cantaban alrededor de la mesa redonda, mientras observaba un juego de póker al que no había sido invitada solo una mirada se encontró con la suya, ¿desde cuándo Amaro fumaba? Su madre odiaba ese olor, además que siempre les recordaba la peligrosidad de aquel pequeño cilindro de tabaco.

- ¿Dónde está?

- No sé de quién me hablas.

- ¿Por qué tú cosas están en su habitación?

- No sé de qué me hablas.

- Amaro, dime que fue lo que hiciste.

- ¿Yo? ¿hacerle algo a alguien? No puedo creer que pienses así de mí, después de haber compartido tantos años juntos.

- Entonces dime donde esta ella.

Todos la observaban, con la misma expresión, ninguno abría la boca para responder ni para ayudarla, todos los ojos miraban a través de su existencia y presencia en ese lugar sin llegar a mirarla en realidad, como si no existiera, como si fuera un punto vacío. De repente las miradas pasaron de la indiferencia al enfado, y del enfado a la irritación, parecía que le reclamaban por haber detenido su juego, la juzgaban por hablar fuerte, por no aceptar lo que su autoproclamado líder le decía. Ella se preguntó si ese sentimiento de peligro lo estaban produciendo ellos, las personas con las que había estado conviviendo los últimos años, creando falsos lazos, falsas sonrisas, falsa amistad, las personas que en ese mismo instante parecían completos extraños que por fin mostraban sus verdaderos rostros, le recordaban a demonios y eso no le agradaba. Ella miro por encima levantando la barbilla, sin tener la intención de bajar la cabeza por mucho que la intentaran intimidar cuatro hombres musculosos; camino con paso decidido hasta Amaro, que sorprendido por la actitud prepotente que ella mostraba había terminado por apagar su cigarrillo. Una vez enfrente de el agacho su cuerpo hasta que su mirada se encontrara con la de el levemente más baja.

Eclipse Solar [Chrollo Lucilfer HxH]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora