Eclipse Solar [Chrollo Lucilfer HxH]

capitulo 33

Ella cayó al suelo aturdida, no deseaba abrir los ojos pero sentía algo entre las manos, algo húmedo, tampoco deseaba respirar por el olor a sangre que obstruía el resto de los olores, pero no tenía más opción que abrir los ojos e inhalar si deseaba salir de ese lugar. De repente sintió unas manos sobre los ojos, sintió como la cargaban y la alejaban del lugar sin permitirle ver nada, se sintió muy agradecida en ese momento. Él había presenciado algo aterrador, y no se trataba simplemente del cuerpo que se encontraba a metros de distancia, ni la masacre que habían organizado sus compañeros con los hombres que deseaban matarlo, se refería al cuerpo que tenía en brazos; ella había utilizado una cantidad absurda de energía para concretar sus actos, seguramente ella no lo sabía, pero el sentía como su cuerpo dejaba de luchar y su habilidad se descontrolaba cada vez mas ¿sabría que el tamaño de sus alas duplicaban el tamaño de su cuerpo? ¿O que ya no eran dos, si no cinco las que salían de su espalda? Ella seguramente estaba aturdida, pero el dolor debía ser inimaginable, simplemente podría morir de agonía si no hacían algo rápido.

Al reunirse con sus compañeros vio como dos hombres llegaban hasta el alterados, el recordaba vagamente sus caras y supuso que serían los compañeros a los que ella había salvado semanas atrás. Por algún motivo se sentía molesto; ellos la llamaban por un diminutivo y tocaban su mano tan familiarmente, quiso apartarlos de manera sutil, pero al parecer ellos se percataron de algo y los dejaron de lado, simplemente corrieron a llorar por su tercer compañero fallecido. No pudo dar más de dos pasos sin que otras personas llegaran a revisar el pequeño cuerpo ¿Por qué ella tenía que tener tantos encantos? Quiso apartarlos también pero inmediatamente se percató de los rostros preocupados de Phinks, Feitan y Franklin, ellos se habían dado cuenta de la complejidad de la situación.

Ella no era capaz de sentir su cuerpo, tampoco podía reaccionar o hablar, se sentía como una muñeca de trapo siendo llevada por el viento ¿eso era normal? Intento concentrarse en las manos que sabía que la estaban sujetando, pero no era capaz de encontrarlas. Intento abrir los ojos, poco a poco y con mucho esfuerzo fue capaz de ver un poco de luz, pero inmediatamente un dolor abrumador hizo que gritara y se retorciera hasta casi caer ¿Por qué no lo había sentido antes? ¿Quizás había entrado en un estado de coma por unos segundos? Su cuerpo pedía un descanso, sentía como toda su energía se escapaba de ella para llegar a su habilidad ¿desde cuándo era tan grande? Le costaba respirar y apenas podía escuchar los gritos a su alrededor, unos brazos rodeándola y un tirón que significaba que la sacaban del lugar. Todo parecía pasar muy rápido ¿una discusión? No distinguía bien las voces ¿Quién iba a morir? ¿Ella? ¿Y por qué escuchaba disculpas?

- No puedo.

- Jefe, ella puede morir.

- Ella me pidió que nunca lo hiciera, es posible encontrar otra manera.

Ellos se miraron con irritación, ¿un ladrón que no desea robar? Eso era ridículo, la solución estaba literalmente en sus manos pero él no deseaba hacerlo ¿y qué si ella le había que no lo hiciera? Ellos no lo entendían, solo sabían que la situación sería un completo desastre si no hacían entrar en razón a su jefe.

- Puede robarla y después devolverla.

- ¡Lo sé! sé que es posible hacer algo como eso, pero ya he traicionado tanto su confianza y he roto tantas promesas que temo que ella no pueda confiar en mí otra vez (...) Solo necesito unos segundos para despedirme de lo último que me queda de sensatez y lo haré.

Era la primera vez que escuchaban a su jefe alzar la voz hasta gritar y apagarla hasta un susurro en una sola oración. Ninguno podía entender completamente sus acciones, pero la expresión que mostraba era tan dolorosa que todos la sentían. Entonces él hizo aparecer su libro, tenía todos los datos y los requisitos así que el robo se efectuó en pocos minutos. Todos suspiraron aliviados cuando observaron que el cuerpo recuperaba la estabilidad, parecía que todo había salido tan bien que incluso se escucharon un par de risas, pero todo se detuvo cuando pasaron los minutos y ella no abría los ojos. Sabían que estaba viva, su corazón latía, sus respiración era lenta y suave pero sus pulmones funcionaban ¿estaría fingiendo? Los miembros de la brigada dudaban que ella estuviera dormida, los latidos de su corazón se sentían demasiado alterados para alguien que solo descansa; no se atrevían a levantar la mirada, no deseaban encontrar la expresión de desesperación que su jefe seguramente estaba enseñando.