Episodio 8 💛

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Los deseos me parecen una tonta fantasía en los que la gente pone sus esperanzas perdidas, pero aún así ese fué mi único deseo de cumpleaños, y como lo que anhelas con el alma no se cumple, eso fué exactamente lo que ocurrió ese año. Olvidar a Sebastián fué imposible después de lo que hizo.

El sr William y Margarita estaban de aniversario esa noche, así que nos organizamos para ir a visitarlos. Mi madre llevaba unas rosas blancas preciosas para Margarita y mi padre llevó una botella de un costoso vino para William, aunque no quería ir mi mamá me obligó, pues la amistad era entre las dos familias, y como ella dijo: "Sería muy grosero".

Nos recibieron con toda la amabilidad y cariño que siempre nos mostraban tener, mi padre y el sr William destaparon la botella, así que supe, nos quedaríamos mucho tiempo. Tomaban vino y no paraban de hablar de política mientras mi madre y Margarita preparaban unos pasa bocas. Yo fingía estar en el celular jugando una tontería y Sebastián no aparecía por ningún lado, pero tampoco pregunté por él, así que sólo escuchaba a mi padre hablar mal del actual presidente de ese momento, y decía:

_"Ningún buen hombre quiere dominar a otros"

_Así que no debemos esperar que ningún presidente haga cosas buenas para la gente del pueblo.

_Falta mucha educación para las personas que eligen los candidatos, respondía el sr William. .... Bla, bla, bla, hablaban y hablaban.

_Buenas noches! Dijo Sebastián de repente.

Mis manos se movieron rápidamente por que me asusté, el ritmo cardíaco se me disparó a mil kilómetros por ahora.
Se acercó a mí rápidamente me tomó de la mano y dijo: "¡ven! tengo algo que mostrarte" Abrió la puerta que daba hacia la calle y cuando salimos con sus manos cubrió mis ojos, ahora sí que me sentía asfixiada, esa era la primera vez que él tocaba mi rostro, sus manos eran cálidas y suaves.

Caminabamos torpemente, él venía detrás de mí guiándome. Su olor era completamente adictivo.

Me dijo que me inclinara, y así que quede en cunclillas. Jamás espere lo que sucedió esa noche noche.

_¡Adivina que es!

No tenía la más mínima idea no podía ni pensar, los nervios me tenían totalmente poseída.

Se me ocurrió la peor tontería.

_No sé, ¿es un dulce?

_No, respondió.

_¿Te compraron algo tus padres ?

_No.

_¡Ay no sé! Ya dime..

Quitó sus manos de mi rostro lentamente, y abrí los ojos.

ABRAZO DE BETTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora