Capítulo 26. Ascenso.

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     Frente a la puerta de su departamento, Ēnma suspiró y golpeó ligeramente la puerta, después de todo, lo único que llevaba consigo eran los pantalones del uniforme de la prisión. Los primeros golpes fueron ignorados por lo que golpeó con más fuerza para escuchar unos pasos ligeros acercándose a abrir.

Cuando la puerta fue abierta, dentro pudo ver a una chica rubia algo bajita que al verlo retrocedió de manera inconsciente un paso dejando de lado la puerta.

Ēnma entró y cerró detrás de el para observar un momento a la chica quien parecía comenzar a temblar. —¿Y tú eres...? —preguntó cambiando su semblante serio por uno más tranquilo que hizo a la chica calmarse un poco más no relajarse del todo—.

—S-Soy Rias... c-compañera de James. Y-Yo...

La expresión de Ēnma cambió nuevamente a una seria mientras analizaba a la chica quien nuevamente tenía esa sensación de nervios y pesadez sobre ella. —¿Rias? «me recuerda a alguien que tengo ganas de escupirle en la cara por ser un asco de personaje» ¿Dónde esta el? —preguntó refiriéndose al rubio—.

La chica solo trató de moverse lo mejor posible y apuntó a la cocina, lugar al que se dirigió Ēnma ignorando a la chica quien suspiró aliviada cuando sintió al pelirrojo alejarse.

Al llegar a la cocina pudo ver como James revolvía algo en una olla mientras leía un libro presumiblemente de cocina, caminando en silencio, el pelirrojo se acercó a la espalda del rubio.

—¿Desde cuando cocinas? —preguntó a James quien se asustó lanzando la cuchara al aire dejando ver que solo estaba hirviendo agua—. ¿Porque no me sorprende? Hahaha—.

—Ēnma, ¿que..? ¿Cuando...? —preguntó confundido observando a su tutor quien le sonrió—.

—¿Me extrañaste? —preguntó con una sonrisa—.

—Hahaha, claro que no, aprendi a cuidarme solo—. Respondió también sonriendo alegre—.

Rias solo vio la interacción de ambos, le sorprendió el hecho de ver sonriendo tan tranquilamente a James, cosa que no había visto en el desde los días que estudiaban en U.A, también le impresionaba el hecho de que, sin decir mucho, la manera en cómo se molestaban parecían tener una profunda confianza y hermandad más que una relación de padre e hijo, ver sonreír con naturalidad a James también la hizo sonreír a ella y darse cuenta que Ēnma quizá no era el monstruo que los medios intentaban crear.

—Oye viejo ¿y ella que? —detuvo Ēnma sus burlas por el grito del rubio y se giró mirando a Rías quien se puso seria nuevamente—.

—Ella es Rías Miles, me ha estado ayudando mucho, me encontré con ella el día que te arrestaron y bueno, ya nos conocíamos de antes—. Respondió mirando a Rias con una sonrisa—.

—Ya veo, tomó una manzana y la mordió, después pasó el alimento y miró a ambos rubios—. Entiendo eso, pero tiene que irse—. Dijo seriamente dando otra mordida a la manzana sacando de su estupor a los jóvenes—.

—¿Que? ¿Porque? Ēnma, ella está de acuerdo con ayudarnos, puedo cuidar de ella y ... —detuvo sus palabras cuando el pelirrojo mordió nuevamente su fruta de manera que sonara fuerte—.

—¿Y ella puede cuidar de ti? ¿Por qué no es ella quien está hablando para quedarse? —. Preguntó sin dejar de ver a la rubia, James también miró a Rias para después caminar hacia ella y ponerse a su lado—.

—Me ayudó con los Yakuza, de no ser por ella no hubiera conseguido las balas que necesitabas, sabe defenderse y cuando no pueda yo lo haré por ella—. Nuevamente la defendió y Ēnma solo botó el tallo de su fruta—.

Villains. (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora