Capitulo 37

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Diego se había topado con un chico un poco más alto que él, de pelo castaño, ojos claros y labios gruesos. Era guapo.

-¿Estás bien?- volvió a preguntar.
-La verdad no- dijo Diego volviendo a bajar su rostro-. Le hice algo terrible a mi mejor amigo.
-Ven, te invito un café y me cuentas lo que te sucede.

Diego aceptó la invitación y se dirigieron a la cafetería del hospital. Una vez que pidieron sus cafés se sentaron en una mesa, Diego se sentía un poco más tranquilo ante la presencia de aquel chico.

-¿Qué fue lo que le hiciste a tu mejor amigo?- preguntó aquel chico-. Por cierto, me llamo Mateo.
-Yo me llamo Diego- se presentó-. Y bueno, atropellé a mi amigo por accidente cuando al que quise atropellar fue a su novio.
-¿Por qué lo quisiste hacer?
-Por celos, Temo es mi mejor amigo desde que éramos niños y con el tiempo me dí cuenta que realmente lo amaba, pero él es feliz a lado de su novio.

Al decir eso Diego se sintió extraño ya que al mencionar sus sentimientos hacia Temo los mencionó pero sin expresión alguna, ya que cuando mencionaba eso soltaba un suspiro.

-Diego, no te lo tomes mal pero eso que sientes por tu amigo no es amor, es obsesión- dijo Mateo-. Tú lo has dicho, él es feliz a lado de su novio y es algo que ya no puedes cambiar.
-Lo sé, yo no quiero perderlo pero creo que con lo que acaba de pasar lo voy a perder para siempre.
-Si de verdad lo amas dejalo ir, deja que sea feliz junto a la persona que ama y si no quieres perder su amistad habla con él o podría ser demasiado tarde.

Mateo le había abierto los ojos a Diego con aquellas simples palabras, si no quería perder la amistad de Temo tenía que hacer eso.

-Tienes razón Mateo, tengo que hacer lo correcto- dijo Diego-. Lo importante es la amistad de Temo, no será fácil superarlo, pero ahora que acabo de conocer a alguien tal vez lo sea.

Ambos se miraron con una sonrisa y un leve sonrojo en sus rostros.

La noche había pasado sin ningún inconveniente, Pancho se había quedado a cuidar de Temo y esa mañana Ari salió de su casa directo al hospital para estar junto a su novio.

-¿Cómo está, Papancho?- preguntó Ari al entrar a la habitación.
-Todo bien hijo, Temo pasó bien la noche pero aun no despierta- dijo Pancho-. ¿Puedes cuidarlo un rato? Necesito ir a ver a las calcomanías.
-Claro, vete tranquilo. Cualquier cosa te llamo.
-Gracias hijo.

Pancho salió de la habitación no sin antes dejarle un beso a su hijo y un abrazo a su yerno. Ari se acercó a Temo y le dio un besito en la frente.

-Ya estoy aquí Tahi, me alegra que sigues bien pero aun no despiertas- dijo Ari mirándolo y acariciando su cabello.

En ese momento como si el destino quisiera hacerle una jugada a Ari, una mochila de Temo que se encontraba en el sillón de la habitación se había caído. Ari se levantó para recoger las cosas y volver a guardarlas, de un libro cayó una hoja color naranja, esta se encontraba doblada pero tenía algo escrito que decía: “Para mi Tahi. Ari miró a Temo y desdobló la hoja para ver el contenido.

-Ay mi Tahi- unas lágrimas se formaron en sus ojos a leer lo escrito, era lo más lindo que había leído en su vida.

¿Cuándo pasó?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora